Corre que vuela, ya otra semana toca a su fin. Andamos liadas, nos hemos inscrito en algunos cursos online, uno Redes Sociales en educación, otro La informática en el aula de Educación Infantil y el tercero Proyecto Curricular en Infantil. Sólo el primero ha comenzado, y tengo que contaros que estoy encantada. Somos 275 docentes de todo el mundo y como dice Juán José Haro «cada uno aporta sus conocimientos y experiencia y esta inteligencia colectiva es la que proporciona el mayor aliciente al taller».
También tenemos hilvanada una encuesta que nos gustaría que rellenáseis. El objetivo es vernos a través de vuestros ojos. Evaluarnos para modificar lo que sea necesario y mejorar.
…más cosas, de las super importantes ¡ha nacido Diego! un precioso chicarrón de más de cuatro kilos que es la felicidad de la familia entera, incluido Pablo que no ha manifestado ningún síntoma de sentir su atención mermada o su terreno invadido. ¡Felicidades!
… más, Jesús ha publicado un artículo «No todos los legañosos tienen conjuntivitis» . La medicación sin un diagnóstico, sin un tratamiento ¿cuántas veces lo hacemos? ¿se debe hacer? ¿lo hacemos para proseguir con nuestro ritmo laboral disimulando la enfermedad? ¿hay «un quitarse de en medio la responsabilidad, cuando las escuelas exigen informes médicos para admisión de los alumnos enfermos? No os olvidéis de que medicar sin necesidad tiene consecuencias.
… más de nuestros niños, pues si, en la escuela ya estamos con la velocidad de crucero que imprime estar en el ecuador del curso. Como hasta ahora los «minis», con su programa de estimulación, abriendo sus sentidos al mundo. Han trabajado su imagen en el espejo, movimientos dirigidos (con la cabeza decir si/no, con las manos, los lobitos/las palmitas), movimientos de boca asociados a sonido (imitamos al perro/guau, al gato/miau, a la vaca/muu, al pato/cuá…).
Los de un año ¡ay! llevo una semana entera oyendo los lamentos de Cris, su educadora. No me perdona el comentario, sobre sus peques, de la semana pasada. Yo, a duras penas, consigo convencerla de que mi crítica es constructiva y que para nada interfiere con el reconocimiento de los logros que tienen en otros aspectos del desarrollo. Es justo que esta semana le demos la réplica, así es que os escribo su repaso de la semana:
Esta semana hemos he hecho un circuito para trabajar la subida y bajada de escaleras gateando. Hemos seguido experimentando con las prendas de vestir, ha tocado quitarse la bufanda.
Amplían vocabulario. Claro como estamos rodeadas de invierno, en las paredes, en los murales, en los objetivos, en las actividades… y por supuesto en la calle, pues los términos que ha aprendido forman parte de la unidad: gorro y zapato. Con el correpasillos como apoyo/instrumento se desplazan por dónde quieren ¡emulando a Alonso!
La coordinación óculo/manual, la rotación y percepción de muñeca, la pinza… con los garabatos que cada día les emocionan más. Otra historia son los gomets, exigen pinza y fuerza ¡reto !¡a trabajar! eso si, poco apoco.
Novedad de la sala, la incorporación de un compañero, Álvaro. A pesar de que sus papás están bajo los efectos de la natural preocupación por el inicio de su vida escolar, él ha respondido como un campeón. Lagrimitas en la despedida que escasamente duran un segundo más después de la partida, de lo que hasta ahora era únicamente, su seguridad. Come medianamente, duerme como una marmota, se desplaza por la sala como si la conociera de toda la vida… y empieza a establecer su vínculo de apego con la educadora. Bueno, sé que es difícil, pero tranquilidad. Es chiquitín y requiere tiempo, paciencia y mucho cariño.
Alguno, no digo nombres, echando un pulso en casa. Es evolutivo, a los comienzos de los dos años, ya saben que su comportamiento tiene la posibilidad de modificar situaciones… y lo hacen en función de su necesidad de ir conociéndose a sí mismos, y en función de su necesidad de atención, más o menos determinada por estados ánimicos.
… más cosas de mis chicos, los mayores siguen inmersos en las actividades, láminas, conversaciones, cuentos, audiciones… que les motivan a explorar, manipular, observar el tiempo que hace, la ropa que necesitamos llevar para abrigarnos (conocemos sus nombres, nos las ponemos y quitamos, trabajando habilidades y reflexionando sobre las diferencias frío/calor) y para defendernos de la enfermedad. Trabajamos la alimentación como fuente de salud, la necesidad de cuidar el cuerpo para estar sano.
Las series nos ayudan a ordenar, clasificar… discriminamos sonidos producidos por nuestro cuerpo: toser, estornudar, reír, llorar, bostezar… muy atentos escuchamos y diferenciamos. En plástica, tomamos contacto con uno de los grandes, Leonardo Da Vinci. Ya La Gioconda forma parte de nuestras vidas, todos los días nos mira con serenidad, con alegría, con misterio…
… más, lo de cada fin de semana ¡que disfrutéis! Yo he empezado el mío ayer, fui a la ópera (Mmmm… ) La Traviata. Violeta, Alfredo… Verdi ¡Qué pasión!
Cada vez que entro a una escuela, me siento como inundado por una ola de nostalgia. La mayoría de las escuelas que he visitado en este siglo 21, tienen exactamente la misma apariencia que las escuelas a las que asistí en la década de 1970. Las aulas son del mismo tamaño. Los mismos pupitres formando las mismas filas. Tablones de anuncios con el calendario escolar. Incluso los pasillos huelen igual. Claro, en algunas aulas puede que hoy haya un ordenador o dos. Pero en muchos aspectos, las escuelas a las que asisten los niños de hoy, resultan indistinguibles de las que sus padres y abuelos utilizaron.
De entrada, ese déjà vu enternece mi alma. Pero luego pienso en ello. ¿Cuántos otros lugares mantienen exactamente la misma apariencia que tenían en los años 20, 30 o 40? Los bancos no. Los hospitales tampoco. Los supermercados mucho menos. Ni siquiera las iglesias. Tal vez el dulce aroma de la nostalgia sea realmente el hedor del estancamiento. Dado que la mayoría de las otras instituciones de la sociedad han cambiado drásticamente en el último medio siglo, la inmovilidad de las escuelas resulta extraña. Y es doblemente extraña, porque la escuela, en sí, es un invento moderno, no es algo que hemos heredado de la antigüedad.
Hubo un tiempo en el que una persona joven aprendía los secretos de la labor que usaría durante el resto de su vida. Este modelo servía cuando los cambios eran lentos y la gente hacía, al final de su vida, algo parecido a lo que había aprendido a hacer al comienzo.
Esto no funciona en un mundo donde la mayoría de las personas están trabajando en un empleo que ni siquiera existía cuando habían nacido. Quizás aún no sea tan así, pero nos estamos acercando lo suficiente como para vislumbrar el dilema: Si cualquier habilidad que aprende hoy un chico será obsoleta antes de que empiece a usarla, entonces, ¿qué es lo que realmente tiene que aprender?
La respuesta es obvia: La única habilidad competitiva a largo plazo es la habilidad para aprender.
Así que ¿cuál es la cuestión? ¿Ir a la escuela o aprender?
Ir a la escuela ha sido la gran meta de la mayoría durante mucho tiempo. La escuela son las pruebas, las calificaciones y las normas, la toma de apuntes y las reuniones. Aprendizaje, por el contrario, es «conseguirlo”. Es el gran avance conceptual que permite al estudiante entender las cosas y, a continuación, ser capaz de pasar a otra cosa. El aprendizaje no se preocupa por los libros de texto o las pruebas de control.
Durante demasiado tiempo, la gente inteligente ha creído que la escuela fue organizada para fomentar el aprendizaje. Durante mucho tiempo, sin embargo, las personas que conocen el tema, se han dado cuenta de que escuela y aprendizaje son actividades fundamentalmente diferentes.
Teniendo en cuenta la evolución del mundo actual, y lo que está por venir, no es descabellado pensar que el actual modelo tradicional simplemente no está a la altura, es obsoleto y fuera de sintonía con las necesidades de la vida moderna.
Tenemos que olvidar nuestras nostalgias y conseguir elevar nuestro punto de vista hasta un nivel más alto para poder ver esto. Tenemos que salir de la perspectiva miope que nos está llevando al abismo. Las «soluciones» y «reformas» que se están constantemente discutiendo, son las ideas de la vieja escuela, basada en un sistema que está pasado de fecha y que ya no es aplicable al mundo en que vivimos. Observa a tu alrededor. Mira el ritmo de los cambios de hoy en día, como evoluciona el panorama de los negocios y de nuestra cultura. Estamos en medio de importantes cambios. Ya no se trata de una evolución sólo un poco «más rápida» o «nueva», al igual que en los últimos 50 años… No, estamos en medio de un cambio significativo en cómo suceden las cosas y cómo nuestras vidas funcionan.
Aquellos que lo «harán bien» en este mundo, de hecho, los que liderarán este mundo serán los que estén preparados para ello. La preparación requerirá sólidas habilidades para “pensar”, para ser capaz de razonar sobre los principios y hacerlo a la luz del pensamiento creativo.
En un artículo reciente del New York Times se hablaba del «liderazgo en la innovación» y los empresarios llegaban a la conclusión de que «tenemos que dejar de pensar». El mundo de los negocios está pagando cientos de millones de dólares a consultores -el artículo les llama «los cerebros de alquiler»- que son capaces de «innovar» para dichos negocios, y la forma de la innovación no es otra que el pensamiento creativo. Aparentemente sencillo. Pero simplemente no hay mucha gente preparada para hacerlo «desde dentro de nuestras empresas».
Esta es una de las principales razones por las que la «escuela» se revela a sí misma caducada. La escuela tal y como la hemos conocido, tal vez tenía un propósito hace 50-100 años -todavía no estoy convencido de que fuese el mejor modelo, incluso para aquellos tiempos-, sin embargo, es un concepto completamente equivocado en el mundo actual.
Necesitamos un sistema educativo que prepare para el mundo de hoy, lo que significa enseñar a los estudiantes a saber cómo prepararse. ¿Se ve la diferencia? Ya no podemos simplemente prepararlos para el presente, porque en el momento que salgan por el otro extremo, veinte años más tarde, ya estarán «obsoletos». Tenemos que encontrar la forma de preparar a los estudiantes para el mundo que se encontrarán en su momento, y que es un mundo que no existe todavía. Tenemos que prepararlos para resolver problemas que ni siquiera aun hemos identificado.
¿Da miedo? No, en lo más mínimo. Todo gira alrededor de un relegado concepto denominado: “PENSAR”, y esta es una “cosa” en la que la educación tradicional no ha hecho un buen trabajo de «enseñanza».
La escuela es tan «Siglo XX» – Dugutigui
http://damantigui.wordpress.com
Me ha sorprendido tu comentario, en muchos aspectos estoy de acuerdo con tu relato. La escuela actual no es la que debiera, obsoleta, entumecida, artrósica… no conectamos con el alumno y así difícilmente podemos hablar de «aprendizaje». Contenidos desmesurados por los que se pasa de puntillas, rozándolos. Controles que no se sabe muy bien qué miden, acaso kilos o gramos de temarios memorizados para el momento. Desilusión y falta de pasión por la tarea más hermosa del mundo. Leyes hechas por teóricos de la educación (en el mejor de los casos), que no por docentes que llevan la vocación en sus venas… Ni tan siquiera sabemos para qué tipo de sociedad hay que preparar a los chicos, tienes razón. Pero hay un detalle en el que difiero, la necesidad de aprender de los educandos es tan grande que a mi me hace ser positiva. Sé que ni con metodologías atrofiantes se acabará con la necesidad imperiosa de ser, de pensar, de aprender… la escuela necesita una revolución, la escuela es lenta para innovar, la escuela tiene que hacer introspección y apoyar a los chicos en el desarrollo de sus capacidades para afrontar la sociedad del presente y ser capaces de mantener el pensamiento divergente que abra el abanico de posibilidades de su adaptación a las venideras. No tengo la solución, cada día intento dar lo mejor de mi para mis chicos… pero me inquieta buscar esa mejora. Muchas gracias por tu reflexión.
Sigo meditando sobre tu comentario, quizá el problema fundamental es que la educación deba ser inherente al cambio, el niño cambia, la sociedad cambia. Hay una frase que tengo en mi baúl de los recuerdos académicos que dice » no se tiene con el alma de nuestros niños los mismos cuidados que se tienen con sus pies. Se les compra zapatos a medida, pero no se les prepara una escuela a medida» Claparéde. ¿Cómo se hace una escuela a medida? conjurando, potenciando sus cualidades personales con afecto, comprensión y cercanía. Buscando la enseñanza activa entendida como estímulo de actividad mental. Mis pequeños para tener actividad mental, casi siempre, necesitan de actividad física, explorar, manipular… los mayores, no necesitan siempre de la física para conseguir estar activos mentalmente. Creo que precisan de entornos que les ayuden a «construir» , a ser responsables, con esfuerzo y respeto.
Comparto en cierta medida tus reflexiones y, ante todo, no soy un experto en la material. Mi trabajo es la logística internacional. Mi reflexión viene de la observación y la experiencia, Puedo estar de acuerdo en que los docentes, posiblemente, tengan las manos tan atadas como el resto de la sociedad y sea el sistema, en general, lo que no funciona. Y desde luego no dudo de vuestra buena voluntad.
Pero lo cierto es que todo eso es irrelevante. La evolución es cada vez más rápida e imparable y se llevará por delante sistemas tanto políticos como de enseñanza –o de cualquier tipo-, que no sean capaces de adaptarse a los tiempos.
Si bien la escuela fue creada, en su día, para cubrir las necesidades del sistema de entonces, a saber: educar trabajadores obedientes y quitar de en medio a los hijos, para que sus padres pudiesen producir, estos objetivos ya no son tan validos a fecha de hoy con el tremendo avance de la tecnología y, en consecuencia, una cada vez menor necesidad de mano de obra humana.
Y en ese nuevo mundo tecnológico que ahora ya se empieza a vislumbrar, solo los que hayan sido educados en el pensamiento creativo serán capaces de prosperar.
Y ahí es donde radica el problema. El sistema educativo español –y por ende el internacional- sigue empecinado en evitar a toda costa una educación basada en ensañar al alumno a razonar, lo que sigue siendo un concepto –para ellos- peligroso y revolucionario.
Y así van las cosas…
En mi caso, he estado tentado de sacar a mis hijos de la escuela en varias ocasiones y educarlos en casa –tecnología sobra para ello. No lo he hecho, pero por mi mala conciencia al respecto, me he preocupado de enseñarles a razonar y a pensar críticamente desde que fueron capaces de hacerlo. Tal vez te sorprenda, pero en mi casa no hay televisión desde hace mas de 15 años.
Y si yo fuera docente, a pesar de las imposiciones legales o de otro tipo que podáis tener, emplearía una parte de mi tiempo a enseñar a pensar a mis alumnos, pues solo eso podrá garantizarles un futuro que aún no conocemos. Memorizar conceptos obsoletos o descaradamente manipulados, no les va a ayudar en nada. Y la prueba esta ahí, en la calle: 4 millones de parados –que han ido a la escuela- y una administración política de bandoleros, -que también ha ido a la escuela- y todos dirigidos por una clase financiera de atracadores que, en muchos casos, han ido a las mejores escuelas. Y toda esta gente no ha traspasado una membrana que nos separe de una realidad alternativa. No. Todos ellos –y todos nosotros- somos producto de un sistema educativo pernicioso y suicida. Porque la educación es la raíz de todo los que esta pasando y que pasará, bueno y malo.
Y es solo por ahí por donde se podría empezar a cambiar, a no ser que queramos que el cambio –inexorable-. nos lleve por delate a todos y con todo lo que conocemos.
Se que todo esto puede sonar un poco radical y bastante catastrofista. También se que no va a pasar mañana. Pero va a ocurrir en un plazo de tiempo no demasiado largo.
Así que cuanto antes nos pongamos manos a la obra, mejor para todos.
Para terminar, desde mi punto de vista, no se trata de enseñar a “construir”. Nada que se pueda construir hoy, tendrá validez a la vuelta de pocos años. Se trata de ensañarles a “conseguir” construir, lo que sea y cuando sea.
No te he constado antes, porque no había leído tus respuestas. Ahora las recibiré por e-mail, aunque, como te comento más arriba, tal vez no sea la persona indicada para discutir estos temas.
Yo también he tardado en contestarte, una, porque lejos de esta conversación de calado trascendental, he tenido que hacer frente a las actividades cotidianas de una madre de familia numerosa, en Domingo. Y, dos, porque creo que nos hemos metido en una conversación de cierta envergadura y no quiero decir cosas impulsivas, no meditadas.
De nuevo, si y no. Me identifico con la mayor parte de tus argumentos (que me suenan a grito, a pena). El feedback sociedad/escuela es innegable, con muchos aspectos positivos y no pocos negativos. Hablas del cambio vertiginoso que han impuesto las tenologías. No es el único, el primer núcleo educativo es la familia que imprime comportamientos, costumbres, hábitos, tradiciones, acuña el futuro del chico. ¡Y también ha cambiado!, ya el entorno familiar no es el mismo de hace 40 años, es más libre de presión social en pautas de actuación con relación a los niños (no se depende como entonces de lo bien o mal visto), pero esto no siempre es positivo para los peques (ej. antes se daba de comer en cada edad lo que correspondía para ejercer el rol de buena madre, hoy, esta presión social no existe y no siempre se ha sustituido por modos de hacer que resulten saludables para los niños). El núcleo familiar es más pequeño, ya no están los abuelos, con lo que supone de pérdida de traspaso de experiencias para los niños. La incorporación masiva de la mujer a la vida laboral, con la consiguiente asunción de los educadores infantiles de la crianza. Hay muchas familias monoparentales, como resultado de separaciones… ha cambiado. Su poder modelador es innegable, para bien o para mal, la familia condiciona, influye, tiene el más alto valor pedagógico.
La escuela continúa esa tarea de configuración que comienza la familia. Y dices, no ha cambiado, yo también lo pienso. Y de mi experiencia con los chiquitines, te puedo decir que creo que en la infantil (primeros años de la vida) la curiosidad, la capacidad de asombro, la imaginación, el descubrir investigando… son sus constantes vitales. Y que el sistema educativo acaba con esa inquietud por conocer, por imaginar, por preguntar…
La familia, la escuela… la sociedad, la que en su conjunto condiciona el desarrollo humano, la urdimbre que conecta economía/educación/control social/cambio… ¿Qué es primero? ¿Qué estimulamos, qué propugnamos como mecanismos de control, a qué logros impulsamos a los chicos?¿Individuos con exceso de bienes materiales que confundan y anestesien al intelecto?
Bueno… volvemos al principio, que efectivamente la escuela tiene que ayudar a los alumnos a vivir en un entorno distinto del familiar, a sentirse miembro de los grupos a los que se pertenece, desarrollando habilidades y competencias para «lo que sea y cuando sea» (como tú dices)… que tenemos que cambiar, porque el ser humano llega a ser aquello para lo que se educa. Que como decía Unamuno, ser educador implica la necesidad de cultivar al niño que todos llevamos dentro. Buscar el equilibrio en esta interrelación de lo social y la formación personal, los logros de identidad autónoma.
Como verás, tampoco tengo la solución, pero sé que no se debe desfallecer, que hay que creer en la capacidad del individuo para sobreponerse a las adversidades y reinventarse, que cada uno, cumpliendo con su responsabilidad, aporta,tus hijos aprenderán de tu esfuerzo, de tu entrega, de tu espíritu crítico, de tus frustraciones y de tus éxitos, tus compañeros de trabajo, de la relación contigo, también aprenderán solidaridad, generosidad, desempeño… tus amigos, tus seres queridos, de tu afecto, de tu cercanía. Es una forma humilde de transformar el mundo, pero soy optimista y creo en ella.
Sólo decirte que me ha encantado tu comentario/experiencia. Pienso que sería una práctica muy aconsejable, parar y meditar. Muchísimas gracias-
Bueno yo no entro en debate (que me parece de lo más interesante), solo entro para decir que desde hoy sigo el blog porque me ha gustado mucho.
Salu2
Hola Vanessa yo te sigo de hace tiempo, de hecho verás que el enlace a tu página está en la barra lateral del blog. Haces una excelente labor. Este fin de semana, Dugutigui, comentó en el post, hacía una profunda y seria reflexión sobre la educación. Pienso que las personas que estamos directamente implicadas en el aprendizaje tenemos que cambiar los planteamientos, las metodologías y las estrategias, buscar una enseñanza basada en los proyectos, interactiva, que involucre al educando y le dote de potencialidades para afrontar su futuro. Desde hace poco más de un año vivo más de cerca las inquietudes de otros docentes, el inicio de mi mundo online me ha permitido renovar la esperanza y volver a tener la expectativa de que el cambio no es imposible, hay mucha gente con ilusión y entrega que medita sobre la educación y su mejora (bueno yo siempre digo que más que mejora hace falta una revolución). Somos los responsables, si los chicos no están preparados hay que volver la mirada hacia nosotros, los educadores ¡Ojalá sepamos reinventarnos! Muchas gracias. Un beso.
A propósito del tema de debate copio un artículo que quizá pone luz (http://juandomingofarnos.wordpress.com/):
La política, o las estructuras de la sociedad, sólo desempeñan un papel de circunstancias accidentales que puedan prohibir el despliegue completo de tales principios, pero no son teóricamente relevantes para la psicología o la pedagogía….
…es por eso mismo que los planteamientos pueden evolucionar en dos sentidos: uno de continuidad-aunque sea evolucionada, obviamente- iy la otra de ruptura (disrupción) con lo qué vamos hacia otros modelos…
…es precisamente en este último campo, incluso superando las teorías de Vigotsky y su teoria cognitiva y psicosocial de la actividad, las personas de manera individual y colectiva, con las NUEVAS ARMAS QUE TENEMOS AHORA, las TIC, podemos producir cuántas modificaciones consideremos oportunas, si la Sociedad se rige por principios que hasta ahora eran impensables….
..por tanto la EDUCACION, no puede cambiar por si sóla, como hemos dicho muchas veces, necesita un cambio SOCIAL, ya que es una parte de esta sociedad, entonces y solo entonces, podemos aspirar a otras formas INCLUSIVAS Y UBICUAS en la formación personal y social, que nos llevará a una mejora Social y por tanto educacional.
Autor: Juan Domingo