Una cuestión de amor, nuestra tarea profesional.
En este escrito en el que os anuncio la participación en el Congreso de AMEI, el próximo 31 de mayo, quiero aprovechar para volver a hablar de ella. De la criatura que nació hace ya casi cuatro años, Escuela enREDada. La voy a compartir ante 450 o 500 educadores presenciales. El título de mi ponencia, «El papel de los educadores en la nueva era digital: Integración de las Nuevas Tecnologías en el Primer Ciclo de Infantil«. No voy a decirle a nadie cuál es su papel, sí voy a mostrar lo que estamos «siendo y haciendo» en Escuela Gran Vía, lo que nos funciona y nos sirve, a todos los enREDados.
De manera que aquí estamos de nuevo, como tantas veces a lo largo de estos cuatro años, reflexionando y escribiendo sobre la educación de los niños. El paso del tiempo no ha envejecido al proyecto, cada año es nuevo, si cabe más complejo, en continua evolución, entre otras cosas porque el niño, cada alumno, es para nosotros siempre único, nuevo.
Nos asaltó la necesidad de atender más eficazmente a los niños.
- Atención a necesidades primarias sí, potenciando condiciones de crecimiento.
- Promover un entorno en el que la exposición a influencias educativas transformen la realidad infantil en dirección valiosa para su individualidad vital.
- También, «saber cómo estamos funcionando» con los niños es elocuencia sobre «cómo responden los niños».
- Vinculación y urdimbre afectiva ¿cómo no? Si queremos adultos que sientan, piensen y actúen de manera responsable, con criterio propio, habrá que educar niños que sientan, piensen y puedan decidir lo más autónomamente posible, alejados de sometimientos y complacencias.
Y es que allá, lejanos, quedaron los niños que «se realizaban» solo en familia, hoy la escuela es acogimiento y también espacio de convivencia donde se generan o deben generarse, aprendizajes de toda índole.
Con estos previos vino al mundo, pensando en ELLOS. Decidimos cambiar la manera de sentir, pensar y actuar, de tal forma que fuésemos capaces de ofrecer una dimensión integradora de influencias alrededor del eje sustantivo, el niño.
Si no nos ponemos de acuerdo, si no comunicamos, si no hablamos familias y escuela, la vinculación con el niño es deficitaria. Debía quedar asegurada la pertenencia de todos y cada uno de sus miembros a través del reconocimiento que suponen las aportaciones individuales de cada padre/madre en pro de un interés más allá del puramente personal, un interés social, crear y alimentar comunidad educativa.
Los prolegómenos fueron intensos, unas veces muy satisfactorios otras tantas agitados, casi frustrantes.
Hubo que prepararse y formarse para garantizar la buena marcha del proyecto.
Si el lenguaje digital vencía barreras, no sabíamos hablarlo. Si la comunicación presencial debía ser efectiva, no teníamos práctica en transversalidad, en colaboración ¿en empatía, en asertividad? Y sí, las metodologías eran activas, lúdicas pero encorsetadas entre paredes y las limitaciones personales del educador…
Después de cuatro años seguimos preparándonos y aprendiendo para tomar conciencia de esto y de aquello, también de lo que obviamos tantas veces, que el niño capta actitudes, valores, creencias, prácticas, en las experiencias cotidianas del aula y que tienen una enorme influencia en la génesis y configuración de su personalidad.
Darse cuenta de las cosas es poder empezar a cambiarlas. Estamos aprendiendo a vivir y relacionarnos de otra manera para que los niños puedan aprender a vivir y relacionarse de otra manera.
Hoy Escuela enREDada es un enclave que suscita retos y desafíos, que deja fluir la energía de sus miembros.
Hoy la propuesta de Escuela Gran Vía parte de un educador que debe conocerse a sí mismo para que el niño pueda llegar a conocer sus cualidades y desarrollar sus talentos. De un educador que debe saber que invita al comportamiento infantil en una dirección u otra según lo respetuoso de su práctica. Un educador que merezca la conexión de sus alumnos.
Un educador que no aplaste al niño, impidiendo crecer, un educador que huya de la pasividad ante las conductas infantiles porque esto tampoco le hace ningún favor al niño.
Un educador en permanente busca de la socialización como proceso de transformación de las personas y en ese proceso, como diría Dreikurs, «perseguimos y alentamos el niño activo, no el reactivo».
No quisimos que nuestra acción se viera condicionada por limitaciones en el conocimiento infantil y lanzamos un mensaje contundente, «padre/madre, lo que nosotras hacemos os afecta, lo que vosotros hacéis nos influye». Responsabilidad compartida ¿o acaso los docentes no somos agentes activos de desarrollo socioemocional?
Hoy no hay barreras, no hay disculpas, podemos y debemos cooperar para que en los adultos que serán nuestros chicos no habitemos como educadores que no se encontraron, que fueron contradictorios o enfrentados, que entorpecieron crecimiento o mermaron autoestima.
Nos hizo falta un marco de referencia y un estilo profundamente democrático, un gran espacio dedicado al sentido de la responsabilidad, al esfuerzo de todos y cada uno, a la tolerancia, comprensión y al diálogo y ahí estamos, construyendo, intentando. En la red, en las aulas, conexión, participación… enREDo.
Vinieron a nosotros o nosotros llegamos a ellos, Emociona T y Amigo Árbol, dos titulares en nuestras portadas en estos últimos cursos, dos formas de entender y llegar al niño, de vivir y ser en la escuela, que aprovechan la curiosidad ingenua y admirada del niño ante las cosas.
Nos tomamos en serio la curiosidad infantil, su mirada natural, porque sabemos que es la llave del aprendizaje. Esa curiosidad a la que si no le prestamos el interés que merece en la edad temprana difícilmente se recupera después e irremediablemente pasaría del aprendizaje significativo al repetitivo, dependiente, del que ya conocemos sus múltiples debilidades.
Las dos metodologías son captación de la realidad interna y externa por cuantos sentidos sea posible, ambas mediadas por la espontaneidad y la libertad ¿hay otra manera de llegar al alma infantil?
Un poco psicólogos, un algo pedagogos, un punto de informáticos, también médicos… misiones del educador de hoy. Pero por encima de todos los conocimientos, un educador que sepa de personas, que sepa poner de lado sus «a priori», sus esquemas, sus problemas, para ver sin filtros, con nitidez, al niño, sus características y dificultades, sus necesidades de acogida y comprensión.
No sé quién dijo que las ideas no se comprenden hasta que no se viven y dejan de comprenderse cuando dejan de vivirse, estamos en ello, viviendo la idea del enREDo. Un constructo de vías impregnadas por nuevas experiencias, finalidades, expectativas, funciones y relaciones. Niño/educador, niños/niños, educador/familias, familias/familias, educador/niños/familias… relaciones en todas las direcciones, relaciones contempladas con reconocimiento y para cada una de ellas, estrategias y herramientas. Relaciones de orden sociológico, psicológico, pedagógico, educativo, afectivo, en las que se trabaja el estilo democrático, la convocatoria de participación para integrar y aunar esfuerzos, con metodologías flexibles, útiles, alentadoras de procesos de todo orden tratadas con la comunicación y el lenguaje que atiende a la complejidad personal y prioriza lo humano y sus necesidades vitales.
Y tal vez alguien diga ¿y dónde están las nuevas tecnologías en este artículo? ¿no las habéis percibido? Ya no tengo que hablar de ellas, adquirieron la condición de invisibles por naturales en la escuela, sin ellas, mucho de lo que os he narrado no sería posible. Son vehículo de información, opinión y conocimiento, son comunicación, aprendizaje, son enREDo…
Tal vez consiga mi propósito con este escrito, contar cómo el cambio se nos hizo necesidad y cómo el proceso es lento porque nuestras autopistas neuronales son viejas. Pero no os quepa duda, abrimos senderos nuevos y nos ocupamos cada día de que la maleza no los cierre.
Conseguiremos nuevas autopistas cerebrales, más valiosas, más apropiadas para la escuela de hoy, solo hay que practicar, practicar, practicar…
NOTA: En este enlace puedes ver el vídeo de la presentación de Escuela enREDada en el Congreso de AMEI.
No existían fórmulas magistrales para concitar intereses tan dispares como los de los educadores, los alumnos, los pediatras y las familias… La búsqueda de un centro para la primera fase en la educación fuera del «nido» de nuestro bien, nuestro gozo y nuestra alegría más preciados fue muy dura, no encontrábamos canal para nuestra iniciativa, ni sosiego para nuestras dudas, ni cercanía y cariño para nuestros miedos… y allí, en el reducto del tesón, de la innovación, del esfuerzo generoso y transoarente de Marisa y todo su equipo, encontramos el oasis de atención, cuidado, consejo e ingenio que necesitábamos. Son ya tres años enREDados, y lo que pienso al escribir estas palabras es gratitud por todo lo que nos ha aportado como padres y como niño este proyecto. Y lo que siento… lo que siento y me acongoja el alma es que sea tan sólo durante tres años, que la sabiduría, el saber ver y leer a cada niño, el acompañamiento de las familias, la ayuda incondicional, el reto y la innovación con todos los recursos inventados no se mantengan por la inercia, la falta de tiempo, ganas, inspiración o qué sé yo de los que estamos conformando la sociedad del futuro. Marisa, no cejes, sigue batallando, seguid luchando a pesar de todo, porque no sólo nuestro hijo evoluciona como persona gracias a vuestro trabajo, sino que también nosotros hemos mejorado como padres gracias a vuestra apertura, a las nuevas tecnologías, a vuestro afán por compartir vuestra mirada, al hacernos partícipes de lo enorme y lo minúsculo. GRACIAS, siempre, por utilizar todas las armas para que nuestro corazón vea lo más importante.
Maite, como dice Galeano, «mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo», eso estamos intentando en la comunidad de la escuela, no desperdiciar nuestra pequeña parcela de poder para cambiar «el mundo». Lo que empezó casi como una utopía, con vuestra confianza y empeño, es posible, relacionarse de otra manera es posible, aunque tengamos que apartar todos los días la maleza de la costumbre y las tradiciones que no sirven para que los senderos que abrimos se hagan fuertes y sólidos.
Cambiar las experiencias cambia el aprendizaje, los adultos podemos ofrecer entornos que aúnen sinergias, abiertos a muchas perspectivas, integradores de voluntades e ilusiones. Los enREDados estamos en ello, practicando, practicando y practicando, sin tirar la toalla porque sabemos que la finalidad merece la pena.
Muchas gracias por sentir, pensar y actuar aportando y construyendo Escuela enREDada. Estoy segura de que habitará en el corazón y la mente de nuestros niños.
Un abrazo!
Muchísimas gracias Amparo!
https://twitter.com/TCSEI/status/594962687550947328
Muchísimas gracias Amparo!
Totalmente de acuerdo con las palabras de mamá Maite…
Nuestra experiencia como padres en escuela enREDada es maravillosa.
Veníamos de otro centro y por motivos de cambio de casa, dimos con la escuela. Y menudo cambio, no hay color… y es que es una escuela diferente.
Son tantas cosas… sin duda lo principal es ese equipo fantastico y tan implicado… información en un montón de canales, poder entrar en la clase a recoger al peque, los talleres de los papis, la pizarra digital, y por supuesto los proyectos en que los niños trabajan con tanta ilusión…
Gracias a todo esto, es posible que las familias nos involucremos y aprendamos casi más que nuestros niños (yo estoy enganchadísima a Disciplina Positiva!)
El resultado? Nuestra peque va feliz a la escuela porque disfruta y nosotros encantados y tranquilos…
Nos da una pena tener que ir al «cole de mayores»… pero estamos seguro que pondremos en práctica todo lo aprendido en el enREDo!
Marisa sigue así, grita, que se te oiga bien alto! Y como siempre… gracias!!
Este artículo es significativo para mi Victoria, porque es el anuncio de una presentación que desde hace tiempo añoraba, compartir Escuela enREDada en mi ámbito docente, entre educadores de Infantil. Pero no suponía que fuera a serlo tanto en el ámbito de la satisfacción. Leer vuestras palabras, conocer vuestros sentimientos de familias enREDadas es el más grande de los alientos que podamos tener el equipo de la escuela.
Son tantas cosas, como bien dices, las que nos unen que no podía ser de otra manera, el esfuerzo en la cooperación se hace realidades positivas para cada uno de nuestros chicos y también, para nosotros los adultos, que tanto estamos aprendiendo con este recorrido educativo.
Muchas gracias por vuestro empeño, por vuestra confianza, por desear un mundo mejor y hacer que sea posible.
Un abrazo!
Lo qué importa, lo que merece la pena es seguir cada día «aprendiendo» para conseguir el desarrollo de todas las potencialidades de cada niño, ofreciéndole multitud de herramientas que le permitan conocerse, expresarse, relacionarse, comunicarse….en el entorno en el que se desarrolla.
Así es Macu, instalarse en la costumbre nos limita, perdemos perspectiva y la oportunidad de aprender nuevas herramientas de interacción! La comunicación ha cambiado y el aprendizaje debe cambiar para dar respuesta las necesidades actuales.
Un abrazo grande.
Como educadora enREDada os diré que es una forma de trabajar diferente. Mirar al niño con el respeto de un igual e intentar entenderles mejor, compartir sus emociones…poder aportarles más ayuda de calidad.
Tenemos más vías de relación con los padres e información que recibes y aportas…un cambio muy positivo y gratificante.
Espero poder ayudar a entender mejor el enredo. Besoss
Yo siempre les digo a las familias que vienen a informarse que somos singulares, no pongo signo, pero sí es cierto que emprendimos un reto que era un gran desafío y lo hemos vivido en cierta soledad porque no hay muchas experiencias similares (¿desgraciadamente?)
Hoy animamos a todos aquellos docentes que se identifiquen con nuestras inquietudes a emprender el reto, es esforzado, es gratificante!
Muchas gracias Nines por tu aportación y trabajo enREDado!
Besiños!
Me ha gustado mucho el artículo Marisa pues se ve que está escrito desde el corazón y desde la certeza que hay un proceso de aprendizaje que nunca se termina y de revisión constante. La experiencia que he tenido con mi hijo es que en Escuela Enredada la educación se realiza ante todo desde el respeto al niño… Respeto a sus tiempos y procesos de aprendizaje, a sus emociones, a sus características personales, etc. Yo realmente estoy muy contenta y satisfecha porque mi niño está recibiendo una educación integral. Con EmocionaT se le está dando mucha importancia a esa parte tal olvidada en la educación tradicional como son las emociones.. Desde ya, los niños están aprendiendo a sentirlas, reconocerlas, expresarlas.. Por otra parte, con Amigo Árbol los niños aprenden desde su propia experiencia sensorial… Qué mejor aprendizaje que el que se realiza desde la propia experiencia??? Creo que este nunca se olvida…
Me encanta que a nosotros como padres nos involucren en todo este proceso de aprendizaje pues es la única manera que los niños reciban una educación coherente.
Muchas gracias Carmen, una tarea como la del educador entraña ese compromiso ético, mejorar cada día para poder ofrecer a los chicos la atención que merecen.
Sin duda el acceso a la red nos abrió muchas vías de información y comunicación, nuevas ideas, nuevos conocimientos que removieron esquemas y prácticas. Y una vez que se toma conciencia de la necesidad de cambio ya no hay vuelta atrás, tan solo emprender el reto y hacerlo de la manera más apropiada posible. Para garantizarse este requerimiento hay que formarse permanentemente y aprovechar investigaciones y teorías sobre la naturaleza infantil y el aprendizaje. Aún así no es suficiente, no se debe trabajar de espaldas a las familias; solo los padres, con vuestras aportaciones sobre cada uno de los chicos, como seres únicos y especiales, nos dais la oportunidad de contemplar y potenciar el desarrollo de «un niño integral».
Trabajo basado en proyectos, programa socioemocional, cooperación con las familias, colaboración con otros docentes… son ejes, metodologías y apoyos que nos acercan a los niños, a sus necesidades, a su manera ser y sentir! Los niños son constructores de sus propias estructuras mentales pero nosotros, los adultos que les acompañamos, tenemos la responsabilidad de dotar de los medios, recursos y experiencias que les faciliten ese proceso de construcción personal.
Otra vez mil gracias Carmen, por el comentario, por la confianza y la cooperación.
Un abrazo!