En el primer artículo de esta serie os convocaba a acompañarnos en el periplo de una crianza y una educación que ayude a los niños a sentirse conectados, que sea mutuamente respetuosa y cariñosa, que sea efectiva a largo plazo, que enseñe habilidades sociales para la vida y que invite a los niños a descubrir sus capacidades. Os instaba a explorar la Disciplina Positiva.
Imagino que muchos leeréis estos párrafos con el anhelo de fórmulas magistrales para acabar, si puede ser de manera inmediata mejor, con el mal comportamiento y los numerosos conflictos cotidianos a los que da pie, a la vez que lograr el elixir para niños responsables y motivados.
Vamos a trabajarlo a lo largo del curso pero antes, os pido calma. Vamos a poner buenos cimientos para que el aprendizaje que logremos sea significativo.
Como educadores, seamos padres o docentes, cargamos con un bagaje que se ha instaurado en nuestra manera de relacionarnos con los niños. En muchos casos, aplicamos pautas que hemos heredado de la propia infancia. Esas directrices evidencian una actitud, una percepción del niño, unas prioridades. Son reveladoras de un estilo educativo y premonitorias de la manera ser y pensar del individuo futuro que tenemos entre las manos. Sin embargo, son muchas las ocasiones en las que la conducta infantil nos desconcierta «si le regaño, si le ordeno, si no paro de repetirle… ¿por qué no se comporta bien, por qué me ha salido así? ¿lo estoy haciendo mal?»
¿La confianza y el respeto que debe sentir el niño se quedan relegados a las ocasiones en las que responde como queremos?
¿Nos frustra el niño que vemos? ¿Nos cuesta admitir que hay cambios que esperan solamente a que nos identifiquemos como pieza clave para alentarlos?
En la familia el niño, de manera inconsciente, puede ser vapuleado por mensajes dispares.
No se trata de culpabilizar, no se persigue ser padres perfectos, no existen, el mensaje es para educadores que piensen que se puede interaccionar mejor con los niños, que se plantean ¿dónde estoy y dónde quiero llegar?
El entrenamiento que hemos recibido como progenitores podríamos decir que nos induce a ser «reactivos» y la Disciplina Positiva propone, sin embargo, la ejercitación de una crianza basada en «la toma de conciencia» de que la familia es ese lugar privilegiado de aprendizaje, donde la convivencia con los primordiales vínculos afectivos debe dar respuesta a la configuración personal del niño desde la amabilidad y el respeto mutuos.
Las habilidades de crianza efectivas se aprenden, no se heredan.
Así, el primer paso sería un interrogante que es indudable que ya os habéis formulado ¿qué puedo esperar de la Disciplina Positiva? ¿Merece la pena hacer el esfuerzo que implica descartar viejos hábitos? ¿Por qué formarse como educador/padre/madre a la manera positiva?
Os doy mi opinión con el deseo de que cada uno encuentre sus propias razones para emprender el camino de la magia. Si algo que se está haciendo no funciona la vía no debe ser la queja perpetua o la desidia, existe otro camino, esforzado e ilusionante que te devuelve el gusto por educar… la amabilidad y la firmeza en educación. Dos términos que parecen contrapuestos pero que se necesitan como «la inspiración y la espiración». Ser amables o firmes no es cuestión de vida o muerte educativa pero sí lo que decide fracaso o éxito.
Dos ejes y muchas posibilidades, unas y otras forjadoras de individuos ¿dónde te mueves como educador?
Lo que distingue a la Disciplina Positiva de otras prácticas dominantes en hogares y escuelas:
Esta es la propuesta, el aprendizaje requiere vuestra motivación, participación y cooperación porque no es una enseñanza teórica, se pretende que tenga que ver con lo vivencial, con las experiencias, que sea válido… que os sintáis seguros e involucrados, capaces de aplicar con éxito lo aprendido.
En toda España ya hay educadores de padres y se están llevando a cabo talleres de Disciplina Positiva. En Madrid, el primero tendrá lugar los días 13 y 14 de diciembre. El viernes 13, de 18:00 21:00 horas y el sábado de 9.00 13:00 ¿Nos acompañas?
Pero el ámbito de enseñanza no se restringirá a los talleres, son múltiples las oportunidades de acceder a información e interacción de manera totalmente gratuita. Visítanos y comparte en nuestra web Disciplina Positiva España o en la página de Facebook.
¡Vamos a descubrir lo que realmente funciona y lo que no! ¡Lo que los niños piensan, sienten y deciden de acuerdo al método de crianza de sus padres! ¡Vamos a entrar en el mundo de los niños! ¿Nos acompañas? Inscripciones aquí
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