¡Ya dan pequeños saltos! en el sentido literal de la palabra, y ¡dan un gran salto! en el sentido figurado.
Sigo con mis niños de la etapa mágica. En esta ocasión, los de dos años. En las descripciones anteriores hemos ido haciendo el recorrido por aprendizajes como el control de la cabeza, la coordinación oculo-manual, sentarse sin apoyo, el arrastre, el gateo, las primeras palabras, la marcha autónoma… ¡no me digáis que no es mágico! Durante el tercer año de vida el niño experimenta un crecimiento vertiginoso.
Siento que la imagen que da el post sea de lista de comportamientos, no sé hacerlo de otro modo. Estoy haciendo una descripción del tercer año de vida y con el objetivo de dar respuesta a sus necesidades no nos queda otra que conocer su momento evolutivo, plantearnos cómo ven ellos el mundo, cuál es su perspectiva. Hay que esforzarse en saber cómo son, cómo sienten… poniéndose a su altura, viendo por sus ojos.
Desarrollo físico.
- Seguimos creciendo, el primer año fue rapidísimo, en el segundo las cifras de crecimiento se reducen a la mitad y hasta los seis años continúa aún más lento.
Desarrollo motor.
- Es considerable, ya tiene mucho control postural. Sus tobillos y rodillas ganan flexibilidad al madurar la organización funcional de las neuronas que los controlan.
- El equilibrio es superior, corre sin vacilar, aunque aún no toma bien las curvas y tampoco detenerse de repente.
- Gana autonomía que le da un amplio abanico de movimientos y con ello un aumento del desarrollo de la orientación. Ya salta levantando los pies del suelo, también por encima de objetos colocados en el suelo.
- Se mantiene en cuclillas, sube y baja escaleras alternando los dos pies, camina de puntillas.
- Empieza a andar en triciclo y mueve su cuerpo al ritmo de la música. Es capaz de manipular con rapidez y seguridad los objetos y cuando puede usar una de las dos manos, comienza a mostrar más habilidad con una de ellas.
Propuestas de actividad:
- Arrugar y rasgar papel, hacer bolitas, estampar, recortar, pintar, ensartar bolas en cordones de plástico… manipulamos objetos pequeños, abrimos y cerramos cremalleras, enroscamos y desenroscamos… aplastamos, pellizcamos, amasamos plastilina, arcilla (motricidad fina).
- Con cajas grandes, arrastrar, llevarlas de un lado a otro, meterse dentro…
- Con pelotas, pasarla, hacerla rodar, lanzar a las manos, a los pies…
- Circuitos con sillas, aros, cajas… nos metemos dentro, sacamos una mano, de pie, sentados, salimos, imitamos el paso de animales, somos gigantes, somos pequeños, paseamos por fuera… ¡ahora caminamos hacia atrás!
- ¿Qué tal el triciclo? Vamos a intentarlo.
- ¿Qué os parece jugar con globos? El niño tumbado en el suelo, atamos el globo de un hilo y … a dar con las manos, a dar con los pies, nos hacemos una bola, como si fuésemos un globo…
- Los maravillosos espejos ¿dónde tenemos los brazos, las piernas…? ¿y la tripa? ¿pódemos moverlos?
- Bueno qué idea ¿echamos una carrera?
- Juegos de manos y de pies, movemos los dedos, los flexionamos, los enganchamos, los tapamos…
Movemos los brazos hacia arriba, abajo, detrás, adelante…
Desarrollo cognitivo.
- A partir de los dos años, el niño pasa de actos sensoriomotores a cogniciones superiores, ya tienen carácter simbólico (imita en ausencia de modelo, tiene memoria de reconocimiento, juego de ficción, habla comunicativa, habla interna, fantasía, imágenes internas…).
- Utiliza combinaciones mentales para encontrar formas de resolver sus problemas, aparece el simbolismo.
- Es capaz de hacer clasificaciones y asociaciones sencillas.
- Se toma a sí mismo como marco de referencia (egocentrismo), empieza a reconocer formas similares, aumenta su curiosidad y hace muchas preguntas.
Propuestas:
- Mostrar al niño los objetos de su entorno, reconocer personas, profesiones, ruidos, tamaños, colores…
- Representar distintas escenas de la vida cotidiana, conducir, leer el periódico…
- Juegos de exploración de las cualidades, formas, tamaños de los objetos, cantidad, longitud. Jugamos a «dentro de», llenamos botellas de bolitas de papel…
- Hacer secuencias, primero el adulto, después pedirle que lo repita sin la última parte.
- Asociaciones, buscar y emparejar, clasificar…
- Trabajamos los sentidos, juegos de percepción táctil de distintas texturas. En una bolsa ponemos objetos conocidos y metiendo la mano sin mirar, hay que adivinar qué objeto es. Rellenamos frasquitos de sal gorda y aceites con aromas conocidos. Un juego de toda la vida y de los de para siempre «veo, veo… un animal pequeño y de color amarillo… «
- Construir torres, hacemos puzzles, rompecabezas…
Desarrollo del lenguaje.
- El vocabulario aumenta de forma espectacular, pasando a varios cientos de palabras (alrededor de trescientas) con inmadurez fonética, dislalias de evolución, que se irán modificando con la edad.
- Las oraciones empiezan a incluir partículas gramaticales (preposiciones, flexiones de verbos, adjetivos y sustantivos), aparecen los artículos. Se dan en esta etapa las «sobregeneralizaciones» (vinió, en lugar de vino), que pueden parecer un retroceso en la adquisición del lenguaje y sin embargo suponen todo lo contrario, están en la parte más difícil de la adquisición: las reglas sintácticas.
- Como en etapas anteriores, el niño necesita oir hablar mucho, de forma clara y pausada, nombrando y describiendo acciones y objetos.
Algunos ejercicios recomendables son:
- De soplo (con pajitas y soplando, mover bolitas de papel), de movilización de la lengua (untar el labio superior con algo que le guste e intente chuparlo), hacia arriba, abajo, derecha e izquierda, dar besitos y echarlos al aire, sonreir, fruncir los labios, morder labio inferior, juntar los labios con fuerza, con la boca cerrada empujar con la lengua las mejillas, con los dientes juntos, abrir y cerrar labios, mover la mandíbula inferior a derecha e izquierda…
- Acordaos de que la masticación de los alimentos también contribuye al desarrollo del aparato fonador ¡no biberón, no chupetes!
- Conversamos, con lenguaje adecuado, sin infantilizar, con frases bien construidas y articuladas, motivando con preguntas directas y abiertas. Importante no anticipar respuestas, hay que darles tiempo, atender a sus ideas, temas, sugerencias, siendo flexibles y respetando su iniciativa de expresión. Tienen necesidad de jugar con las palabras, oirse, repetir, entender…
- En los paseos, en el acontecer cotidiano, hablarle de todo lo que vemos y le llame la atención.
- Los cuentos ¡ay! los maravillosos cuentos, procurando que participe de forma activa, contestando, nombrando, señalando… ¡disfrutando! No tienen que ser siempre infantiles, si los sentáis en vuestro regazo les será agradable hojear un libro mientras les comentáis.
- Imitamos sonidos onomatopéyicos de los animales (es un tema que les apasiona) ¡hoy, por ejemplo, los de la granja!. Reproducir otro tipo de sonidos, el timbre, el teléfono, el coche…
- Seguimos con las retahílas, poesías… ¡bueno ya sabéis que esto para toda la vida!
- Escuchando sonidos, música, desarrollamos esta capacidad y con ella el lenguaje.
- Láminas de imágenes, cofres del tesoro, teléfonos… álbumes de fotos.
- Dramatizaciones con marionetas.
Desarrollo social.
- Uno de los rasgos más llamativos es el egocentrismo, considerado como la dificultad del niño para considerar su punto de vista como uno más entre los posibles. Por eso se hace muy importante la interacción social, que fuerce a tomar conciencia «del otro».
- El deseo de agradar y recibir aprobaciones le ayudan a desarrollar habilidades sociales. Muestra apego por sus juguetes.
- Establece relaciones sociales con niños de su edad, inicio del juego colectivo.
- Come solo, colabora al vestirse y desvestirse, inicio del control de esfínteres.
- Expresa emociones y sentimientos a través del juego, también es capaz de reconocer los de los otros. Expresa sus emociones de forma explosiva, ríe, baila, aplaude. En ocasiones se opone enérgicamente a seguir instrucciones del adulto, con comportamientos de terquedad y rabietas.
- La familia es su principal aporte de cariño, afecto y aprobación para crecer con seguridad y confianza.. Los gestos, las palabras y la actitud del adulto influyen en los niños y se reflejarán en sus relaciones con los demás.
- Fomentar el contacto físico, sentirse querido es sentirse seguro. Aceptar las muestras de afecto de los demás, dar y recibir besos, abrazos.
- Compartir juegos y juguetes, progresando en esta etapa tan egocéntrica (no suelen tener previsto compartir) hacia la cooperación (para conseguirlo, lo que da mejor resultado es el modelo del adulto)
- En hábitos sociales, saludar, despedirse, pedir perdón (de forma verbal o con un beso o abrazo)
- En cuanto a los hábitos de autonomía, comer solos utilizando los cubiertos y la servilleta, guardando unas normas, no mancharse excesivamente, estar toda la comida sentado y aprender a comer de todo. Insisto en la importancia de comer alimentos que ya sean de masticar, alargar demasiado los que son líquidos o pastosos puede provocar malformaciones del aparato bucofonador y problemas de habla o articulación.
- Dar la posibilidad al niño de asumir pequeñas responsabilidades, ordenar sus juguetes, colaborar en vestirse y desvestirse tienen que ser capaces de quitarse y ponerse piezas sencillas, colaborar para poner la mesa… cepillarse los dientes, usar el pañuelo…
- Inicio y consolidación del control de esfínteres.
- Por último, el descanso, el niño necesita dormir por la noche un promedio de 10-12 horas. Debe seguir siendo el protagonista, antes de acostarse que acapara cuento y abrazos.
¿Qué os parece? ¿Es mágico o no?
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