¡Ya estamos en Otoño! Una semana muy especial, ha nacido Ana, hermana de Inés. ¡Bienvenida a este mundo! Sabemos que el embarazo ha sido costoso, pero ya está aquí, preciosa y queridísima. ¡Felicidades para toda la familia!
También Sara, una ex empleada y siempre amiga, lleva adelante su embarazo gemelar. Está en reposo. ¡Ánimo Sara! como tú dices ¡tranquilita!
Marina, con sus dos artículos en el blog, nos ha aportado información valiosa y cariño a raudales. Gracias Marina.
Para todas ellas mi artículo de hoy, la tercera parte del paseo que nos estamos dando por ese primer año de vida.
Llevo varios días dándole vueltas al enfoque de este post porque me gustaría ser capaz de trasladar la importancia y trascendencia de nuestra actuación en este momento de la vida de los pequeñitos que mucha gente, todavía, a día de hoy, considera como incapaces de hacer otra cosa que no sea llorar o dormir. Y es que efectivamente, vienen al mundo con un cerebro limpio, con un caos de movimientos descoordinados y sensaciones a granel. Pero a la vez con una plasticidad enorme y una capacidad de aprendizaje que no se repetirá a lo largo de toda la vida. Por ello nuestra intervención «ayudando al niño a abrir la puerta de su propio mundo» (Carl Orff), es decisiva para la conformación de su personalidad futura.
Voy a dar algunas pautas para cada uno de los trimestres, siempre con la salvedad de que no son recetas que quieran abarcar a todos, hay que mirar al niño y actuar creando situaciones de aprendizaje que atiendan a la necesidad individual.
Parto de algunas premisas:
- tener siempre presente la maduración.
- el principal canal de comunicación y alimentación de su cerebro son la piel y los sentidos.
- las actividades se deben repetir hasta consolidar, con pequeñas variaciones.
- toda nuestra actuación debe ir acompañada del lenguaje.
- todas las actividades deben ser lúdicas, forma habitual del niño para interactuar con el mundo.
- las actividades deben ser cortas.
Para estructurar un poco el tema, propongo actividades en cuatro ámbitos, aunque sabéis que todo nuestro quehacer debe ser globalizador.
Desarrollo del movimiento:
En el primer trimestre, como vimos en el primer artículo, las acciones del niño son arbitrarias, no encauzadas. En este segundo ya son dirigidas, repetitivas y con reacciones positivas. Pasan de la sensación de los objetos, del primer trimestre a la percepción. Su relación con los objetos es, ahora de palpación, base de las futuras acciones.
- aprovechamos los cambios de pañal para facilitar el movimiento en libertad, hablándole en tono suave.
- jugamos con sus bracitos (abrir y cerrar), jugamos a rodar, a tocar piececitos (ayudamos a que con su pie izquierdo toque la mano derecha y al revés)…
- tumbado boca arriba, ponemos las manos a distancia corta de sus pies para que nos dé cuando patalee.
- colgar tiras de colores en la cuna, móviles con colores y sonido…´
- facilitar postura de volteo, flexionando la pierna sobre la otra y dejarlo un instante de costado y a la inversa.
- sentarlo en su hamaca. Estar todo el día en posición horizontal es poco estimulante y muy pobre en información visual.
- imprescindible poner al bebé ratos cortos en posición boca abajo.
- hacer juegos de acunar en el regazo (favorece el equilibrio), siempre suave, abstenerse de movimientos bruscos, especialmente que afecten al cuello/cabeza.
- masajes, beneficio emocional, medio de comunicación, válvula de escape de tensiones, percepción de su propio cuerpo, transmisión de seguridad y confianza.
- jugar a tocar objetos, dirigiendo sus manos, animar a golpear y hacer ruido con su mano o con juguetes.
Desarrollo del lenguaje:
- prestar atención a sus sonidos y responder cuando nos mire con sonrisas.
- hablar frecuentemente con palabras sencillas, bien pronunciadas, nombrar los objetos y personas.
- imitar sus sonidos y esperar respuesta (como un diálogo)
- cuando el bebé llore, hablarle tratando de interpretar su llanto ¿por qué lloras, tienes hambre?
- tararear canciones, jugar a emitir sonidos «o, o, o, o», » ba, ba, ba», «pa, pa, pa»
Desarrollo social:
Necesitan imperiosamente, el contacto corporal, lazo por excelencia de comunicación, a través del cual se da alimento psíquico, cariño y seguridad. ¡Esta parte no es nada difícil! Son tan seductores que las caricias nos parecen pocas, habría momentos que te los comerías.
- permitir al niño la expresión de sentimientos (aplaudir, sonrisas o unirse a su tristeza)
- anunciarle las actividades que vamos a realizar.
- dejarle colocar las manos alrededor del biberón, antes de empezar con los purés dejarle ir tomando contacto con la cuchara.
Desarrollo cognitivo:
- mover juguetes de colores vivos delante del niño.
- poner a su alcance distintos juguetes, móviles de colores, figuras que tengan contrastes de color, juguetes mullidos, sonajeros, tarjetas con imágenes de caras y de contrastes (blanco/negro), mantitas de actividades que estimulan todos los sentidos.
- colocar al bebé en distintas superficies, soy pesada pero quiero insistir, en la cuna se duerme. El bebé debe estar en contacto con su entorno, con objetos a conocer y con la mayor libertad de movimientos para favorecer su desarrollo y maduración.
- al dar de comer, dar la primera cucharada y esperar un poco en dar la segunda (permitir que saboree)
- acercar su nariz a cosas olorosas de la vida cotidiana.
- jugar al cu-cu-tras (te escondes la cara detrás de un pañuelo)
- esconder objetos, tapándolos, ¿dónde está?, cuando se los destapes cara de alegría.
- utilizar el espejo, las caras tienen para el bebé magia, captan rápidamente su atención, les intriga y les relaja, enfocan y desenfocan. Rien, gesticulan. Comienzo del proceso de autoreconocimiento.
- en el baño, es bueno dejar al bebé salpicar, chapotear, desarrollar sus habilidades motrices y de equilibrio. El baño puede producir emociones contradictorias, miedo o incomodidad, relajación y bienestar. Se puede ayudar hablándole, sonreirle, cantar, introducir juguetes, acariciar con la esponja.
En el siguiente post hablamos del trimestre 6-9.
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