Y superada la disquisición sobre los talleres de verano, la mejor descripción es la vivencia de los protagonistas ¡Ojalá cuando crezcan un poquito más colaboren con el intercambio de opiniones en este blog y nos cuenten cómo los sintieron!
Mientras tanto espero que os sirva de aproximación el relato semanal de «el verano de la escuela».
Cinco días muy movidos, cinco días atléticos. El tema que ha querido despertar motivación, provocar satisfacción y disfrute, ha sido el deporte. Las Olimpiadas de la escuela, con unos atletas polifacéticos que han visitado el mapa del mundo para saber a qué país querían representar. Que se han tenido que informar de banderas para distinguir sus actuaciones en las pruebas y buscar el apoyo de entusiastas espectadores. Que se han elaborado las medallas… y que no han parado. Juegos tradicionales, juegos de agua, salida a un parque cercano para gozar de espacio, aire y sol, así ha sido y así os lo cuento… se ilusionan con el tema, se entregan en las actividades y se emocionan con sus resultados. De participación, de habilidades, de cooperación, de ambiente de respeto… hemos hablado y ejercido esta semana. Ellos disfrutan y no penséis que nosotras menos…
Aquí los tenéis…
A finales de julio ¿la capacidad de inventar está en temporada baja? ¡Nooooo! Cinta, la mamá de Marina y Javier, ha hecho una propuesta que he recogido y que, tal vez, os ilusione como a mí. En la línea del espíritu de este curso en la escuela, derribar muros para ser escuela abierta, para sentirnos comunidad educativa, ésta sugerencia en Facebook «¿No os ha pasado alguna vez que vuestro hijo/a llega de la guardería diciendo que ha comido algo que en casa no come nunca, y encima te cuenta que estaba buenííííííííííísimo? Propongo que Marisa de un curso de cocina para madres y nos enseñe todos sus secretos culinarios…..con todo el cariño, que no quiero ponerte en ningún compromiso».
No es primicia que me gusta la cocina y cuando digo me gusta hablo de leer, observar, inventar, experimentar… traduciendo, no me he cansado de aprender porque es una de mis pasiones. Así es que, me costó medio minuto la reflexión y dicho y hecho, ésta fue mi respuesta en Facebook: «Cocinando en la escuela» así se pueden llamar los talleres que gracias a tu superidea ponemos en marcha desde ya. Para entrenarnos ¿qué tal si el primero lo hacemos la semana que viene el día del pastel de carne? Por la mañana, en la escuela, con delantales y muchas ganas, compartiremos recetas, charla y sonrisas».
En fin, que no hay mejor manera de saber si una cosa es interesante que llevarla a la práctica.
Estáis invitados al primer taller ¿cómo lo podríamos llamar? #cocinandoenlaescuela, #estacomidaesmuyrica, #cómomelopasococinando… #creoquenomegustacocinar 🙂 ¡Venga poned en marcha el pensamiento divergente e inventad un nombre!
¿Cuándo? El miércoles, a las 10:00, en la escuela.
¿Qué hay que traer? Delantal y COMO SIEMPRE ganas de pasárselo bien.
¡Buen fin de semana!
NOTA MUY IMPORTANTE: No dejéis de leer el artículo de Jesús sobre algo tan cotidiano en nuestros chicos, los mocos.
Como siempre, me encanta lo que compartís, MARISA !Gracias¡
Paz, he puesto este título porque con esa atmósfera de las redes de necesidad de cambio para mejorar, necesidad innovadora, a veces nos olvidamos de que la verdadera revolución está en las actitudes. Actividades sencillas, de toda la vida, sirven si se hacen con ilusión y muchas ganas. Ya sabes que a nosotras esas no nos faltan… Un abrazo muy grande ¡nos vemos mañana! 🙂
¡¡¡Me gusta la idea de los cursos de cocina!!!
Gracias Mª José, de momento el de mañana está en el aire, pero para el curso que viene hemos de organizarlo en condiciones. Un abrazo.
Al de mañana imposible, pero sabiéndolo con tiempo, me organizaría para asistir a los próximos 😀
Muchas gracias por incluir un enlace a nuestro blog!
http://www.vamosalmuseo.com
A vosotros por compartir información tan estupenda. Un abrazo.