
Escribo reflexiones, como todos los años, sobre el inicio del curso 2022-2023, que sumen a los preparativos para la etapa más decisiva de una escuela infantil, el proceso de vinculación en espacios educativos. Podría hacerlo una semana antes de que el centro abriera sus puertas a los pequeños; sin embargo un momento tan sensible requiere que los adultos que vamos a formar parte del «guión» contemos con datos para preparar espíritu, mente y cuerpo.
¿Es necesario reescribir este artículo cada año? ¿Hay algo NUEVO que nos aporte en el inicio de curso? Sí, aunque se lleve mucho tiempo haciendo lo mismo esto no quiere decir que todo haya que conservarlo. Poco a poco va calando en la mente del profesional y de los progenitores que «la mejora continua» en los conocimientos como en las estrategias para el acompañamiento emocional de los chiquitines no es opcional, viene impuesta en el «contrato» que hemos establecido con la infancia al llamarnos y considerarnos «educadoras».
#progenitoresenlaescuela
Ya no hay excusas, ni argumentos que justifiquen los impedimentos para que padres y madres sean los agentes transformadores que posibiliten que el proceso sea el adecuado.
¡La oportunidad de procesos saludables de vinculación a la escuela solamente se pueden dar con padres y madres como protagonistas de apoyo, comprensión y consuelo!
Cuando los progenitores no pueden involucrarse para afrontar el desafío de la adaptación a la escuela es muy, muy difícil modular el temor infantil. No somos las educadoras las protagonistas de este momento tan significativo para los bebés, sois vosotros y vosotras, madres y padres, los únicos que podéis alentar que la inseguridad no tome los mandos del cerebro infantil.
La escuela se pone a disposición en vuestro propio proceso para que las dos tareas importantes, comprender lo que vive un bebé y saber hacer, cuenten con la fortaleza de la complicidad de la profesionalidad del equipo y el amor incondicional de los progenitores.
Misión: niños y niñas que se sientan seguros en la escuela.
Condición insoslayable:
«Padres y madres en la escuela» sois necesarios. Para contribuir de formas únicas y significativas. Solo con progenitores cooperando en la escuela se pueden logar procesos saludables».
¿Podemos contar con tu presencia y cooperación?
La mejora del proceso de vinculación comienza en el adulto
Nacen «impulsados hacia sus congéneres», sin ellos no pueden sobrevivir. Esta es la razón por la que el cerebro infantil está validando continuamente la presencia y disponibilidad de sus adultos protectores.
Predeterminados para el vínculo que será el pegamento que les conduzca a la supervivencia; no lograrlo o lograrlo inadecuadamente puede ser devastador para el cerebro infantil y su sistema nervioso autónomo.
Conocer para poder atender. Si me ves… ¿Quién es un bebé? ¿Cómo los ves? ¿Cómo les gustaría ser vistos? ¿Qué necesitan?
Acompañar el proceso de vinculación supone poder «ver» las características y necesidades de los pequeños.
Si vemos a los niños como son tal vez estemos en el camino de ofrecerles lo que necesitan de nosotros. Los bebés son dependientes en grado sumo, son necesidad en toda la extensión de la palabra.
¿Cuentan los pequeños con el aprecio y reconocimiento de su naturaleza?
Necesitan
- Explorar físicamente el mundo.
- Explorar sus capacidades físicas, cognitivas y emocionales.
- Explorar el mundo social.
No pueden hacerlo si…
- no se encuentran bien físicamente.
- no se encuentran bien emocionalmente.
- no se sienten conectados socialmente.
La finalidad no es que no experimenten emociones de tristeza o enfado
El foco no está en negarlas sino aprovecharlas para la conexión.
Más allá de innovaciones, más allá de metodologías, más allá de mil esfuerzos que pueden resultar fracasados por su escasa funcionalidad lo fundamental es que los educadores y progenitores sean capaces de digerir su propia vida para poder compartirla de manera saludable con otros.
¿En la escuela encuentran los niños consuelo, el bálsamo?
¿Conectamos con los circuitos cerebrales que tienen a disposición los pequeños o intentas convencer a sus lóbulos prefrontales para que autocontrolen, autorregulen, piensen, acuerden, se comprometan, decidan, solucionen… ? ¿En el periodo de acogida?
Paremos la sinrazón que impera en muchos centros cuando no nos paramos a pensar que el escenario que precisan es un estado de calma, de serenidad para reeditar el vínculo de apego sumando a su educador/a como figura cargada de afectividad.
Cuando no se dan las situaciones adecuadas muchos pequeños concluyen que no son atendidos, cuidados, queridos, importantes, valiosos; no porque no lo sean sino porque sus experiencias y relaciones no les permitieron sentirlo, pensarlo, creerlo.
¿Es posible que el repertorio de prácticas en el inicio de curso sea más empático con la infancia?
La tranquilidad no se improvisa. La información…
- El cerebro de un bebé necesita información relevante de seguridad. La seguridad solo la obtienen con la cercanía, disponibilidad y sintonía de sus figuras de apego. La dependencia, en especial de la figura de la madre, es muy potente. Los niños pequeños son muy vulnerables al estrés. Necesitan estar y sentirse permanente protegidos y escuchados.
- Un extraño por bienintencionado que sea no puede «consolar» a un bebé.
- La «amenaza» que interpreta el cerebro infantil cuando es separado de su madre es de una magnitud superlativa, tanta que si la madre no forma parte del proceso hasta que la educadora forma parte de la vida del niño, las consecuencias negativas pueden afectar a los «patrones» de seguridad con los que se maneje el niño en el futuro.
La tranquilidad no se improvisa. Reinventar…
¡No te conozco, soy pequeño/a! ¿Cómo comeré, dormiré, jugaré? ¿Me ves? ¿Puedo sentirme significativo?
- Rito de bienvenida. Saludos tenues, convocando a la calma (del adulto). Se respira, se sonríe, se calla ¡el silencio también habla a las criaturas de nuestra paz interior!
- No agobies a los niños con un discurso acelerado, su cerebro está procesando el mensaje que le envía tu comunicación no verbal ¡Cara/corazón!
- El adulto, con sus gestos le pone nombre a la vida. Deja que tu cuerpo mande el mensaje de afecto ¡estoy aquí, te veo! La tensión, las prisas… son barreras para la CONEXIÓN.
- Si la emocionalidad infantil da muestras de estar disponible para la cercanía, la educadora ABRAZA; si no es así, no hay urgencia, padres y madres atendiendo la necesaria transición. No es opcional, dedicar tiempo a acoger emocionalmente es salud mental.
La tranquilidad no se improvisa. Las personas…
- Sí, tiempo especial para nosotros. Cuando un bebé llora por separación su único consuelo son los brazos de su refugio de malestar, papá o mamá. Días a disposición de una acogida en comunidad, con complicidad.
- Decanta tus miedos. Exprésalos a la educadora, busca su complicidad y conexión. Los niños necesitan protección y seguridad ¡necesitan CONFIANZA!
- Educadoras, más que nunca tenemos entre las manos una labor de una grandísima responsabilidad. El autocuidado es imperativo, concedernos reposo emocional es necesario.
- La seguridad emocional no se impone, se gana. En septiembre, con más empeño, toda la sociedad podría contribuir para que la vuelta a los centros escolares se haga #AcariciandoelCorazón de la infancia ¡Centros escolares funcionando en alianza con las familias! Desde la confianza y el afecto, no desde el miedo.
- La escuela no lo puede todo. Insisto somos más efectivos si sumamos complicidad. El niño nos lo agradecerá a ambas partes. Piensa en tu disponibilidad… invierte en facilitar; todo menos hacer pasar al bebé de un día para otro por una situación de frustración absoluta. No tiene recursos para defenderse de nuestras decisiones.
- Revisión de plantillas de los profesionales ¡Tu autoestima, tu regulación emocional, tú equilibrio y centro!
- Lo más importante de una escuela infantil son las personas que la habitan. Promover vínculos entre profesionales y progenitores allana el camino ¡Fortaleza, sabiduría y cordialidad!
Las señales inequívocas
- Cada niño se enfrenta de una manera a su interpretación de la experiencia. El engaño del silencio. Un niño que no llora no quiere decir que se sienta seguro. No bajes la guardia, supervisa, observa reacciones pasivas. Puede haber llegado a la conclusión de abatimiento o insuficiencia, eso no es lo que buscamos, el niño debe sentirse bien en la escuela. No es una fase que “se soporta” y ya vendrán tiempos mejores. Los primeros contactos son determinantes, según sea la calidad de las experiencias. Decide cómo vas a influir.
- Ya está bien de praxis que desvirtúan la interacción con la infancia… ni todos en tropel, ni todos hora y media. No es el tiempo, es la sensibilidad hacia las señales ¿Se puede? No es opcional.
- Observar a tus alumnos, ellos son el mejor espejo de qué lector emocional tienen a su lado ¿Sientes tristeza cuando se apenan, te preocupas cuando temen, te llena de alegría su sonrisa? Ves a tus niños con los ojos del corazón, escuchas sus alborozos, también sus silencios; cuentan con tu afecto, se saben importantes para ti… Cuando un educador disfruta de las relaciones con sus alumnos, aunque haya conflictos, puedes estar tranquilo respecto a aquella relación. Las interacciones agradables son indicios de que el niño obtiene receptividad en su justa medida y eres su adulto confiable.
- Cuando la armonía llega los pequeños desactivan sus alertas, están preparados para ir ampliando vínculos y se disponen a gozar de sus sentidos.
Los recursos
- A la entrada de los centros cestos «recoge energía», notas, papeles en blanco para ser usados. Escribir frases de aliento para llevar ¡Estamos en el mismo barco!
- Nuevas normas. Nuevos hábitos en la escuela, de higiene, de observarnos, de cuidarnos… sirven para ahora, sirven para aprender a vivir. No desperdiciemos esta oportunidad.
- Crea rutinas, son un recurso inestimable, orientan, los peques se sienten seguros y en las circunstancias en las que estamos es inversión para no dejarse atrapar por la incertidumbre. La rutina de inicio de jornada es prioritaria, círculos de conexión, actividades de mindfulness… integración cerebral en el aquí y ahora.
- Toma tiempo para crear pautas, sin guión de acción no hay aval educativo, que los niños sepan que contamos con normas que cuidan de la convivencia y facilitan la interacción. No te olvides de comunicarlas con frecuencia y de mantenerlas con tu ejemplo.
- ¿Todavía no has pensado cuáles serán las tareas para garantizar que el grupo sea funcional, se aprenda, nos ayudemos y disfrutemos? Los comités son espectaculares, comité de bienvenida (aprender a saludar a los compañeros con cariño, hacernos presentes, asegurando la pertenencia de cada uno). Comité energizante, tiempos para los recreos cerebrales, paramos la actividad y nos dedicamos atenciones de oxígeno para las neuronas (nos movemos, bailamos, nos reímos, respiramos).
- Mesas de las soluciones, «me doy cuenta, estoy enfadada, en mi comunidad hay recursos, son oportunidades para aprender a resolver vida de forma humanizada». Láminas de identificación emocional, ruedas de regulación de intensidad del enfado, ruedas de soluciones… ¡Recuerda, en Infantil, informadas a través de los lenguajes de la infancia y por supuesto, modeladas!
- Tiempos fuera positivos para las educadoras, espacios en las salas para «recuperar cerebro pensante». Seguir haciendo de cualquier modo no es garantía de tu mejor versión, para, recupera energía… y podrás continuar con otro filtro en tu mirada.
- Más tiempo de calle, desde el bienestar físico hay pista libre para perseguir el afectivo. Si lo promovemos habremos invertido en salud para todos. Los niños y niñas de Infantil NO SON ESCOLARES ¡Intenta por todos los medios que tu espacio sea lo más parecido a un hogar y las actividades las que harían en él!

Entrar en el mundo infantil
No es el bebé el que entra en la escuela, sino la escuela la que invierte esfuerzo y afecto para hacerse un hueco en la vida del niño.
Fomentar vinculaciones saludables en las escuelas no es una opción es un deber. Este curso no puede quedarse en segundo plano esta finalidad, es la MISIÓN del año.
Y nunca está todo dicho.
¡Aliento para todos, mis mejores deseos para que el 2022-2023 sea un año significativo en nuestras vidas por el esfuerzo, sí, también por los logros en superación y crecimiento personal!
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