Una cara dibujada por consumir vida, a su lado, otra tersa, dispuesta para el descubrimiento.
No hay generosidad más grande que no usar el poder que te da la experiencia para restar sensaciones, creencias, deseos, interpretaciones, sentimientos, ideas, a aquel o aquella que te mira con arrobo… al que empieza a caminar. Y más si piensas que tu superioridad de casi un metro no es un derecho sobre el otro; tan solo centímetros para acompañar la dignidad, nunca para manejar o manipular al que ávido de saber quiere desentrañar los misterios del mundo.
¿Y si el filtro de tu mirada le niega, y si el filtro de tu mirada le condiciona, y si el filtro de tu mirada le impone? Mejor siempre, provocar, dejar vivir la experiencia del abrazo del mar, del retiro amable de La Luna, del ardor cuando llega el Sol…
Alentar construcción desde el silencio más respetuoso que se merece un ser humano en plena formación es sabiduría, es generosidad.
Que tu maqueta de vida no sea un molde que te oprima u oprima a otro es conciencia, es amor.
Por ti, por mi, por nosotras, por aquellas que escuchándose a sí mismas pusieron su corazón a disposición para que hoy podamos SER. Por las que vienen, por las que SERÁN, por la provocación a experimentar…
¡Feliz Día de la Mujer!
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