Viernes y sábado, en dos jornadas ha transcurrido el tercer Taller de Disciplina Positiva en la escuela, en Madrid. Padres y madres, personas interesadas en conocer y aprender reflexionando juntos sobre educación.
Iniciamos la reunión expresando la intencionalidad, no buscamos convencer a nadie, sí queremos haceros el regalo del mensaje de la Disciplina Positiva. «Deseamos sea tan revelador en vuestras vidas como lo está siendo en las nuestras». En este taller no hay recetas, no hay pautas, no hay fórmulas mágicas. No hay combustible que en ese viaje que hemos emprendido como educadores nos vaya a llevar a puerto tan solo siguiendo a pies juntillas las indicaciones de tres facilitadores que por carambolas de la vida se asoman de refilón a vuestras prácticas educativas. La energía eficaz está dentro de vosotros.
Hemos hablado, los contenidos se agolpan uno encima de otro ¡queremos comunicar tanto! ¿Pones todo el esfuerzo y aun así no obtienes la respuesta deseada? ¿Caes en el desánimo?¿Te has fijado en que el niño actúa de distinta manera con unos y con otros, incluso contigo dependiendo de tu estado de ánimo? Es importante que los padres sepan cómo influyen sus decisiones, su «estilo perceptivo», en el comportamiento infantil. Los niños están obligados a que no se les escape nada, entre otras cosas, leen tus emociones, tus gestos, cuál es tu manera de ver el mundo e interaccionar con él. El control, la complacencia, la comodidad, la superioridad… la cara que le pones a los momentos de tensión, las estrategias que utilizas, cómo te autocontrolas… la coherencia entre lo que dices y lo que haces.
Es su obligación, observar y experimentar explorándote. Conocerte le es muy útil porque eres su garantía de supervivencia, eres la fuente de su individualidad, eres recursos, eres respuestas, eres oportunidades de desarrollar habilidades y competencias de vida. Es su obligación, lograr tu cercanía y el reconocimiento, y no cejará en el empeño aunque para ello tenga que portarse mal.
¿Qué piensas? Puede ser una información valiosísima, saber que nuestra forma de actuar invita al comportamiento infantil, también al mal comportamiento. Tienes, desde el momento en que te haces consciente, una gran herramienta en tus manos.
Y más propuestas, sobre nuestro funcionamiento como educadores ¿Controlas o conectas? ¿castigas y premias o reconoces, alientas y capacitas? Más variables de la ecuación educativa, que tal vez no sea puramente matemática porque lo humano es inconmensurable pero el autoritarismo y permisividad, lo haces porque yo lo digo o puedes hacer lo que quieras, como métodos educativos son difíciles, inestables, e invitan a la manipulación. Conocernos como educadores para alimentar nuestra fortalezas y trabajar las debilidades, con la valentía de lo imperfecto.
Tenemos trabajo sí, pero no tanto en detectar el mal comportamiento y lamentarnos como en entenderlo y aprovecharlo como oportunidad de aprendizaje. Por eso hemos hablado mucho de niños, de cómo funcionan, de cómo sienten, de cómo piensan, de cómo deciden. Me gustaría pensar que cada uno de los participantes, ayer, cuando llegó a su hogar, se sorprendió a sí mismo con una mirada larga y profunda a su retoño, una mirada con «ojos positivos».
Hay mucha tarea estimulante que nos aleja de los sinsabores de una relación frustrante con nuestros pequeños. Merece la pena intentarlo porque sabemos que los niños se portan mejor cuando se sienten mejor.
Muchas gracias a mis compañeros, Melina y Guillermo, a Carmen por acompañarnos cálidamente y en especial a todos los asistentes por el interés y la participación.
¡Seguimos enREDando con la Disciplina Positiva en acción!
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