Este es el penúltimo episodio de un proyecto que nos ha acompañado todo el curso, Amigo Árbol. La Quinta de los Molinos, el parque del Retiro, el jardín de la escuela, la Dehesa de la Villa y este mes, el parque Juan Carlos I, han sido los escenarios elegidos que nos han visto correr, subir, bajar, explorar, reir, disfrutar. Iba a escribir aprender, así, como un verbo más en la enumeración de acciones y sensaciones pero lo voy a poner en mayúscula, HEMOS APRENDIDO. No creo que me deje llevar por la sobrevaloración que siempre tiene lugar cuando algo bueno está a punto de poner fin.
Cuando nos planteamos trabajar por proyectos con niños de uno y dos años sentíamos la fuerza de atracción del reto y algún que otro gusanillo royendo la iniciativa. Amigo Árbol además de estructura programática distinta a lo hecho hasta ese momento, exigía mucha dedicación. Invertir horas en encajar el puzzle que todos los meses nos hemos estado trayendo con formato de intereses de los niños. Para que las actividades fuesen respetuosas con las motivaciones del alumno y a la vez supusiesen aprendizaje era necesaria una cierta sistematización que conjugara la disposición de los pequeños y el currículo porque la finalidad era, nada más y nada menos, aprender.
¿Cómo había que hacerlo? Modificando la dirección del proceso de aprendizaje, el inicio no estaba en nosotras, en los contenidos, en los objetivos… el inicio es el niño.
Conceptos espaciales, cualidades de los objetos, destrezas y habilidades de todo orden, las habéis visto desfilar por los vídeos en los que han quedado atrapados momentos de vida educativa. Despejada la incógnita de las inquietudes iniciales nos queda claro que sí aprenden y afirmo sin ninguna duda, lo hacen mejor. Tal vez por una razón que pudiera sonar a obviedad, el aprendizaje por proyectos supone gestar otra actitud, respeto a la fascinación por lo nuevo, por explorar, por investigar partiendo de las inquietudes de los niños por las cosas que les rodean… Todo un capital para la cimentación personal.
Que Amigo Árbol haya requerido salir de la escuela también pudo parecer al principio un condicionante innecesario y sin embargo, a día de hoy tenemos la constancia de que nada enseña más que la realidad, esa que tantas veces intentamos recrear en la escuela y que está ahí cercana, solo esperando a que el adulto educador ofrezca al niño las oportunidades de interaccionar con ella. Hemos puesto en funcionamiento la mente, de otra manera, las herramientas de las que nos hemos servido, las mejores, los sentidos.
Y nosotras mientras hemos visto y gozado de un gran espectáculo, si tengo que reseñar algún aspecto me quedo con esa palabra que nos gusta tanto «autonomía», subir las escaleras al bus, hacer el tren de la fila sin directriz alguna, correr como perdigones por superficies que le convierten en apenas un punto sin dejar de atender a la referencia de seguridad que somos las educadoras, dar la mano al compañero que se queda rezagado con actitud empática y solidaria ¿quién dijo que solo son egocéntricos? habrá que revisarlo 😉 ¡Lo que pueden desempeñar si se les da la oportunidad!
Una tarea de equipo, niño/niño, niño/educador, niño/educador/familia que es una vez más aspecto de consolidación de lo que no hace tanto solo fomaba parte de un sueño, Escuela enREDada.
Semana, salida al parque, observación de los intereses de los niños.
Día frío, soleado, brillante en el parque Juan Carlos I, naturaleza y creación humana dadas de la mano. Para nuestros chicos, piedra y agua. Nosotras como siempre, detrás de ellos con todos los sentidos puestos en sus miradas. Armonía entre la dicha del goce de piedras, agua, hierba y la recogida en esas bolsas que hemos llevado a todos los parques, de miradas llenas de curiosidad…
- ¿Cómo eres agua?
- ¿Cómo eres piedra?
- ¿Tenéis sonido, color, sabor?
Semana, aportación de recursos e información por parte de las familias.
Canciones, cuentos, imágenes, poesías, actividades… familias enREDadas en el aprendizaje de sus chicos en la escuela. Compartimos con todo vosotros los recursos que este mes han aportado los padres para que Amigo Árbol tuviera la diversidad y riqueza que supone la suma de perspectivas. Para acceder a los recursos pincha aquí.
Escuela laboratorio, aprendizaje a través de la experiencia.
¿Qué os voy a contar de este taller? Aún con la mejor de las intenciones no describiría la magnitud de lo vivido. Estábamos dispuestos a conocer el agua y lo hemos intentado, para ello ha habido que escuchar, probar, tocar, modelar, pintar, «mojarnos en aprender»… incluso en el vídeo veréis un momento muy especial en el que se meten las manos en los bolsillos en busca de «polvos» ¡los que hacen magia! A ver si vosotros también la veis…
Evaluación.
Objetivos, procedimientos, técnicas y actitudes, conocer, sensibilizar… hemos trabajado el agua y las piedras desde otras perspectivas a las habituales en la vida de los niños con un proyecto que ha buscado en todo momento acercarles a sus cualidades a través de la experimentación.
Valoramos como positivo:
- La actitud de disfrute y satisfacción con los contenidos y actividades.
- El desarrollo de habilidades y destrezas a través de la indagación.
- La expresión de creatividad.
- El ambiente de colaboración entre los alumnos que han mostrado habilidades sociales de «empatía» hacia el trabajo de sus compañeros.
Este ha sido Amigo Árbol de febrero, con muchas alternativas abiertas para seguir trabajando la experiencia como siempre, desde el disfrute del aprendizaje lúdico.