Segundo taller de Disciplina Positiva en Madrid, fluye el mensaje de otra manera de educar que apenas arrancó hace unos meses en España.
En los previos, siempre nervios, te asaltan las incertidumbres. Te vas a meter en la vida de personas a las que desconoces totalmente. El propósito alienta para superar los temores pero es cierto que la cautela tiene su espacio. Temas hasta no hace tanto incuestionables como la práctica educativa de cada familia, hoy, tienen otra perspectiva, «padre, madre, tienes un bien preciado en tus manos, eres el líder, el entrenador de competencias para la vida y los éxitos dependen mucho de cómo asumas la responsabilidad, de cómo tomes conciencia de tu contribución en el comportamiento del niño. No tienes que ganarle al niño, no tienes que usar estrategias que te generen insatisfacción y frustración, puedes ahogarte en los desafíos cotidianos de la crianza o vivir los retos como estupendas oportunidades de desarrollo y aprendizaje de habilidades y competencias de vida».
Ayer, titubeantes. Miradas y escuchas más allá de lo superficial. «He dedicado el poco tiempo del que dispongo, ese que necesito como el aire que respiro, para venir aquí, a conocer vuestro discurso». Ya solo tener en cuenta el interés merece todo nuestro reconocimiento, son padres que saben que las pautas educativas son perfectibles, son mejorables, se pueden aprender. Es nuestra responsabilidad corresponder, lo hacemos con ilusión y agrado, nos inspira transmitir el mensaje positivo.
Una primera parte más teórica
La Disciplina Positiva tiene un marco. Le damos vida a Adler y Dreikurs, quiero pensar que estarían contentos en el entorno de la escuela, humilde pero no en sueños, ahí somos inquietantes, una vez acuden a nuestras neuronas no los dejamos escapar. También como invitada de honor mencionamos la labor de Jane Nelsen y Lyn Lott, mujeres fuertes, sin barreras que impidieran la defensa de un afán grande, la mejora de la infancia. Aún así, un participante apostilla, 60 años de Psicología Individual, muchos también de Disciplina Positiva colándose en los hogares, funcionando en talleres, renovándose en reuniones y congresos… y cómo somos, los logros avanzan muy lentamente. Sí, es cierto, el método democrático de educación es una herramienta que mejoraría las relaciones humanas pero necesita entrega y mirada sosegada porque sus resultados no son a corto plazo, se trabajan procesos de construcción humana con estrategias que nos ponen del lado del niño, que aseguran su cercanía, que buscan su cooperación y esto no se consigue en un día. La Disciplina Positiva no son fórmulas, no son recetas, es una actitud, es una manera de ser y pensar, exige revisión de hábitos.
No, que esto no te desanime, mira, cuesta el mismo trabajo castigar, amenazar, gritar, sentirte profundamente mal en la interacción con los niños que tratarlos con dignidad y respeto, con amabilidad y firmeza, solo tienes que cambiar tus habilidades. La diferencia no te la tengo que contar, la sentirás tú solo y será mil veces más gratificante.
Pues bien, como os iba contando, por un día, el trabajo y esfuerzo de nuestros referentes, en manos de cuatro facilitadores noveles, aprendices siempre de un programa educativo que persigue comportamientos más razonables con alternativas y estrategias más humanizadas.
Hoy, metidos en faena, las experiencias vivenciales son el espejo en el que todos y cada uno pueden verse, reconocerse, valorarse… y la reflexión surge, no hay imposición, no hay directriz, sencillamente el mensaje queda revelado. Claro que de vez en cuando afloran las reticencias, sí pero… no, si te asusta comprometerte con todo, no te exijas más de lo que estás preparado para dar, ve paso a paso, alimenta el proceso con los logros pequeños, no tardando te sabrán a poco.
Niños, muchos niños presentes en nuestro taller, niños que desconocen que sus padres y los facilitadores hemos estado vinculados por unas horas con un propósito firme, entender su comportamiento para que se sientan escuchados, comprendidos, queridos y significativos. Que queremos que se sientan bien porque sabemos que esa es la clave para que se porten bien. Para que perciban que un mundo basado en el respeto mutuo es posible ¡Trabajamos por ello y para ello!
La gran paradoja del cambio, si quieres cambiar el mundo empieza por cambiar a ti mismo.
¡Muchas gracias a todos, especiales a Guillermo, Melina, Mariola y Noelia!
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