Vamos a por febrero, no es difícil sacar fuerzas con este sol. Las plantas, después de estar toda esta semana con su futuro incierto, después de sufrir las heladas nocturnas, las supervivientes salen fortalecidas y en su infinita generosidad empiezan a dar muestras de agradecimiento. El almendro tan madrugador, lleno de capullos, las camelias, indecisas, están que si abro que si no. ¿Y nosotros?
Cuando llega el miércoles de cada semana, mi pensamiento, ajeno a mis voluntades, se pone a meditar sobre el tema del artículo repaso de nuestra labor. Me agobio un poco porque quisiera saber contar las cosas de un modo que os traslade a nuestras vivencias en la escuela. Yo puedo resultar reiterativa en mis escritos pero os aseguro que los chicos estrenan todos los días, palabras, comportamientos… nos sorprenden y nos estimulan.
Así, de refilón, oyes,»Pablo, Pablito» y el otro contesta «Jaime, Jaimito». Hace nada estaban mudos, no sabían hablar. Veloces como el rayo, aprenden sin parar.
María, ha estado trabajando la pinza digital, con objetos pequeños y atractivos colocados en una superficie accesible para el niño, se nombran uno a uno y se les pide que nos los den. También, han trabajado actividades de salvar obstáculos (conflicto/estrategias). El obstáculo es una barrera que formamos con nuestras piernas, las de la educadora sentada en el suelo, extendidas y juntas. Situamos al chiquitín con los brazos sobre nuestros muslos para que intente coger juguetes que previamente hemos colocado al otro lado.
Cris y sus chicos han estado pensando cuál es la posición de figuras que se les ofrecen invertidas. Abundando en el control del desplazamiento autónomo y estimulando ese sentido que si se educa debidamente no se atrofiará en sus potencialidades, el oído, hacemos audiciones e intentamos reproducir, esta vez sonidos de objetos cotidianos, el coche, el teléfono…
Los mayores, Macu, Nines y Ana, entregadas a la percepción que sus chicos tienen de su cuerpo para trabajar el esquema corporal. En Arte y Plástica, nada mejor que dejar volar la imaginación. Les ofrecemos materiales diversos, corchos, globos, plastilina, macarrones, serpentinas, gomets… y ¡mi cabeza!
Han recitado y cantado canciones:
… yo tengo una carita que parece una casita.
Los pelos de la cabeza parece que son las tejas.
Los ojos son dos ventanas que se abren por las mañanas.
La boca es una puerta que siempre la tengo abierta.
Y en el centro la nariz es un timbre que hace así:
¡ring, ring, ring!
Ejercitamos las capacidades motrices, recorriendo circuitos que estimulan movimientos y desplazamientos, subir, bajar de un tobogán, pasar por debajo de una mesa, subir y bajar una rampa, arrastrarse por la colchoneta, saltar pequeños alturas y atravesar un aro. Frente al espejo, observamos nuestro cuerpo, el de los compañeros, haciendo movimientos dirigidos y espontáneos.
Sabéis que somos adictas a los cuentos, cada día, sin perder uno.
¿Y las educadoras? enzarzadas en un curso online, ya os comenté. No lo encontramos estimulante, es mucha teoría sobre la necesidad o no de las nuevas tecnologías en la práctica educativa. Pensamos que ese ya no debería ser el tema. Lo haremos notar en nuestra opinión en las distintas evaluaciones.
Novedades, bienvenida a Santiago. Tiene dos años, esta semana está de adaptación. En cuanto lo logre, nos ponemos a trabajar hábitos, sólo come leche tomada en biberón. Bueno, sin prisa pero sin pausa. Los déficits en educación son acumulativos.
Y un día muy especial, el miércoles, Nuria cumplió tres años. ¡Felicidades mi niña! Lo pasamos genial.
La imagen de un buen hábito:
… esta ha sido la primera semana de febrero en la escuela. ¡Feliz fin de semana!
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