Jesús Martínez, El médico de mi hij@, el médico de nuestra escuela, ha escrito un libro. Podría ser tan solo una noticia que nos alegrara mucho a los que formamos parte de su entorno, un amigo ha escrito un libro. No es este el caso, más allá de la satisfacción personal, este es un libro importante porque es el relato de una experiencia atrevida y necesaria, la interacción de profesionales de distintos ámbitos, sanitario y docente, y las familias, sin dejar de lado las diferencias pero poniendo en alza los fortalezas que la colaboración nos depara ¿Y todo por qué, para qué? Por todos, para todos y con dedicatoria especial para los niños.
Conocí a Jesús hace casi 20 años. Yo, maestra de escuela, él, médico de familia. Necesitaba un pediatra que nos cuidara. Cruzamos pocas palabras y la relación comenzó.
No pasó mucho tiempo antes de que me diera cuenta de que aquel señor no era un médico común. Me daba mucho trabajo. A la solicitud de consulta por parte de los padres respondía, en una agenda, entonces todavía en formato de papel, de manera un tanto curiosa cuando no desconcertante. Escueto siempre, sonaba a sarcástico: «mi niño tiene mocos» y él escribía «hay que limpiárselos», «tiene descomposición y vómitos», «que tome líquidos y no haga dieta, que coma lo que le apetezca»… Hace 19 años este tipo de discurso era cuando menos asombroso y antes de que llegara a las manos de las madres me encargaba de acoplarle una acotación verbal que suavizara el impacto de la redacción médica.
Tampoco tardé mucho en darme cuenta de que no nos iba a cuidar como yo tenía pensado. Nada más alejado de su pensamiento porque lo que pretendía Jesús era algo raro, distinto, confiaba en que sabíamos cuidarnos, tan solo tenía que lanzar uno de esos mensajes revolucionarios y en cuanto se pasaban los primeros minutos de sacudida emocional ¿qué se habrá creído este señor?, las reflexiones se iban colando «tal vez tiene razón, solo son mocos ¿por qué hacer un problema donde no lo hay, por qué tratar de manera agresiva con jarabes y potingues lo que se cura con agua, calma y cuidado afectuoso».
Había que darle un margen a esta perspectiva, eso sí, modificar la costumbre ya sabéis que no es fácil y los padres nos sentimos bien cuando creemos que estamos haciendo lo mejor para nuestros hijos
¿En qué momento de la historia se instaló en nuestras cabezas que solo medicando se cuida bien?
De cualquier manera, el día que se hizo la descarga de esta creencia en el pc de la multitud, el disco duro de Jesús o estaba de vacaciones o se defendió con uñas y dientes, «no, un niño menor de tres años en raras ocasiones necesita tratamientos de antibióticos, de jarabes, de pócimas homeopáticas, de ungüentos… necesita sentido común, alimentación adecuada y mucho, mucho cariño».
Esa es la base de su pensamiento, lo era entonces, cuando la pediatría solo se practicaba en centros sanitarios y lo sigue siendo ahora, en esta modalidad que solo un puñado entre no sé cuántos mil están llevando a cabo, la consulta sin cita, la consulta en red.
Los años han ido pasando, hemos hablado, hemos debatido y hasta hemos discutido sobre lo divino y lo humano. Nos gusta conversar.
Tenemos a alguien muy importante en común, el niño, los niños, la infancia.
Un día, creo que cansado de escuchar mi discurso que va en escalada desbocada, me sugirió ¿por qué no escribes todo eso en un blog? Le miré perpleja ¿yo? Soy una analfabeta funcional en nuevas tecnologías. Pero el objetivo había hecho diana, la semilla caía en tierra fértil. Los que me conocéis sabéis que cuando los ojos se me abren de asombro, mis pies ya han dado los primeros pasos.
Después, un viaje largo nos llevó a la nube y desde allí todo, hasta los sueños parecen accesibles, tienen fecha en el calendario. Yo creé escuela enREDada, 2 de agosto de 2011, en marcha una experiencia en la que ponemos algo más que ilusión y empeño, tiene jirones de piel.
En nuestro enredo educadores y padres pero también los médicos.
¿Acaso podemos llevar a cabo un proyecto de vida valioso desde prácticas distantes, aisladas o en el peor (aunque demasiado frecuente) de los casos, enfrentadas?
Convocamos con ansia, convocamos en red, lo gritamos a los cuatro vientos ¡Los que incidimos en la vida de los chicos debemos hacer el esfuerzo de crear oportunidades de colaboración, de interacción, porque son enriquecimiento para todos y beneficio para los niños! Actuamos como planos superpuestos sin tener en cuenta que comportamiento y salud van dados de la mano. Nos resulta más fácil aplicar estrategias de corrección que de prevención, somos más reactivos que proactivos, nos pasa en educación, nos pasa en salud.
No importa, el aprendizaje mueve montañas, solo hay que cambiar la actitud. Así llevamos tres años ya, pintando caminos…
Él, Jesús, bloguero, partícipe en foros y redes sociales y creador de un grupo en Facebook que hoy cuenta con 16000 miembros.
El grupo es sencillamente, singular, es un entorno de relación humana y profesional sin parangón. El grupo es evidencia de que la red es cauce eficaz para construir comunidades.
Se habla de mocos, de bronquiolitis, de alimentación, de descanso, de miedos y rabietas. En ocasiones se conversa, se debate atendiendo a las pocas normas que hay, otras nos enzarzamos en «dimes y diretes» pero es que en esto también somos aprendices. El grupo es promotor de mutación en roles, ya nadie es puro emisor, tampoco vas a estar sentenciado a ser siempre un receptor porque estamos persiguiendo algo, lo que más se asemeje a la comunicación transversal.
Las personas, los miembros del grupo, tenemos una cara de 1 cm por 1 cm, tal vez alguno un poco más 😉 pero paradójicamente nos conocemos más que cuando el trato era con una mesa de por medio. La pantalla deja leer ideas, emociones, características propias y diferenciadoras.
Si alguien entra buscando recetas es posible que salga frustrado, allí se expresa inquietud, temor, duda… se escucha la voz de los grafismos de unos y otros, de muchos, se interpreta, se toman decisiones, se buscan soluciones que capaciten a las personas.
La confianza ya no está siempre en la aprobación de otros, a paso de tortuga porque los adultos aprendemos despacio, vamos tomando lecciones para hacer uso de nuestro poder interior, para tomar conciencia y ejercer la sabiduría individual.
¿Es perfectible? Claro que sí, porque es un grupo vivo que se deconstruye y construye cada día. Lo importante es que sus logros solo dependen de todos y cada uno de nosotros.
Bien, pues como veis, enredados hasta las cejas, enREDados siempre. Jesús intentó un amago de poner de nuevo el pie en tierra firme pero ahora que no nos oye nadie confieso que no me lo creí nunca.
Hubo incluso instantes de gloria en ese cruce de caminos que son su profesión y la mía, subimos de un plumazo, sin ascensor, hasta el ático, llegamos a tocar el cielo con la punta de los dedos, PediaTIC, un encuentro para la ruptura con lo que nos lastra, un encuentro para enfilar otros horizontes. Fue bueno mientras duró.
Y hoy, como os decía al principio, la alegría anda alborotada porque Jesús Martínez publica su primer libro. A poco que os asoméis veréis cómo cambia de sombrero, como se mete en la piel del pediatra, de la madre, de los miembros del grupo, incluso de los educadores docentes. Cambios de sombrero que implican empatía, ganas de conectar, esfuerzo por vencer lo que nos separa y alimentar lo que nos hace importantes a todos, la participación valiosa y de utilidad para nuestra comunidad, esa es la mejor de las aportaciones que uno puede darse a sí mismo.
Muchas gracias Jesús, mucha suerte! Seguimos caminando!
Hola Marisa. Q entrevista más entrañable y cercana. Es un médico muy peculiar .
Me ha encantado tu post, como siempre…..la historia de Jesús para con la escuela enredada, ha sido muy divertida, me puedo imaginar esos momentos donde el médico da su diagnóstico y vosotras en la escuela «adornáis» con palabras dulces para q los papás no se asunten . Q gracioso.
Un abrazo.
Hola Yolanda, retazos de vida de la escuela en un artículo que he escrito con mucho placer porque la publicación del libro de Jesús es una satisfacción muy grande.
Un abrazo!!
Emocionada de veros, no digo mas……
Felicidades a Jesus por el Libro y a ti por la entrevista!!!
Besos a los dos!
Es emocionante Noelia, nos conoces desde hace mucho tiempo y más de la mitad de lo que cuento en el artículo lo has vivido junto a nosotros a través de la pantalla. Quiero agradecerte tu cercanía, cariño y apoyo siempre y te mando un abrazo muy grande!!
Admiro muchisimo a Jesus, una hermosa entrevista. Ojala lo tuviera como medico de mi hijo. Felicidades a los 2 repito hermosa entrevista 🙂
Muchas gracias Vanessa ¡ya somos dos, yo también admiro su trabajo! 😉
Un abrazo!
¡Enhorabuena a los dos!, como ha dicho Marisa, ha sido un placer «escucharos» y por un motivo tan importante como la publicación de tu primer libro, qué seguro, serán muchos más. ¡Felicidades Jesús!!.
Por fin es viernes y he podido ver la entrevista completa. Muchas gracias Marisa por esta entrevista siempre es un placer escucharte y leerte. Pero sobre todo por conseguir algo que parecía imposible, que Jesús nos considere no tanto como madres histéricas, sino como madres preocupadas por sus cachorros. No ha debido ser tarea fácil. Muchos besos.
Qué ilusión me hace tu visita Rosa, la verdad es que me sorprendió gratamente cuando le comenté que quería contribuir a la campaña de divulgación de su libro haciéndole una entrevista y no opuso ninguna resistencia. Se prestó de manera paciente a mi, cada vez más preocupante exceso de plática 🙂 Me gustó escuchar «confesiones en voz alta» que tú bien sabes cuánto le cuestan, en mi interior sentí cierta satisfacción porque los debates de tantos años sé que no han caído en saco roto, aunque no consiga que acepte que la escuela puede ser un beneficio para los chicos (no todas eso sí, que quede entre nosotras).
Pero no sería del todo sincera si no dijera, como le he expresado hoy a él, que he aprendido mucho de su perspectiva, de la expresión de sus argumentos distintos, contundentes pero tan eficaces tantas veces, que ha sido generoso conmigo, que ha sido mi maestro en esto de los aparatos digitales y que es un placer tirarnos los trastos a la cabeza de vez en cuando tratando de encontrar soluciones, orientaciones, mejoras para los chicos.
Estoy muy contenta por él y aprovecho este comentario para felicitaros, sin duda, es una alegría grande para muchos y especial para su familia.
Un abrazo muy grande Rosa!!