Después de unas semanas sumergida entre manuales y artículos, con mucha buena voluntad y poco de eso que hace falta para enfocar las cosas con cierto rigor, el tiempo, me decido a compartir con vosotros un resumen de un trabajo de compilación que hemos llevado a cabo Carmen Feoli (faclitadora de Disciplina Positiva) y yo.
Relación entre hermanos, ese es el tema de este artículo. Como dice Siegel queremos que nuestros hijos sean afectuosos y considerados para que puedan gozar de relaciones plenas, a veces tememos que si puntualmente no son tan buenos como quisiéramos nunca lo serán. Es importante confiar en el proceso y saber que gran parte de lo que queremos llegará con el tiempo, lo que sí podemos hacer es prepararlos y dirigirlos para que sean adolescentes y finalmente adultos plenamente capaces de formar parte de una relación y de tener en cuenta a los demás.
Podríamos haber enfocado el tema centrándonos en las peleas, el caballo de batalla, pero fieles a las enseñanzas de la Disciplina Positiva no nos hemos quedado en la conducta y hemos querido profundizar en lo que nos parece más eficaz, los motivos, las razones que mueven a los niños a relacionarse de una manera competitiva o cooperativa, la construcción del yo social, el nosotros. Para ello hay que irse muy atrás, casi volvernos a los pañales…
Así, desde la premisa de que el conflicto entre hermanos se trata más de ti (padre/madre/educador) de lo que tú crees, partimos y te invitamos a acompañarnos en este proceso de construcción de relaciones interpersonales en el que desarrollo social y emocional está interrelacionados estrechamente.
Es posible que quisierais encontrar en estos primeros párrafos, fórmulas que reafirmen vuestra práctica o soluciones que os ayuden a modificarla, ya sabéis que la finalidad que perseguimos no son las recetas sino la reflexión y evaluación porque existen muchas herramientas que pueden ser efectivas para alentar y motivar a los niños, los padres podéis usar vuestra intuición para determinar cómo lograr ese mayor entendimiento de la conducta de vuestro hijo, porque crianzas no hay solo una.
Antes de meternos en harina de trigo permitidme que haga dos breves paradas, y de puntillas asomarnos al contenido de lo que queremos ayudar a desarrollar y, también aunque sea de refilón, al conocimiento de aquel a quien va dirigida nuestra intervención.
¿Quién es emocional y socialmente el niño de 0 a 6 años?
La personalidad se configura contando con el equipamiento biológico, un 10%genético, y el resto, las experiencias y los conocimientos que vamos adquiriendo en la interacción con nuestro entorno. En los primeros años de la vida, los padres son la influencia más grande en el desarrollo social y emocional, los niños cuentan con ellos para orientarse, son información de cómo pensar, actuar y sentir.
A medida que los niños crecen van a ser los hermanos y compañeros otros referentes que dejan su impronta en la mirada que el niño tendrá sobre sí mismo y el mundo.
Desde los inicios, puntos de referencia para el desarrollo y aprendizaje social y emocional son:
- El reconocimiento y apreciación por parte de los niños de las semejanzas y diferencias en otras personas. Los niños pueden aprender a vivir juntos y darse cuenta que cada uno es único y especial, pueden aprender que todos somos diferentes y que esto es adecuado.
- Así como también pueden aprender la habilidad de relacionarse cómodamente con niños y adultos de diferentes características y orígenes. Pueden aprender que sus sentimientos son reales y legítimos, pero que los comportamientos derivados de esos sentimientos no deben herirlos a ellos mismos o a otros.
- La construcción de la autopercepción (autoconcepto) que los niños tienen de sí mismos es muy importante para el entendimiento de su comportamiento emocional. Aunque los niños tengan creencias equivocadas sobre la manera de lograrlo, cada niño lo que persigue es pertenecer y sentirse importante, en la medida que satisfagan estas necesidades y cómo lo hagan irán dando unas respuestas u otras a la pregunta ¿quién soy yo?
- Otro aspecto del desarrollo emocional es la autoeficacia (autoestima), la creencia y confianza de que se puede tener éxito en lograr lo que uno se propone hacer. De nuevo el adulto tiene un papel decisivo con la consolidación de creencias erróneas en el niño que alimenten sentimientos de incapacidad o por el contrario promuevan aliento y capacitación.
Cómo van adquiriendo los niños estas habilidades para formar y mantener relaciones, para reconocer y expresar sus propios sentimientos y entender y responder a las emociones de otros, son la clave para explicar los comportamientos y poder actuar o modificar si fuera necesario.
La puerta de entrada siempre, conocer las características evolutivas para poder ofrecer atención adecuada y apropiada.
- Desde el nacimiento a los 18 meses se ponen las bases de la confianza vs desconfianza. Manifiestan y reaccionan a emociones básicas, al final del primer año ya están preparados para hacerlo de manera selectiva a las emociones de los demás aunque aún no tratan de provocarlas. Es esencial un ambiente de adultos confiables que atiendan de forma consistente y cariñosa las necesidades de alimento, descanso, contacto físico, bienestar y consuelo.
- Desde los 18 meses hasta los tres años y medio, autonomía, deseo de hacer cosas nuevas vs, culpa, vergüenza y duda. Con la aparición del lenguaje se inicia la capacidad para conocer los sentimientos de los demás y hacer algo para transformarlos, aparece el negativismo, primeros signos del orgullo, celos, respuestas de agresividad… Como pauta general, hay que procurar controlar los nervios, no amenazar, ni intentar chantajear, sino mantenerse firmes. El niño no se niega para enfadarnos, ni por fastidiar. Ante la agresividad hay que ser paciente y entender que se trata de las primeras manifestaciones de sentimientos que todavía no controla, y que necesita de una familia que le proporcione comprensión y afecto para que pueda ir dominándolos y crecer con confianza y seguridad.
- Los niños de 3 y 4 años ya son capaces de establecer conexiones y predecir el tipo de emoción que provoca una determinada situación. Hacia los 4 años desarrollan el conocimiento de emociones más complejas tales como la vergüenza, el orgullo, etc. Se produce un importante cambio y se hacen más sensibles en la comprensión de las causas mentales de éstas y no sólo de las causas externas. Ayudamos si proveemos de un ambiente rico en nuevos desafíos y opciones, respetamos y evitamos ser hirientes ante situaciones difíciles. Siendo capaces de manejar la propia indignación. Sentimiento de autoestima estable y positivo para no convertir las actuaciones no deseables de los niños en un ataque personal. Teniendo capacidad de ponerse en el lugar de los niños. Brindando oportunidades de juego en grupo.
Todo cambia de aspecto y significado si aprendes a interpretar las señales de los niños. Buenas herramientas son la sensibilidad, la comprensión, la cooperación, la accesibilidad, sinónimos de forja de vínculos afectivos seguros y adecuada construcción del yo.
Construyendo el nosotros.
- ¡Poniendo bases!
- Ayuda a integrar el yo y el otro yo.
La paternidad lúdica es una de las mejores maneras de preparar a nuestros hijos para las relaciones y de animarlos a conectar con los demás. Por supuesto los niños necesitan estructura y límites, asumir responsabilidades, pero ni siquiera cuando imponemos nuestra autoridad debemos dejar de divertirnos con nuestros hijos. Cuánto más disfruten del tiempo que pasen con nosotros más valorarán las relaciones y más desearán experiencias relacionales positivas y sanas en el futuro. Una de las causas tiene que ver con neurotransmisores químicos, las relaciones positivas generan serotonina y dopamina en nuestro cerebro, ambos contribuyen al bienestar emocional porque los sistemas límbicos y reptilianos no están en estado de alerta y los lóbulos prefrontales actúan adecuadamente. La dopamina permite la comunicación entre neuronas, las neuronas reciben chorritos de dopamina cuando nos sucede algo placentero y esto induce a desear que esta experiencia se repita. Es la sustancia química de la recompensa, y el juego y la diversión son recompensas en nuestras vidas. Así pues si queremos desarrollar una relación íntima a largo plazo entre nuestros hijos debemos verla como una ecuación matemática, donde la cantidad de placer que comparten debe ser mayor que el conflicto que experimentan, el lado del conflicto de la ecuación nunca será cero. (Siegel)
Los hermanos discuten, eso es inevitable pero si podemos aumentar el otro lado de la ecuación, animándolos a llevar a cabo actividades que produzcan emociones y recuerdos positivos, crearemos vínculos fuertes entre ellos y estableceremos una relación con muchas probabilidades de ser sólida durante la vida.
Hemos de ayudar a nuestros hijos a divertirse juntos y reforzar los vínculos que conectan.
Usa la diversión e incluso las tonterías, para cambiar el estado de ánimo de los niños cuando se atascan en la ira o en una actitud desafiante. A veces no están de humor para verte hacer tonterías, debemos ser sensibles a las señales que recibimos, si la admiten, esta puede ser una magnífica manera de ayudar a los niños a alterar su estado de ánimo porque nuestro estado de ánimo puede influir en el del niño, permitiéndonos convertir el nerviosismo y la irritabilidad en diversión, risas y conexión.
La diversión es la mejor estrategia para romper la cadena de la ira.
Cuando llega el conflicto… Cooperación vs. Competencia
Agresividad
Una confusión de los niños es identificar agresión con afirmación, la agresión y la afirmación son distintas, y es importante enseñar a los niños a diferenciarlas. Enseña a los niños a pedir lo que quieren y escucha sus opiniones. Enseña a los niños cómo pedir que se satisfagan sus necesidades sin herir a nadie.
¡Entendiendo a tu hijo, a ti mismo y la situación!
– Los niños no nacen agresivos, pero se pueden tornar agresivos cuando su opinión no es tomada en cuenta o no son consideradas sus necesidades. Cuando los padres asumen saber qué es lo mejor para sus hijos, pueden estar inadvertidamente incitando una escalada de ira que se manifiesta como conductas agresivas. Si los padres son agresivos, punitivos o controladores, los niños pueden decidir inconscientemente que esa es la forma en que deben comportarse para conseguir lo que quieren.
– También es frecuente que entre los grupos de preescolares aparezcan disputas, es necesario indicar que muchos de estos actos agresivos no van dirigidos a la persona como tal, con el propósito de dañar, molestar u ofender (agresividad hostil), sino que se realizan con la intención de obtener, mantener o defender un objeto o actividad deseable (agresividad instrumental). Este tipo de sucesos ocurren más frecuentemente entre niños del mismo sexo, más en grupos de niños que de niñas y más entre los preescolares pequeños (2—3 años) que entre los mayores (5—6 años).
Sugerencias.
- Los niños deben conocer nuestro rechazo a la violencia, es necesario expresarlo y modelar. «Si los adultos quieren niños que controlen su comportamiento, ¿es demasiado pedir que aprendan cómo controlar su propio comportamiento?”
- No esperes a las situaciones de agresión para enseñar. Nos atascamos en el círculo vicioso de ser demasiado firmes cuando están alterados «no pelees, no pegues». Los niños son aleccionados en lugar de ser invitados a realizar una lluvia de ideas y encontrar soluciones: cuando estés enfadado con tu hermano/a en lugar de pelear ¿Qué podrías hacer? Marcharte a otro lado, jugar con otros juguetes, hablar para indicar como te sientes, hacer esto que te gusta tanto para intentar relajarte, etc…
- En lugar de enfocarse en el comportamiento, trata de entender la creencia detrás del comportamiento. Tratar simplemente de modificar la conducta, no solucionará las causas de agresividad.
- Cuando sea posible, pon a los niños en las mismas circunstancias utilizando la expresión “niños…” Muchos niños se manifiestan de manera agresiva porque perciben que se está cometiendo una injusticia en contra de ellos cuando otro hermano está obteniendo algún trato especial o se libra constantemente de los problemas. «Pon a todos en el mismo barco».
- Si el niño está lastimando a otros con su comportamiento agresivo, hazle saber que te das cuenta de que se siente mal y molesto acerca de algo, pero que no estás seguro de qué es lo que lo está molestando y que quisieras ayudarlo, para ello necesitas que tu hijo te diga cómo, ya que no puedes leer la mente.
- Evita reaccionar a la agresión con una lucha de poder. También evita reforzar la agresión rindiéndote. Mejor, reconoce la necesidad del niño y después incita el cambio diciendo: “Parece que eso es importante para ti. Cuando quieras acercarte a mí de una manera respetuosa, lo consideraré.”
Los padres pueden hacer que el conflicto entre hermanos se vuelva mucho peor. En lugar de ello, desarrolla las habilidades para minimizar la competencia.
Conecta a través del conflicto, enseña a discutir pensando en un nosotros.
No esperes lo que no puede ser, los conflictos existen y manejarlos no es sencillo, ni siquiera para los adultos pero sí podemos enseñarles habilidades y competencias de vida.
Herramientas para resolver problemas:
- Trabajar el sentimiento de pertenencia. Cuando las peleas entre hermanos son muy habituales, los celos suelen estar por medio. Los celos son miedo a no ser importantes, no solo para los padres, también para el hermano, no deja de ser una incapacidad para gestionar las relaciones con las personas a las que amamos, con un gran miedo a perder ese amor. La percepción de pertenencia se puede trabajar en grupo (familia, aula) mediante varias vías, líder (madre/padre, los padres pueden aprender a cuidar de sí mismos para que los conflictos entre hermanos dejen de ser un problema), con cada miembro (tiempo especial para cada niño), hermano con hermano (sintonía y empatía, cooperación) y finalmente el grupo entero. Así podremos desarrollar un sentimiento de pertenencia familiar porque es realmente importante que cada niño sepa que es significativo para el resto de la familia, incluido su hermano.
Una vez traspasadas las defensas de nuestros hijos y vencida su renuencia a aceptar la responsabilidad, podemos enseñarles a ser considerados con las personas a quienes han hecho daño y esforzarse por usar el camino de la reconexión.
Hay que emplear las situaciones de conflicto para convertirlos en oportunidades para aprender, para enseñar aptitudes y desarrollar el cerebro. Demasiado a menudo olvidamos que disciplina en realidad significa enseñanza, no castigo. Un discípulo es un estudiante, no un receptor de consecuencias conductuales.
Factores que nos ayudan a entender ¡Entra en el mundo de los niños!
Ambiente familiar
En las familias donde se valora y alienta la competencia, las diferencias se incrementarán. En las familias donde se valora la cooperación, las diferencias disminuirán. Muchos padres no se dan cuenta que ellos mismos generan el ambiente competitivo en la familia, cuando difieren en los métodos de crianza.
- Evita caer en el juego de víctima y del villano: Esto sucede cuando los padres asumen que el hijo mayor tiene siempre la culpa (villano) y rescata al menor (víctima). A menudo son los pequeños los que comienzan el conflicto solo para que el padre vaya a rescatarlos. Hay que tratar a todos los hijos de la misma forma. Los padres deberían expresar la confianza en que ellos tienen la habilidad para resolver las cosas o separarlos.
- Hay que asegurarse de dedicarles un tiempo especial a cada uno de los hijos: Si uno está celoso del otro, los padres deberían hacerle saber que desean estar con cada uno de ellos y que pronto llegará su turno. Hay que decirles que es normal sentir celos. Dar mensajes positivos a cada niño para que él sepa lo especial que es.
- Si la situación entre los niños se sale de control, hay que tratar de redirigirlos a otras actividades como concursos o relevos, en donde la cooperación sea más importante que la competencia.
- Buscar actividades que enfaticen el trabajo en equipo. Hay que ayudar a los niños a descubrir las cosas divertidas cuando incluyen a personas que tienen diferentes habilidades.
- No hay que exagerar ni hacer mucho alboroto respecto al nuevo bebé frente a los hermanos mayores pues incrementa la creencia de que serán reemplazados.
- Fomentar la idea de equipo. En vez de “a ver quién acaba antes”, “veamos quién gana en recoger”… invita a la cooperación “vamos a recoger todo esto como un gran equipo”, “ayudémonos a ponernos todos el abrigo”…
- Planifica con uno de tus hijos una sorpresa para el otro, o sorpresas entre compañeros. Por ejemplo organizar que uno realice un dibujo para el otro, hacer un bizcocho o una tarta para su hermano con nuestra ayuda, organizar una salida, preparar un picnic…
- Anotar lo que les gusta de cada hermano. En ocasiones los hermanos tienen ideas de lo que les gusta del otro (como dibujan, como se expresan, la cantidad de amigos que tienen,…) pero nunca se dicen este tipo de cosas y no llegan a saber lo que unos piensan del otro sobre sus aspectos positivos. Es importante que podamos dar esa gran oportunidad de compartir habilidades positivas y verbalizarlas.
Así como los niños no son conscientes de sus metas equivocadas, los adultos pueden no ser conscientes de sus estilos de vida. Hay ventajas y desventajas para cada estilo de vida. Estos influyen en la manera como el adulto interactúa con el niño.
Si tu prioridad es:
- La comodidad puedes ser más eficiente si involucras a los niños en establecer límites, crear rutinas, establecer metas y resolver problemas juntos.
- El control, dejar pasar, ofrecer opciones, hacer preguntas abiertas, involucrar a los niños en las decisiones.
- La complacencia, es necesario practicar tener confianza en que los niños resolverán sus problemas, honestidad emocional, aprender a dar y recibir.
- La superioridad, olvidarse de la necesidad de tener razón, entrar en el mundo de los niños, apoyar sus necesidades y metas, dar amor incondicional, disfrutar el proceso.
Estilo de paternidad:
Nuestra manera de criar es decisiva en lo que los niños llegarán a ser, influyendo también en el estilo de paternidad que reproduciremos por defecto o incluso puedes sentir las ganas de hacer una paternidad totalmente opuesta, pero en lugar de eso se puede reflexionar abiertamente sobre cómo te afectaron tus experiencias para ver con claridad tu propia historia, así podremos sintonizar con las necesidades y les señales de nuestros hijos, creando un vínculo seguro y una conexión fuerte.
Al dar sentido a nuestro pasado podemos liberarnos de lo que, en caso contrario, podría ser un legado transgeracional de dolor y vinculación insegura, y transmitir en lugar de eso, un patrimonio de amor y afecto a los hijos.
Paternidad/maternidad autoritaria: «Porque yo lo digo». Consecuencias probables: Rabia, conflicto, lucha de poder y venganza.
Paternidad/maternidad permisiva: «Puedes hacer lo que quieras». Consecuencias: Pobre autorregulación, cotas altas de insatisfacción.
Paternidad/maternidad respetuosa: «Puedes hacer cualquier cosa que esté dentro de los límites y muestre respeto para todos». Consecuencias: Mayor fortaleza psicológica.
Orden de nacimiento.
Entender el orden en el que van naciendo los niños permite entender cómo pueden tener una percepción equivocada sobre sí mismos, basada en la interpretación del lugar que ocupan en la familia. Usualmente los niños se comparan con sus hermanos y deciden que si su hermano es bueno para una determinada área, su opción para sobrevivir es una de las siguientes:
El hijo mayor generalmente trata de ser el primero y el jefe; el segundo busca las injusticias y se vuelve rebelde o se empeña en ponerse al nivel del primero. El hijo menor piensa que tiene el derecho de recibir más atención; el hijo único quiere ser especial. Si el primero y el segundo hijo son de diferente sexo, es posible que ambos desarrollen características del hijo mayor, en particular en aquellas familias en las que están muy marcados los papeles para cada género. Si los dos primeros de tres o más hijos son del mismo sexo, es posible que las diferencias entre ellos dos sean extremas. Generalmente, son totalmente opuestos y entre menor sea la diferencia de edad más marcada será la diferencia.
El hijo mayor generalmente se siente destronado; el hijo menor se siente incapaz o inadecuado cuando se compara con las aptitudes de su hermano mayor.
Intentar comprender cómo se están sintiendo, ayudará a los padres a relacionarse con ellos con compasión. Hay que dejar que los niños sientan lo que sienten y nunca decirles cómo se deben sentir.
Resumiendo, en líneas generales…
- Proporciona las oportunidades para que los niños desarrollen recursos significantes en casa. Las estrategias tales como las reuniones familiares/de clase, la orientación, y la firmeza con dignidad y respeto pueden proporcionar las ocasiones para que los niños desarrollen todos estos recursos.
- Crea y usa rituales, tradiciones, y proyectos de servicio como oportunidades para el crecimiento y la capacitación de los niños.
- Incrementa el uso del diálogo (un intercambio significativo de ideas y percepciones) como un proceso esencial para fomentar la cercanía, la confianza y el aprendizaje: “¿qué piensas sobre eso?”
- Evita “¿Fuiste tú? ¿Puedes? ¿Lo harás? ¿No lo harás? ¿Está todo bien?” etc. En su lugar usa ¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿De qué manera…?” etc.
- Construye la cercanía y la confianza, y transmite respeto evitando las Cinco Barreras y usando en su lugar los Cinco Constructores:
Puedes ahogarte en el desafío o considerarlo una oportunidad de aprendizaje, ¡tú decides!
Nuestro agradecimiento a las colaboraciones de Macarena Soto Rueda y Mariola Yerpes e Irene Iglesias, facilitadoras de Disciplina Positiva.
Fuentes:
El cerebro del niño. Siegel, Daniel J. y Payne Bryson, Tina.
Cómo educar con firmeza y cariño. Nelsen, Jane.
Cómo hablar para que los niños escuchen y cómo escuchar para que los niños hablen. Faber, Adele y Mazlish, Elaine.
Más bibliografía:
Los niños y las emociones. Harris, P. H.
Hermanos y hermanas. Dunn, J y Kendrick, C.
Como siempre espléndida Marisa Mucha información muy útil y fundamental para disfrutar de y con nuestros hijos
MUCHAS GRACIAS!!
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Muchas gracias a ti Melina, Siegel y la Disciplina Positiva son un cajón lleno de tesoros educativos 🙂
Un abrazo muy grande!!