Un tema que nunca he tratado en este blog, el sueño infantil. Me he decidido a hacerlo porque en esta página se describe de la A a la Z todo nuestro proceder como educadoras y el descanso infantil es una necesidad básica que atendemos cuidándola como proceso de aprendizaje de un hábito decisivo para el crecimiento, desarrollo y bienestar personal.
¿Por qué razón es un calvario lograr que un niño de corta edad se meta en cama y cierre los ojos de manera grata? ¿Por qué hay que acabar las jornadas diarias con la impresión de haber lidiado la mayor de las contiendas, de haber perdido casi siempre los papeles, de haber ganado al niño con imposiciones y usos más bien dictatoriales que democráticos?
Si todo el mundo duerme, si venimos determinados biológicamente para ello ¿será que nos olvidamos de establecer una buena mezcla entre genética y entorno?
Si eres adulto y tienes problemas para conciliar el sueño, te estudian, te diagnostican, te tratan. Pero si eres niño, lo tienes más complicado porque no conciliar, no dormir del tirón, es situación incómoda pero no proclive a ser analizada porque al sueño infantil se le considera en evolución, tiene que sufrir un proceso hasta madurar. En medio de ese proceso hay factores que son inherentes a la condición de inmadurez y otros que son aprendidos o consolidados por malos hábitos o circunstancias familiares, afectivas o sociales ¿en qué punto nos despistamos y desorientamos? Así hay un alto porcentaje de insomnio infantil que pasa desapercibido, que se priva de oportunidad de tratamiento educativo hasta edades más avanzadas.
Aunque haré una breve reseña a esas características «más objetivas» del sueño según la edad, me interesa más enfocar el tema en «las oportunidades» qué ofrecemos los adultos para dormir bien.
¿Qué debemos conocer sobre lo que dicta el cuerpo?
Vamos a llamarlo aptitudes, lo que el niño puede hacer. Si exigimos más de «lo que viene de serie» es fácil que entremos en el terreno de la frustración.
- Los recién nacidos no diferencian entre día y noche.
- Sus ciclos de sueño son muy cortos, plagados de despertares que les garantizan la satisfacción de necesidades básicas (alimentación, dolor, temperatura) Podemos afirmar que están obligados a despertar de manera regular ¡Asegurar supervivencia!
- Condicionados por un aparato digestivo inmaduro (reflujos, cólicos) Si te molesta ¿no lo expresas?
- El sueño activo predomina en su descanso porque es el que necesita su organismo para desarrollo cerebral.
- A partir de tercer o cuarto mes los ciclos de vigilia y sueño empiezan a parecerse a los adultos, siguen teniendo despertares pero ya con mayor frecuencia no son prolongados ni tan numerosos. No cantes victoria, aparecen los dientes, se acumulan sensaciones de experiencias y tensiones ¡Ya son grandes exploradores de un entorno en continuo feedback!
¿Cómo podemos ayudar al niño?
Decide cuál es el planteamiento de descanso que pretendes para tu pequeño. Respeta tu forma de ser y pensar, es un buen principio para poder respetar la del bebé.
- Mejor decidir qué vamos a hacer que obligar a hacer.
Analiza la naturaleza de tu pequeño, cuáles son sus peculiaridades.
- Cómo se alimenta (tanto el déficit como el exceso pueden afectar al bienestar en el descanso), proporciona una dieta ajustada y equilibrada.
- Valora y mide lo que el niño hace durante el día, actividades de recreo, de descanso o juego ¿Permites que el niño ponga en funcionamiento los mecanismos de distensión y relajación? Los niños cuando acumulan cansancio se sobreexcitan y tienen dificultad para conciliar el sueño. El cansancio excesivo, es un obstáculo¡ ¡No sobreestimules su cerebro!
- Evita horarios desordenados que no aprecien la necesidad del niño. Tensión, intranquilidad, nerviosismo…
Analiza la situación familiar.
- ¿Cómo es el entorno, cómo son las relaciones sociales? ¿Qué sensaciones generamos en el chico a lo largo del día, bienestar, temor, tensión, inquietud, felicidad, seguridad?
- ¿Cuál es tu estilo de crianza? ¿Facilitas orden pero también confianza en sus posibilidades, se siente respetado, alientas autonomía o dependencia? ¿Orientas al niño con tu forma de hacer sobre lo que pretendes de él, especificas qué esperas, vences la falta de comunicación?
- ¿Inviertes tiempo en enseñar? Si explicas con detalle condiciones y expectativas el niño conocerá tus prioridades, esto no quiere decir que sean las suyas porque no dejan de ser niños pero estará orientado.
- En el sumatorio del día, de éxitos y fracasos ¿el niño tiene una imagen adecuada de reconocimiento, de apoyo y afecto? No es lo mismo contar un cuento con la predisposición a escuchar que tiene un niño que ha sido escuchado durante del día que contárselo a un niño que no ha sido en tenido en cuenta ¡El poder mágico de la lectura no cae en terreno fértil!
Alguno pudiera pensar que me he ido por las ramas.
El descanso de los niños no es un valor absoluto, está íntimamente relacionado con todo lo que el niño vive a lo largo del día.
Hemos analizado, ya estamos dispuestos para dinamizar una buena propuesta para ir a la cama…
- En primer lugar, confía en el niño, en su capacidad, los niños son estupendos lectores de expectativas.
- No tengas urgencia, estás acometiendo un proceso madurativo.
- Irradia sensibilidad, las hormonas del sueño hacen su labor, aprende a distinguir los signos, interprétalos y da respuesta oportuna (bostezos, decaimiento en la actividad, falta de atención, se toca la cabeza o la oreja…)
Haz un planteamiento.
Si es bebé:
- Ayúdale a ir diferenciando el día de la noche. Durante las horas de luz puede descansar con los ruidos habituales de la casa, al acercarse la noche atenúa la intensidad lumínica.
- Inicia una secuencia, ten en cuenta que estás facilitando la construcción de una rutina muy importante para la vida del niño, si consigue descansar mayor será la capacidad de agudizar los sentidos, mayor será la oportunidad de sentirse bien, conocer y aprender ¡Fijar bases sólidas desde el nacimiento redunda en crecimiento y confianza en la propia capacidad!
- Juego relajado, baño, masaje, cena…
- Respeta la iniciativa del niño (alienta en los intentos, apoya en los momentos confusos)
- Recuerda que son buscadores de seguridad, nada se la proporciona más que el contacto físico con el cuerpo de su madre.
Si el niño es mayor de 18 meses:
- Seguimos en la construcción de autoconfianza en sus posibilidades y una buena imagen de sí mismo…
- Procura estabilidad en las pautas, coherencia y constancia.
- Atiende a la necesidad del niño, sus ritmos ¡Horario ajustado y adecuado!
- Deja que la rutina sea la que mande. Haz una tabla, dibuja las distintas actividades de la jornada, acompaña con una imagen del niño desarrollándolas. Serán los ejes de su jornada, deja que siga la tabla en lugar de decirle constantemente qué debe hacer. En lugar de imponer pregunta ¿qué es lo próximo en tu tabla de rutinas?
- Haz una lista motivadora y que sitúe al niño, conocer le permitirá anticipar y prepararse. Fija una hora para recoger los juguetes, si está muy entretenido coméntale que dispone de un margen (hasta que el reloj llegue a este punto), ofrece participación en las tareas de baño y cena. Vaso de leche, cepillado de dientes, juegos de respiración y a la cama. Acompañado, con mimos, lectura, besos y abrazos. Sal de la habitación y recuerda que el logro debe ser del niño, tu rol es estar atento y guiar en la incertidumbre.
- Involucra al niño en las decisiones, razona los beneficios y las consecuencias, los niños cumplen mejor lo que han ayudado a establecer.
- No critiques lo que hace mal, no te impongas con nerviosismo o castigo.
- Busca el consenso en la pareja, la contradicción hace que cada uno se polarice para contrarrestar al otro, con ello las posturas se distancian cada vez más y se muestran ineficaces. Centraos en la solución, haced turnos para recuperar la energía.
- Recuerda que en la creación de hábitos es fundamental la relación afectiva, la relación va mucho más allá de trabajar habilidades y destrezas. Tu comprensión es su oportunidad de conseguir por si mismo el desarrollo que les ayuda a ir madurando.
- Evita no tener en cuenta la potencialidad del niño, no tener en cuenta su iniciativa, evita la impaciencia, la falta de constancia, la incoherencia y las expectativas desajustadas por exceso o defecto…
No olvides invertir tiempo en enseñar, nos empeñamos en que desarrollen tareas para las que no han recibido la instrucción adecuada y luego nos empeñamos en maniobras controladoras si no reaccionan como esperamos.
¡Felices sueños!
que decirte!!!gracias a tus sabios consejos Ainhoa duerme perfectamente desde que es un bebé!para mi fue clave no tenerle miedo a la situacion y tenerla controlada desde un inicio…saber que hacer y que no desde el principio…sin dudar…saber que aunque parezca que a corto plazo nonse avanza…lo importante es a largo plazo tambien…tanto wuebAinhoa con
Naturalidad, tranquilidad y creer que estás haciendo lo mejor para la niña, son buenas herramientas Jessica y me alegra un montón que hayan sido exitosas. Muchas gracias por compartir tu experiencia.
Un abrazo!