Estoy leyendo «Cómo educar con firmeza y cariño» de Jane Nelsen. Varios son los motivos del inicio de esta lectura, Gina Graham contactó conmigo y nos propuso un taller en septiembre que sirva de introducción de la Disciplina Positiva en España. Este primer motivo nos posicionaba al aceptarlo en anfitriones desinteresados con la única finalidad de dar a conocer y divulgar reflexiones y maneras de hacer en crianza desde esta perspectiva.
Por otro lado, el seguimiento del blog de Gina siempre me inspiró cercanía ideológica en lo que a pautas educativas se refiere,
Los niños en la sociedad actual tienen menos ocasiones para aprender a ser responsables y sentirse motivados, se les da demasiado en nombre del amor, sin ningún esfuerzo e inversión por su parte, en consecuencia se ven o con derecho a merecerlo todo o sin capacidad para hacer nada»
Y creo que también va siendo conocida mi crítica lamento a los vientos que soplan fuerte actualmente en crianza. Por más que el escaparate esté diseñado con los más grande iconos del amor, por más que la gestión de venta se adorne de términos tiernos asaetados directamente al corazón ¡Yo sigo sin ver en ellas al niño!
Mientras no lea reconocimiento de potencialidades desde nacimiento, mientras no lea atención esforzada, empática y respetuosa para alentarlas y facilitarlas creando a diario oportunidades de desarrollo de competencia ¡yo sigo sin ver al niño!
Esta es otra de las razones por las que emprendí el camino de conocimiento de la influencia positiva en la educación. Porque habla sin complejos del desencuentro entre el lenguaje adulto (casi siempre racional porque somos responsables de educación y creemos que solo así enseñaremos bien al niño) y el infantil (casi siempre emocional, sienten mucho pero no encuentran los puentes para racionalizar, la mayor parte de las veces es porque aún no están construidos)
¡Esto sí me parece cercano al niño, esto sí me suena a su realidad vital!
Conoce la naturaleza infantil
Se ha hecho mucho trabajo en buena dirección en la atención a la infancia pero nos resta mucho más. Coincido con la Disciplina Positiva en el primero de los planteamientos ¡conoce a tu chico! porque como dice Dreikurs al ser cuestionado sobre su afirmación de que los niños, detrás de la conducta inadecuada, tienen solo cuatro objetivos basados en creencias percibidas erróneamente…
- Búsqueda de atención «solo me tienes en cuenta cuando me prestas atención»
- Búsqueda de poder «solo me tienes en cuenta cuando mando y/o no permito que tú mandes»
- Venganza «no me tienes en cuenta pero al menos puedo devolverte el daño que haces»
- Darse por vencido o asumir una conducta de incapacidad «es imposible que me tengas en cuenta, me doy por vencido»
… , él contesta, «yo no los tengo encasillados, me los sigo encontrando ahí» ¿Somos conscientes de dónde están emocionalmente los niños?
Y hemos dicho sí a la propuesta porque queremos saber más sobre esta filosofía que tiene buen anclaje, Adler y Dreikurs, desarrollados por Nelsen y Lottbasados.
Con el objetivo de presentárosla he pensado que una buena manera es abordar un caso práctico y analizarlo con la luz «positiva» que ayuda a los adultos a entender la conducta de los niños.
Una madre de un grupo del que soy miembro en Facebook escribía esta inquietud:
Mi hijo de 4 años casi 5, me ha comentado la profe que se dispersa en lo que no le interesa, no llega a ser déficit de atención, porque es peque, utiliza las dos manos indistintamente ( ya se que aún es pronto para que se defina, aunque ya la mayoría se define a esa edad) yo creo que es un poco «vaguete» además del hecho de que su tercer hermano ha nacido hace dos meses y a su hermana de dos años y medio estábamos con quitarle el pañal. La profe me ha comentado que necesita hacer mucha motricidad, tanto fina como gruesa. Vamos al parque, cuando los otros peques me dan cuartelillo, pero lo que más hacemos por las tardes es jugar en casa, con plastilina, engarzando bolitas en formas de collar…. No sé qué más hacer, le digo que tiene que centrarse más, porque le cuesta. Quiero ayudarle pero no quiero agobiarlo más de lo que está. Encima llora cuando le llevamos la contraria y aunque no se sale con la suya, lo intenta continuamente y la hermana lo quiere imitar. Algún consejo para ayudarle. Intento hablar mucho con él, pero hay veces que, es un poco difícil.
He de decir que he tenido que enseñarle hasta defenderse, no quiere pegar, porque sabe que está mal, y prefiere hablar o marcharse ante los problemas. Ahora por eso me preocupo porque sé que es muy listo pero un poco «vago», o por lo menos en lo que no le interesa.
Bases de las interacciones desde la Disciplina Positiva
- Los niños no saben claramente qué quieren perseguir, muchas veces tienen ideas equivocadas sobre cómo conseguirlo y se comportan de manera que logran justo lo contrario de lo que pretenden. Pueden querer ser tenidos en cuenta pero actúan de un modo odioso o torpe en un intento de alcanzar el objetivo porque son muy buenos percibiendo y malos interpretando la realidad.
- Los adultos tenemos dificultades para recordar que nos están hablando en clave, el objetivo casi siempre es ser aceptado y que se les reconozca ese lugar especial como ser individual.
- Los adultos somos responsables de muchos problemas de los niños (que no suene a culpa, sí a consciencia y responsabilidad) ¿Cuál es nuestra contribución al problema?
- Darnos cuenta de las cosas es la clave para cambiarlas.
- Poner los cinco sentidos y descifrar el mensaje que el niño transmite con su conducta.
El desinterés y desánimo son la expresión externa del mensaje que está dando este pequeño como «búsqueda de atención» o bien «darse por vencido».
Para reconocer cuál es el verdadero objetivo habría que guiarse por «pistas», la primera, atender a la emoción primaria que suscita su comportamiento en el adulto, cuando es solo atención, la madre o padre se sienten enfadados, preocupados o irritados, si se siente desesperación o impotencia para sintonizar el objetivo es probablemente evidenciar la incapacidad, » no sé qué más hacer, le digo que tiene que centrarse más, porque le cuesta».
Otra pista es la reacción del niño al pedirle que abandone su comportamiento, cuando se trata de búsqueda de atención, el niño abandona un momento y luego reanuda pero estará encantado de haber logrado lo que se proponía, cuando se trata de incapacidad el niño se muestra pasivo a nuestra exigencia en la confianza de que pronto abandonaremos y le dejaremos en paz, «intento hablar mucho con él, pero hay veces que, es un poco difícil».
El orden de nacimiento no es la única explicación para el desarrollo de la personalidad pero en este caso sí un factor a tener en cuenta.
Juicios preestablecidos en la mente adulta, asocian al mayor como responsable, líder, mandón, perfeccionista, organizador… Es muy frecuente que los niños se comparen con sus hermanos y decidan maneras de «sobrevivir»:
- siendo competentes en áreas que no lo son los otros
- competir e intentar hacerlo mejor que sus hermanos
- ser rebelde o vengativo
- darse por vencido porque creen que no pueden competir
Como son los primeros en nacer, a menudo, el niño respondiendo a expectativas puede interpretar que debe ser el mejor para ser tenido en cuenta y ser importante para su familia. Pero hay ocasiones en que un mediano puede esforzarse hasta el punto de ponerse por delante del mayor y así, el primogénito es destronado llegando a la conclusión de «para qué intentarlo si no puedo». Incluso en esas creencias erróneas y para paliar la desatención subjetiva se comportan como hace el hermano (regresiones) que ha venido a dejarle sin espacio personal. Saberlo es vital para utilizar la motivación en lugar de la ira o la frustración.
Un niño en la etapa más importante de autoconocimiento y afirmación personal que por el entorno familiar y la vivencia de circunstancias decisivas en la interacción con los padres (nacimiento de hermanos) no encuentra la manera de resguardar su espacio personal y sentirse capaz e importante en él.
¿De qué manera podemos influir positivamente?
- El adulto debe superar la dificultad de trascender a la conducta y recordar el verdadero significado «solo quiero ser tenido en cuenta», solo así se será eficaz con la ayuda al niño.
- «Ponerse en la piel del niño» Conecta ¿Qué quiere expresar cuando «se dispersa en lo que no le interesa»? Dificultad, llamada de atención… puede estar alejado de lo que se le intenta enseñar.
- Da pasos para obtener su colaboración, los niños colaboran más cuando pueden expresar su opinión y participar en su planificación y asignación.
- Empatiza con sus sentimientos, esto no significa excusar malos comportamientos, es escucha atenta con el ánimo de comprender. «Creo que entiendo como te sientes, entiendo que puedas pensar que quiero más tu hermana o a tu hermano pero no es así, te quiero mucho» Asegúrate de comprobar con él si has acertado.
- Invita al niño a centrarse en la solución, no ordenes, no sermonees, pregunta si tiene alguna idea para evitar el problema en el futuro, si no las tiene haz sugerencias hasta llegar a un acuerdo, deja de lado etiquetas y juicios previos «yo creo que es un poco «vaguete». Focaliza la atención ¿Qué podríamos hacer para resolver esta tarea?
- Invierte tiempo en enseñar competencias al niño para que él acometa sus tareas con éxito, aún cuando se opine que ya debería saber hacerlo solo porque se le ha explicado mil veces.
- Da pasos pequeños que él pueda repetir «yo dibujo la mitad del círculo y tú la otra»
- Descubre qué sabe hacer y bríndale muchas oportunidades para que pueda demostrar su capacidad. «He de decir que he tenido que enseñarle hasta defenderse» Confía en él, los niños tienen muchos recursos pero no les damos la oportunidad de demostrarlos.
- Elimina toda expectativa de alcanzar la perfección.
- Céntrate en los aspectos positivos del niño.
- No abandones.
- Pasa regularmente ratos especiales con él. Haced listas de cosas que os apetecería hacer juntos.
- En clase, se puede buscar algún compañero para que le ayude en las tareas que le supongan dificultad.
- Busca actividades extraescolares o deportivas en las que se sienta capaz e ilusionado, esto le dará sensación de éxito y le motivará.
- Verbaliza el amor y el cariño que sientes por él.
- Una pregunta que le puede formular la profesora cuando pierde el interés y se muestra inquieto sería ¿Podría ser la razón de que no pares de dar vueltas por la clase porque crees que no puedes hacerlo bien y, por tanto, ni siquiera quieres intentarlo? Si el niño sonríe de forma involuntaria, como reflejo de reconocimiento, incluso mientras dice que no, es que hemos conectado con su necesidad. Si fuera así, se inicia la conversación asegurándole que comprende cómo se siente porque a todos nos pasa alguna vez, después, transmitir confianza en su capacidad ideando un plan para proceder tan despacio como él necesite «sé que no te crees capaz, pero yo se también que puedes hacerlo y estoy dispuesta a hacer todo lo necesario para conseguirlo».
Ganarse a los niños para que quieran cooperar
La mejor manera de influir para que pueda cambiar un comportamiento inadecuado es hallar una forma positiva de ayudar a ser tenido en cuenta e importante. Aceptar este concepto intelectualmente es una cosa pero llevarlo a la práctica cuesta porque no tenemos ganas de ser positivos cuando un niño se porta como no queremos, porque somos reacios a aceptar nuestra parte de responsabilidad y porque cuando un chico se porta mal no está muy predispuesto a la influencia positiva, están demasiado alterados emocionalmente para aceptarla. Espera a que se serene y vuelve a intentarlo.
Y sobre todo hacen falta dos para una lucha de poder, no bases nunca la relación en la confrontación, no se trata de ganar al niño sino de ganárselo».
Sintiendo seguridad y confianza en su capacidad no solo se modificará la actitud, también el desarrollo motor se verá beneficiado. Pinchando en la imagen se accede a nuestro Pinterest, en Documentos informativos, actividades de motricidad gruesa y fina para un pequeño gran campeón.
Este ha sido un bosquejo de otra manera de atención a la infancia, bajo la mirada respetuosa, amable y firme de la Disciplina Positiva.
Agradecimiento a la mamá que generosamente comparte su experiencia.
¡Un abrazo!
Yo creo 100% en la Disiplina positiva, recuerdo que mi padre utilizaba este tipo de disiplina cuando era chico.
Recuerdo tener conversaciones con mi padre desde que yo tenia 5 años donde el me explicaba porque no queria que hiciera ciertas cosas y como por muchos años simplemente con una mirada yo sentia y sabir cuando el no estaba de acuerdo con lo que estaba haciendo o estaba a punto de hacer.
Tambien recuerdo muchas veces que mi padre simplemente me abrazaba por un tiempo que yo sentia que heran horas y si yo acababa de hacer algo simplemente me arrepentia y pedia perdon aunque no me estubiera regañando.
Eso creo que es la disiplina positiva.
Gracias Angel
Es muy importante conectar con los hijos Ángel, la disciplina no consiste en imponer sino en hacer que los niños interioricen las normas de comportamiento dando la oportunidad de que desarrollen destrezas para vivir, permitiendo que tomen decisiones, dejando que experimenten las consecuencias naturales (siempre que no supongan un riesgo) y estando a su lado con una supervisión afectuosa y respetuosa con el sentir del niño. Si es así, poco a poco van conformando su pensamiento de una manera autónoma que les capacita.
Los abrazos como bien dices, es un lenguaje maravilloso con los niños. En los momentos de crisis, cuando están desbordados por su emocionalidad, no hay razonamiento posible que es lo primero que se nos ocurre a los adultos, es mucho más eficaz un gran abrazo que le haga sentir nuestra proximidad en los sentimientos. Si se logra esa interacción, después el niño escucha.
Muchas gracias por tu comentario valioso porque es experiencia vivida.
Saludos!!