Conocéis mi escasa devoción hacia estas festividades y entre todas quizás sea ésta una en la que más se me esconden las palabras.
Otra cosa sería si mi propósito fuese escribir a mi padre, después de medio siglo juntos, le escribiría corto un «te respeto y te quiero», pero hacer un homenaje a la paternidad en general me confunde.
¿Quién es el padre del siglo XXl?
Tal vez porque soy mujer, tal vez porque corren tiempos en los que la maternidad se escribe con mayúsculas, y la paternidad anda más desdibujada, tal vez porque los hombres no son tan dados a expresar abiertamente sus emociones, me pregunto ¿cómo sientes padre de hoy la crianza de tu hijo?
Mucho hemos hablado en este blog últimamente de crianza y casi siempre con tonalidad exclusivamente femenina.
¿Tú qué piensas padre?
Las palabras amor, responsabilidad, compromiso, entrega, ilusión, desesperación, sueños, sacrificio, desvelo, comprensión, tolerancia…
¿Son compartidas por hombres y mujeres, son paternidad y maternidad?
Alimentar, vestir, cuidar, enseñar, guiar, apoyar, comprender, escuchar, estimular, inventar, imaginar, educar, ayudar, colaborar, sentir, jugar…
¿Cuál es tu rol padre de hoy?
Héroe, maestro, compañero, guía, modelo, amo de casa, protector, inventor… ¿Todo eso y mucho más es tu curriculum para tu hijo?
El que está cuando no duerme, el que está cuando enferma, el que inventa historias que hacen soñar, el que le levanta cuando cae, el que se preocupa por sus metas, el que se alegra y emociona con sus logros, el que sufre si sufre, el que siempre es referente, el que es puerto seguro, el que sabe leer en sus ojos, el que se equivoca y pide perdón, el que le quiere más que a su vida, el que siempre está ahí…
¡Felicidades PADRE!
Para padres…
Enseñarás a volar,
pero no volarán tu vuelo.
Enseñarás a soñar,
pero no soñarán tu sueño.
Enseñarás a vivir,
pero no vivirán tu vida.
Sin embargo…
en cada vuelo,
en cada vida,
en cada sueño,
perdurará siempre la huella
del camino enseñado.
Madre Teresa De Calcuta
Como “padre soltero” de una niña de hoy 13 años, y de otros tres ya mayores que en cierto sentido están encaminados -y pienso/san por el buen camino, ¿qué podría decir?
La maternidad, sin quitarle la importancia que debe tener –sin maternidad no habría paternidad y viceversa-, puede ser solamente un medio… o algo más… al igual que la paternidad… y en un futuro no muy lejano, puede que ya ni siquiera eso.
En resumidas cuentas, hablar de maternidad o paternidad carece, para mí, de sentido. Entiendo más indicado hablar de personas y personalidades, y como siempre las generalizaciones no le hacen justicia al tema.
Respecto a mí, en concreto, valga para definir mi “materpaternidad” lo que siempre le digo a mis hijos: “yo no soy tu colega, soy tu padre”
Y parece que ha dado buenos resultados hasta la fecha, no solo educativamente, sino también afectivamente…
Sí, quizás hablar de paternidad haciendo una generalización es cuando menos superficial. Empezando porque estoy escribiendo de un padre de mi entorno que poco o nada tiene que ver con uno de América del Sur o de Äfrica… y aún siendo de mi entorno, las situaciones y circunstancias son variopintas y modelan y hasta determinan.
Mi trabajo me hace parte involucrada en crianzas, saber qué piensa, qué siente un progenitor me hace próxima, cercana, me ayuda a entender a mi alumno. Es casi obligado el interés. Por supuesto, maternidad/paternidad terreno íntimo, muy privado al que me acerco con cierto pudor.
Este post son cuatro ideas sobre algo que vengo observando, la maternidad hoy es un valor casi exhibicionista, tiene facetas muy de puertas para afuera. Tal vez es natural, las mujeres andamos buscando ese espacio social que siempre se nos negó y estemos necesitadas de cierto protagonismo, hasta las leyes en las separaciones nos lo dan…
Pero en el núcleo familia el hombre se me está desdibujando.
Tal vez este post sólo es un ataque de curiosidad ¿Qué piensan hoy los hombres de la paternidad, qué sienten?
No sé…
De lo que te he leído, estoy segura de que tu paternidad/maternidad da buenos resultados 🙂
Muchas gracias, sabes que me encantan tus comentarios ¡Felicidades!
Uno es padre desde que conoce la noticia de que en unos meses nacerá su bebé,pero en mi caso no me sentí padre hasta que Eva llegó «al mundo exterior», unos meses de desventaja respecto a su madre.
Creo que la paternidad no es ayudar en el cuidado y educación de mi hija, sino COMPARTIR esas «tareas». A veces me he encontrado con el rechazo o la crítica por querer hacerlo así, incluso de mujeres que son madres.
¿Qué siento? Felicidad, miedo, responsabilidad, incertidumbre… Y que ahora todo lo ves y sientes diferente. Pero como ha puesto Marisa , lo más difícil es enseñar a volar y dejar que tengan su propio vuelo, tarde o temprano volarán sin ti.
Muchas gracias Guillermo, así también lo veo yo, esos dos verbos tienen toda una forma de ver la vida detrás. Tus sentimientos también los comparto desde mi maternidad. Y enseñar a volar creo que es el mayor acto de generosidad que existe, aunque sea nuestra obligación.
Como siempre me ha encantado. Y me encanta leer que los padres quieran compartir la crianza y el día a día. Así debe ser. No creo que las madres queramos ser únicas protagonistas con el bebé que nace. Y qué bonito es enseñarles a vivir, soñar, tropezar. Y qué difícil dejar que lo hagan solos…. Besos Marisa.
Muchas gracias Marta, muy difícil. Pones el alma y contienes la respiración en un montón de ocasiones así como otras los pulmones no pueden estar más llenos de gozo… vida. De cincuenta centímetros a una persona digna, con sueños, intereses y valores… todo un recorrido juntos con el lenguaje de la razón y con el mejor de todos, el del corazón. Como dice Dugutigui, no es lenguaje de hombre o mujer es de personas.
Besos 🙂
Te deje un comentario en el otro espacio Marisa sin haber leido este. Te comento lo de antes. Que esta muy bonito. Mi bebe aun es muy pequeño y agradezco mucho al marido que tengo que esta a la par y valorar ciertas cosas aun es pronto. Pero si tengo que agradecer mucho a mi padre, que mano a mano junto con mi madre lo ha hecho bien conmigo y mis cuatro hermanos. Nos enseño a volar, a creer, a confiar, aun nos sigue enseñando, apoyando a la par de mi madre. Está en Venezuela, lo echo mucho de menos. Y como nos dice el «hija te quiero un mundo». Se lo digo a él. Papa te quiero un mundo…. Da igual de donde seamos, de aqui, de allá, de mas allá, el papel de padre siempre se ha quedado más en otro plano en cuanto a criaza…. la mentalidad está cambiando en general. Pero siempre va a depender de la persona, de la clase de persona que seas….. tanto como madre para aceptar que hay un papa que tambien quiere participar, como de un papa que es participativo, competente y no tiene miedo.
Me gusta Paula que el común denominador de los comentarios sea que no es tan importante paternidad o maternidad como la persona. Muchísimas gracias por tu comentario y también repito lo dicho en el grupo ¡Felicidades por esos dos hombres de tu vida, dos estupendas personas! Besiños.