
Se nos han quedado líneas por escribir en el guión de un curso al que todavía no soy capaz de poner nombre. No sé cómo lo van a recordar los científicos que poblaban hasta el 11 de marzo la escuela. Les ha tocado articular experiencias que les acontecían de niños y niñas preparados y dispuestos para una vida social hiperexigente con vida de confinamiento absoluto, también hiperexigente.
Esta es una escuela en la que llevamos mucho tiempo empeñadas en la transformación de la Educación Infantil. Tanto que casi habíamos llegado a pensar que nuestros pasos estaban normalizados en la sociedad. Vino la COVID 19 y nos cayó como un jarro de agua fría.
La Infantil sigue siendo una etapa que se usa, se maneja, se manipula para fines que se me escapan a la razón y que no está ni reconocida, ni valorada. No es creencia, solo hay que constatar el trato que hemos recibido en estos meses.
También somos una escuela con motivación hasta recalcitrante; de la adversidad hemos hecho otras veces fortaleza y conseguimos flores en atmósferas sin oxígeno.
Quizás en esta ocasión se nos está haciendo más difícil porque sumar la enfermedad y sus secuelas feas con el desamparo de las administraciones han dejado un sabor agrio en la mirada de educadoras de los más vulnerables.
Hay que pasar página a estos tres meses y no lo voy a hacer sin permitirme, aunque duela, revisar las responsabilidades de cada cual y su impacto. No puedo controlarlas, ni lo deseo, sí es importante saber dónde estamos para poder trabajar desde realidades si se necesita transformarlas.
A mi entender, resulta pertinente y necesario transformar mucho en Infantil. Ojalá aprendamos de este pasado cercano para no repetirlo. No repetirlo es actuar, cada cual desde su parcela de poder, no resignándose con lo inaceptable.
Hoy nos queda claro quién ha ayudado a soportar esta tropelía y quiénes han sido los verdaderos protagonistas del esfuerzo y la superación en una situación de total incertidumbre.
¡Basta de parches en Infantil!

Con nostalgia
Los cursos son inspiración porque moverse entre gente que mira la vida desde los 70 o 100 centímetros de altura no te deja indiferente; un día descubres que, afortunadamente, te contagiaron su asombrosa mirada. Forma parte de los beneficios de compartir experiencias con niños y niñas.
Así nos sentíamos el 11 de marzo.
La historia de la escuela en estas fechas de final de curso siempre tenía el sello de broche a un esfuerzo comunitario por lograr ambientes de sencillez cálida que supusieran una estructura sólida a los procesos importantes que en cada niño y niña se dan en sus primeros años de vida.
El mes de junio era un sumatorio de experiencias de escuela rebosante de vida.
Un curso casi perfecto, la energía con la que emprendemos…
En septiembre partíamos de esa voluntad, hacer todo lo necesario para nutrir infancia prestando atención a lo que es importante para ella.
En esta escuela trabajamos experiencias sencillas, cada vez más. Hubo un tiempo en el que creíamos que innovar en Educación Infantil era transformar la escuela en un sumatorio de recursos y metodologías que por el mero hecho de ser disruptivas con lo anterior ya sentaban bien a la infancia. Estábamos reaccionando.
Hoy siento que se puede prescindir de muchas de estas demostraciones atractivas para el ego del educador, poco efectivas para los alumnos.
Caricias, palabras tiernas, demostraciones explícitas de comprensión, respeto y afecto; así de sencillo es el mundo del bienestar infantil ¡esta es la revolución necesaria en todas las escuelas y espacios educativos! Promoviendo desde el primer aliento la brújula que impide perder el rumbo, la conexión emocional.
Contamos con el mejor activo.
La Disciplina Positiva tiene en este centro su cuna, la mecemos con ternura, la cuidamos con mucho afecto.
Este programa vino para quedarse en la escuela, cada día nos enseña sus beneficios: Todo en los niños puede desvelarse si las escuelas se alejan de prácticas dañinas para la infancia. No se puede crecer, ni aprender en infantil sin el afecto y la confianza del educador.
La transformación de Infantil no será tal si no aprendemos a vincularnos de una manera saludable con nosotras mismas para poder interaccionar de forma adecuada con niños y niñas.
Y así, #acariciandoelCorazón, hemos estado acompañando vida en todos los meses de este curso.

Trabajamos en comunidad
Somos una obra creativa, poseemos un cerebro que habita un cuerpo y que tiene que construir una mente; para ello es indispensable la interacción con el medio ambiente. En periodo prenatal y en los primeros años de vida esta interacción queda determinada por el logro de… lectores de vida.
Sin relaciones de calidez los niños no pueden cambiar sus comportamientos.
Ningún proyecto de esta envergadura se realiza sin el aliento, la sabiduría y la creatividad de muchas personas.
Semejante empresa, acompañar construcción humana, es mejor acometerla en comunidad. Los peques están, en muchos casos, en un montón de núcleos sociales aislados, estancos, siendo diana de directrices incongruentes.
Esta escuela hace mucho tiempo que dijo NO a esta manera de proceder; los sin voz precisan de congruencia en sus vidas. Precisan del esfuerzo adulto para moverse en entornos seguros, amigables, coherentes.

Exigen la alianza entre escuela y familias.
- Instalaciones para todos: no parece lógico que se siga dejando a padres y madres en la puerta, estar y sentirse parte permite la colaboración.
- Canales de comunicación con los progenitores: si no lo expresas cómo puedes esperar que lo sepan. Derecho a contar con información puntual sobre lo que viven y afecta a los niños (bidireccional).
- Contribuición: la diversidad es enriquecimiento. El alumnado se puede ver muy beneficiado abriendo la actividad educativa a la comunidad. Padres y madres en la escuela, participando, aportando.
- Bases socio emocionales solidas: ¿de dónde hemos sacado la loca idea de que podemos educar en los sustantivo en soledad? El centro cuenta con una cultura, valores, principios… que deben ser cocreados, compartidos y mantenidos por los educadores y los progenitores para que la infancia cuente con cimientos saludables.
El 11 de marzo empezó una etapa en la que este trabajo de comunidad perdió la parte física, la de piel con piel, la de las miradas de conexión y empezó otra, la de los mensajes, las publicaciones, los correos, el pegamento humano a través de pantallas.
Hoy, siento, que seguimos siendo una hermosa comunidad, más allá de las zancadillas que nos haya puesto esta crisis.
Perder el tiempo en lo importante
Seguramente para muchos de vosotros ha sido evidente en este tiempo de parada forzosa, en el que la convivencia ha alcanzado su cota más alta, que en educación no todo vale y que merece la pena perder el tiempo en lo importante.
Pues ese era nuestro esfuerzo cada día en este curso sin nombre, aprovechar cada instante como irrepetible.
Gestos amables, cordialidad en el trato, calidez en las relaciones.
La confianza se construye a base de amor incondicional en la interacción.
Sin la percepción de entornos y relaciones amigables el cerebro infantil codifica mal la información. Objetivo, sentirse seguros ¿Cuántas veces, como educadores, la empatía con el malestar infantil, no forma parte de las relaciones cotidianas? Debería haber una gran señal, una alerta que nos hiciera parar y reflexionar, sin la pertenencia el niño no puede avanzar saludablemente.
No es opinión, es química cerebral.
En la hoja de ruta, directrices claras, poquitas, exquisitas:
No ha habido jornada en la escuela que no contara con:
- tiempo y espacios para el descubrimiento,
- tiempo para «asuntos propios»,
- tiempo y experiencias para alimentar el vínculo.

Y ahora sí, ya estábamos listos, coordenadas para mentes curiosas
Pues sí… estábamos entregadas a una tarea hermosa, descubrir mediante exploración ¿Habéis dejado de hacerlo adultos? Sería una pena porque es una tarea gozosa.
Nos empeñamos en conocer partiendo de entornos reales ¡habrá recurso más sugerente!
Amigo Ábol, trabajo por proyectos en Educación Infantil. No es una decisión caprichosa, es una decisión tomada a la luz de los aportes de la neurociencia sobre cómo aprenden los niños y qué estrategias optimizan atención, interés, motivación y aprendizaje.
Programar una salida es el punto de partida. El contacto con la realidad promueve experiencias que implican sensaciones, debidamente integradas darán lugar a imágenes y representaciones mentales de todo orden ¡Activando funciones mentales!
Íbamos sin guión preestablecido, parques de Madrid, lo que cuenta es lo que el medio provoca en los niños. Mientras, nosotras, atentas a la expresión de sorpresa y asombro, recogemos intereses en los que luego, en la escuela, enlazaremos todo el recorrido del proceso de enseñanza aprendizaje.
Dejar abierto el programa de «la salida» a lo que suscite el contacto de los niños con la naturaleza dota al proyecto de toda la flexibilidad necesaria para adaptarse a las verdaderas características y necesidades infantiles.
Acción. Escuela laboratorio. Con el cuerpo, con la mente, con el corazón
Con el sabor de varios parque de Madrid en los labios, con el tacto de los recursos físicos, con el sonido crujiente y estremecido de los frutos secos, con el color nunca más dorado de un otoño muy cálido, con las sensaciones del frío gélido que pasamos en el Retiro… se fue dando vida a un gran aliado este curso, compañero de andanzas, nuestro querido Amigo Árbol. Alma de cartón, base sólida. Y entre sus ramas, colgando, el buen hacer de las manos artesanas de un grupo de creativos sin par, nuestros chicos y chicas, avezados en el arte de imaginar.
Si las manos fueron instrumento no se quedó atrás la escucha, en tan corto espacio de tiempo las canciones, las retahílas, los poemas, ya forman parte del sonido ambiente de la escuela…ahora tan en silencio.
Sin tocar, sin moverse, no se aprende bien en Infantil.
Este final no es para siempre
Empezaba este artículo desde una emoción, ya estoy en otra ¡Gracias por todo lo vivido!
Toca despedirse y no me resulta fácil. Es un cierre de curso en el que hace sol, el cielo es más azul y los pájaros viven tiempos que ni imaginaban de tranquilidad y sosiego sin la presencia de los seres más racionales de la creación…
¡Y no estáis en la escuela! Vosotros, los protagonistas de esta publicación, faltáis.
Hay silencio entre estas cuatro paredes que tanto alborozo guardan.
Algunos estaréis de nuevo aquí en julio, no temáis, este centro nunca se permitirá ninguna medida que os haga mal. El distanciamiento físico no cabe en este lugar. Hay buenas razones que nos mueven a tomar decisiones que aunque fueren de riesgo, según algunos, son absolutamente necesarias si queremos #CuidarInfancia de manera integral, abandonando toda posibilidad de impactos traumáticos en el alumnado.
Otros volveréis a visitarnos, ya alumnos de otros centros, los colegios. Sabremos de vosotros porque la comunidad enREDada es segundo hogar y se regresa de tanto en tanto para recuperar raíces y seguir volando. Estaremos esperando el reencuentro con brazos envolventes, con corazones alentadores para vuestro crecimiento y bienestar.
Rendida a la generosidad de las familias de la escuela
Por vuestra confianza, por vuestro acompañamiento, por ser y estar enREDados.
Orgullosa y agradecida al equipo educador, con la sabiduría de la experiencia, con la mente abierta del que estrena curso escolar cada año empeñadas en que sea el mejor para su comunidad. Por su paciencia en esta etapa dificilísima por la que atravesamos.
Gracias a tantos que nos leéis y nos apoyáis y nos queréis.
Gracias a nuestros alumnos por ser mentes curiosas, los mejores maestros ¡Suerte pequeñitos, que la vida os trate muy bien!
Hemos usado mucho el cariño este curso y no se nos ha gastado.
Un educador de Infantil sabe bien de qué hablo.
NOTA: Devolver la alegría a la infancia pasa por reconocerla, hemos contado con una experiencia compleja en nuestras vidas, muchas decisiones podrían aprovechar el aprendizaje que hayamos hecho desde la responsabilidad que hemos contraído con los que no pueden «defenderse» de nuestras estrategias.
Como dice Mariano Sigman «para que el mundo sea menos ancho y ajeno, emprendamos una gesta humana para encontrarnos»
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