Dicen que Canarias es un paraíso. Saqué un billete para trasladarme el viernes y regresé el lunes. Os puedo asegurar que lo que he vivido es, cuando menos, experiencia mucho más allá de lo terrenal.
Tarea que llevaba, certificación de Disciplina Positiva en Canarias para familias y educadores. En la maleta muchos recursos para invitar a las personas a pensar sobre la influencia del afecto en las relaciones humanas, en especial en la infancia.
Iba preparada para «el mejor taller de nuestras vidas» experimentando el descubrimiento esencial que supone abrir el cuerpo y la mente a los efectos de la Disciplina Positiva. No tardé en verificar que esta formación ha supuesto una concentración densa de química de la que nos acerca.
Volviendo a los orígenes, antes de conocernos
La Disciplina Positiva en Canarias tiene un nombre propio, Leticia Bolumar. Una mujer que hace seis años sintió la llamada de un estreno. Se trataba de una filosofía con sabor dulce que llegaba desde América y aterrizó en nuestro centro, Escuela Gran Vía. Fuimos 25 personas de distintos puntos de España e incluso de otros países, los primeros certificados en Disciplina Positiva. Leticia se llevó un gran regalo para su tierra.
El regalo
Lo que sabíamos de los niños puede ser distinto de lo que los niños necesitan de nosotros:

Tratando de que lo deseable sea posible
Las primeras experiencias de difusión contaron con el esfuerzo de varias personas que de manera también individual y por tanto haciendo acopio de coraje contribuían ya, sin saberlo, a la creación de una comunidad de educadores, Mara Vizcaíno, Eva Salgado, Estrelicia Vega Cruz… se iniciaba el proceso de avance de la metodología.
El salto cualitativo fue, quizás, otro hito en la historia de este equipo canario que vino de la mano de una escuela infantil (cuánta satisfacción siento al escribir que las escuelas promueven mejoras). La escuela es Pizquito, dirigida por Gustavo Hernández Medina. Nos conocíamos de antaño. Ambos hemos trabajado las mieles de la educación democrática antes de conocer Disciplina Positiva. Ello significaba que nuestro terreno estaba preparado y activado para implementar lo que a todas luces era un fantástico marco. Un proyecto socio emocional para una comunidad educativa.
El nacimiento del futuro de la Disciplina Positiva en Canarias

Pizquito abrió sus puertas y, en dos experiencias directamente eficientes, se formó todo el equipo poniendo una base más sólida, demostrando que la potencialidad se empezaba a traducir en expectativas de cambio con muchos visos de realidad. Expectativas de que las sombras de prácticas educativas que han mostrado por activa y pasiva que no funcionan, se alejaran cada vez más de hogares y escuelas.
Sabiendo que hay que dar muchos pasos y persistir y no rendirse para que pasen al estado deseable, olvidadas por inactividad.
En aquellas dos certificaciones en Pizquito se formaron también un nutrido grupo de personas, Daura, Soraya, Yaiza, Muriel… entre ellas Sara Santiago Sosa.
Sara hizo mucho hueco en su mente y corazón para que anidara con calor la nueva filosofía que supone la Disciplina Positiva. Entre tanta cualidad humana que posee utilizó un hilo fino y poderoso para invitar, sugerir, contagiar el deseo de conocer la metodología del lenguaje de amor.
Tejió entre allegados, conocidos y seres queridos.
Compartió el núcleo básico, las ganas de aprender a relacionarnos de una manera más compasiva, más humanizada, más ética.
¡Es tremendo que en los entornos donde se ponen los cimientos de la afectividad humana, la familia y la escuela, siga existiendo la idea de que el conflicto es algo malo, algo que hay que sortear de cualquier manera; es tremendo que siga existiendo la violencia, el enfrentamiento, el sometimiento de unos por otros!
El hilo de la conexión

Las primeras actuaciones de los educadores de Disciplina Positiva no son fáciles, sin embargo, esta manera de ver la vida no deja impasible a nadie. La razón es que tiene el poder de alterar y revolver creencias. Hay muchas que no hay que desinstalar de nuestra batería energética, otras son mejorables. Y la Disciplina Positiva da lugar a la esperanza porque tiende puentes entre lo que vivimos en el presente y lo que deseamos para el futuro haciendo que el horizonte no se desdibuje en la vida cotidiana.
Este mensaje alentador se convierte en un poderoso hilo de vinculación entre las personas que nos hemos dejado seducir por una propuesta esforzada y maravillosa capaz de desencadenar un acontecimiento que muchos han abandonado, un tejido humano más compasivo, más ético.
Hay que pasar la prueba de la realidad, para que no sea un afán solo nuestro
Ha habido entre las experiencias descritas en los primeros párrafos y la última certificación mucho empeño. Contar con otros es suponer que los demás también desean un paradigma distinto para abordar la praxis educativa.
Las relaciones de afinidad, en un principio, están solo en la mente del educador, quedan sujetas al azar. Poco a poco se va tomando conciencia de que tu necesidad no es singular, es también la de muchos progenitores y profesionales vinculados a la infancia.
Estamos dando muchos pasos de un proyecto que pretende incidir en la mejora de la educación como medio optimizador para vivir y para ser.
Creo no equivocarme al decir que adquirir la identidad de comunidad transformadora amplia sin límite la cantidad de vivencias de interacción. Con ellas se ponen de manifiesto las inquietudes de las personas, sus necesidades, sus perspectivas y aportaciones.
Los talleres se hacen abriéndose a la realidad de sus gentes
Cuando un grupo de personas se vinculan con ese hilo invisible y consistente, cuando se respira la voluntad de abrir la mente, cuando se comunica con el corazón, cuando hay complicidades sin fin… se vive una experiencia preciosa.
Regreso de Las Palmas sintiendo ESPERANZA, cada proceso humano que se inicia con cada certificación es oportunidad de crecimiento para las interacciones personales y profesionales. No está presente la infancia en los talleres y sin embargo palpita por los cuatro costados, #cuidarla es la finalidad.
¡Estamos empeñados en lograrlo!
Cocido a fuego lento, con muchísimo cariño, este artículo es fruto de una necesidad personal. Escribir letras homenaje y reconocimiento a un equipo que está trabajando con la piedra angular de la afectividad infantil; para ello nada más eficaz que ponernos el foco como adultos y aprender a enviar el mensaje de amor.
Gracias educadores en Disciplina Positiva de Canarias.

LISTADO DE EDUCADORES EN DISCIPLINA POSITIVA:
- Leticia Bolumar: leticiabolumar@icloud.com
- Gustavo Hernández: http://pizquito.es/
- Sara Santiago Sosa: mariasarasantiago
@gmail.com - Guacimara Vizcaíno: guacivizcainope
@hotmail.com - Yaiza González Hernández: yagohe@gmail.com
- Acerina García: acerinalp@hotmail.com
- Estrelicia Vega: estreliciavegacruz@gmail.com
- Eva Salgado: http://www.disciplinapositivacanarias.com/
- Soraya Revuelta: sorayarevuelta@gmail.com
- Muriel Santana: https://murielcerezas.com/
- Verónica Formoso: veforce@gmail.com
- Teresa Santana: mteresasantana4@gmail.com
- Carmen García: http://www.educaconsciente.com
- Lía González: liagonzalez.dp@gmail.com
- Norma Zaira Díaz: Neuroemotiva@gmail.com
- Almudena Herrera: almudhm@gmail.com
- Sandra Rodríguez Gil: https://innoeducando.wordpress.com/
Gracias Marisa por tu generosidad y ser siempre fuente de inspiración. Te estaré eternamente agradecida por acogerme en tu escuela y vivir juntas una experiencia cristalizante, que marcó para siempre mi forma de entender la educación, las relaciones, el mundo…
Muchísimas gracias Leticia por tu comentario y especialmente por tu aprecio y cariño. Me siento muy afortunada por haberte conocido y que podamos hacer este gran camino en conexión.
Abrazo grande!