Viernes, 4 de marzo a las 14:00 horas.
¡Hoy quiero aprender! Esta semana intensa todos aprendiendo. Los niños con Jesús, el médico que nos atiende en la escuela. La persona que me ha enseñado que también en la enfermedad hay que confiar en las capacidades del niño, que los medicamentos sólo deben ser usados cuando son totalmente imprescindibles, que no debemos confundir nuestra inquietud por la salud con tratamientos que acallan nuestra preocupación pero que no siempre promueven el fortalecimiento de sus cuerpecillos.
En la película os podéis hacer una idea de la jornada. Es la primera que hago y sé que me ha quedado un poco lenta. ¡Prometo mejorarla!
La mamá de Inés, el papá de Helena, la visita a correos y a la panadería… continuaremos conociendo el entorno, a las personas que habitualmente interactúan con nosotros, sus profesiones… sintiéndonos miembros de nuestra comunidad. Gracias a todos por vuestra colaboración.
Y nosotras, de aquí para allá, ayer fuimos a Interdidac. Nos sorprendió sobremanera, en años anteriores, todos los stand estaban repletos de libros de texto, proyectos educativos en papel. De esta vez, no vimos ni uno. Todos eran aparatos, cables, imágenes virtuales por doquier… a nosotras nos venía bien. La visita tenía un objetivo, conocer las pizarras digitales. Nos explicaron en varias marcas, pudimos tocar, experimentar. Y siempre teníamos que puntualizar, no sabemos qué producto queremos comprar porque no tenemos los conocimientos y dos, los sujetos receptores de su uso son nuestros chicos de dos años. La primera parte es la más difícil de solucionar porque aunque se esfuerzan en explicarnos, de donde no hay no se puede sacar. Así es que recopilamos información y ya iremos traduciendo lo que podamos a lenguaje asequible a nuestras muchas ganas pero escasos conocimientos.
De la segunda, los chicos, estoy convencida de que son mayores nuestras barreras mentales que sus posibles desarrollos en la práctica. Nos quedan dudas del tipo ¿puntero sí, puntero no?… ¡Vamos a hacer más cursos para formarnos! Es imprescindible no privar a los niños de una herramienta que no es el futuro, es el presente (como decía Álex de la iglesia)
Y os escribo esto a un par de horas de la fiesta del carnaval y de la despedida del invierno. Este curso las hemos hecho coincidir. Siempre hacemos la merienda del chocolate con churros en la despedida del invierno. No os voy a ocultar que nos genera un sentimiento ambivalente, nos ilusiona y a la vez quién me diera que hubiese pasado ya. Hasta que no vemos que todo salió bien, que os habéis comido todo y que os lleváis puestas las buenas caras… no descansamos. En fin, que esperamos compartir un rato agradable.
Las imágenes del evento no sé si podré incluirlas hoy en este post. De momento, sólo tenemos la intención, si la sobremesa del chocolate y las «orejas», lo permite, las copio. El disfraz de este año no sabemos si a alguno os traerá malos recuerdos. Van de semáforos ¡ojalá ninguno de vosotros tenga asociaciones mentales a momentos desafortunados para el bolsillo!
Sábado, 5 de marzo, alas 13:00.

Ayer os contaba los prolegómenos de la fiesta. Hoy ya relato la historia de«lo que pudo ser y no fue». Es decir, la fiesta del chocolate sin churros.
Todo estaba preparado, las «orejas», las pastitas, el chocolate… faltaban los churros que siempre nos los hace el mismo establecimiento. A las 16:30 debíamos haber empezado a degustarlos. Sé quien incluso no había comido para reservarse para el acontecimiento.
Nos dieron las menos cuarto, las en punto, mediaron varias llamadas telefónicas, «no se preocupe, van en seguida». Habíamos programado para que todo resultase bien y al final, sólo esperaba un golpe de suerte ¡que apareciesen los dichosos churros! Y llegaron las seis menos veinte y con ellas los deseados y por mi parte, ya odiados, churros. Bueno, no entro en detalle. Debió haber algún problema y en vez de reconocerlo nos dieron largas.

Ayer estaba tan enfadada que decidí no acabar el post. Hoy ya lo airado de la situación ha pasado a categoría de anecdótico y me quedo con lo positivo. La escuela fue punto de encuentro del pasado, del presente y del futuro. Ex alumnos, Lucas, Irene, Marina, Marta, Guillermo, Laura, Inés, Jorge, Marta que crecen como la espuma, junto a nuestros chicos mayores y los chiquitines recién venidos a la escuela, Liam y Ana.
Los padres hicistéis gala de cariño y buena voluntad «quitando hierro al asunto». Me imagino que a partir de ahora, en las charlas del equipo, la palabra churro habrá adquirido para nosotras una nueva acepción. Incluso dará para «algunas risas». De momento, sólo siento necesidad de pediros disculpas y agradeceros la compañía.
¡Buen fin de semana!
Marisa, para Mateo , el de la foto 😉 el churro es «bolsa» porque tiene como un «asa» y lo que es ayer, no paraba de decir «bolsa, mamá, bolsa» es decir, se puso «morao»
Menos mal que al menos Mateo le sacó partido a la tarde. Ya te digo yo que es un «super». ¡Espero que le sentasen bien las «bolsas»!