
Afortunadamente hay muchísimas aportaciones en redes sociales que pueden ser orientadoras en estos, casi minutos, antes de un hecho que ha perdido la condición de cotidiano para pasar a ser de primera página, la infancia sale a la calle (no toda).
Salir a la calle en estas circunstancias no es del todo estar en la calle. El lenguaje, con su poder incalculable, creando expectativas inalcanzables o bien ayudando con baños de realidad.
Mañana muchos niños y niñas volverán a sentir algo que se les ha vedado durante cuarenta y tantos días. Mañana niños y niñas verán satisfecha una NECESIDAD.
No quiero actuar de manera desalentadora ni tampoco restar importancia a este acontecimiento ¡Vamos a disfrutarlo!
No obstante, siento el impulso de aclarar que no es lo mismo deseo que necesidad, que los deseos una veces se cumplen y otras no, que la necesidad infantil siempre que se pueda debe ser satisfecha por los adultos. Sencillamente porque ellos y ellas no cuentan con recursos y sí de «dependencia».
Salir a la calle es, insisto, una NECESIDAD para la infancia.
Estar confinado no es sentirse seguro como comentaba en el artículo anterior, es hacer todo lo que podamos para recuperar la seguridad. Sin embargo en el «mientras tanto», el cerebro no ceja, el miedo está instalado en memorias procedimentales estableciendo la valencia de lo que se vive a través de la información que llega por redes sociales. Se descartan muchos detalles que han pasado a un segundo plano. No hay mucho que pensar, se trata de otra cosa, lo que nos acontece, «es sustento o amenaza» para mi supervivencia…
Un pequeño prólogo para introducir una idea que si bien es obvia se nos puede estar escapando, no somos los de antes del proceso COVID-19.
Tenemos una huella, cada cual la que fuera, desde una pequeña y efímera a otras muy grandes y perdurables
Nuestra actitud, nuestras huellas, también salen mañana a la calle acompañando infancia.
Desde el que todavía no se ha podido hacer consciente de lo que se nos ha venido encima hasta el que sobrecogido por las circunstancias tardará en regresar a la realidad, sea la que sea. Desde el que se está negando la cruda realidad, el que de la realidad ha hecho un mundo imaginario en el que no cabe la luz hasta el que está asombrado por el estreno de su resiliencia.
Para ayudar mañana a la infancia, revisa cómo te sientes.
Este detalle es importante porque somos espejo, porque somos lectores de vida y ellos y ellas van a debutar en la calle tras este proceso con el filtro de la mirada de sus referentes.

No voy a abundar en las medidas, en las estrategias, en los recursos; los que me conocen ya saben que les doy mucho valor solo si están acordes a la actitud ¿Actitud? ¿Actitud para dar un paseo? Sí, sería tremendo que la infancia que sale mañana a la calle se encontrara con un fraude y la experiencia deviniera en quejas, frustraciones, trampas…
No vamos a jugar como antes
Claro que no, vamos a dar un pequeño/gran paso para recuperar nuestras libertades.
¿Se puede cargar esta responsabilidad sobre las espaldas infantiles? No, solo ostentarán un poder subsidiario de las nuestras, nuestra responsabilidades adultas mientras van tomando contacto con sus pequeñas parcelas de poder.
Los pasos cortos, el trote, los saltos de niños y niñas mañana, en la calle, además de salud física y mental pueden ser una prueba para sí mismos de su contribución activa ¡Y este sería un maravilloso logro para todos, para la sociedad!
Para que puedan sentir el coraje de sus fortalezas es preciso el acompañamiento de un adulto que se permita la brújula de la responsabilidad social.
Mañana no vamos a poder hacer las cosas de hace mes y medio, mañana vamos a intentar todos juntos en un esfuerzo que puede exceder a infancia dependiendo de la edad, ganar unos milímetros de poder, de decisión, de libertad.
Para ello hay que salir con cierta mentalidad, esculpida en el disco duro, interiorizar y respetar las pautas jugando de otras maneras.
Disfrutaremos en la calle y de la calle en la medida en la que a nuestros hijos se les haga natural un pensamiento, soy parte de un NOSOTROS. Hoy, más que nunca necesitamos descartar la mirada egocéntrica, el «ombliguismo» para que de esta experiencia sin par cuenten con la oportunidad de aprender que TODOS SOMOS IMPORTANTES, NECESARIOS Y VALIOSOS PARA LOGRAR EL BIEN COMÚN.
Me he demorado en esta publicación y creo que todavía estamos a tiempo, piénsalo adulto ¿cómo quieres contribuir a la finalidad que perseguimos?

Le he pedido a Bei permiso para compartir imágenes en esta publicación. Son las fotos del trabajo de su comunidad familiar trabajando para salir a la calle de manera consciente y respetuosa.
Respetuoso en Disciplina Positiva no es solo atender a la infancia, es mantenerse fiel a nuestros valores y promover la salvaguarda de la dignidad, también de las otras personas y del entorno.
Como decía no voy a abundar en los recursos para este acompañamiento, son muchos y muy valiosos. Me he animado a escribir para hacer hincapié en «resetear» cerebros, asimilar y adaptarse como adulto para un acompañamiento más allá del interés personal.
Sí os dejo este recurso de nuestro programa que me parece indispensable para que la infancia cuente con la información necesaria y a su nivel de comprensión.
Crear pautas
Crear pautas en Disciplina Positiva no es imponer, no es coaccionar, es pensar juntos, CON EL LENGUAJE QUE ENTIENDEN, sobre cómo vamos a actuar y con qué recursos podemos contar para lograr objetivos. No se trata de dar órdenes sino de hacer concretas las actuaciones para que se sientan protagonistas, porque lo son, e informados.
¡Es CORRESPONSABILIDAD!
Un «antes, un «durante» y un «después» ayuda a situarse, asegura pertenencia, contribución; alienta procesos de desafíos, estimula la dopamina, identifica la emoción, ayuda en autorregulación, nutre la motivación intrínseca ¡todo esto y mucho más está en la agenda de mañana de la INFANCIA».
Crear pautas es facilitar procesos de autorreflexión, de autorregulación; es conocer qué y cómo lo vamos a hacer, con espacio y margen para la creatividad, eliminando las suposiciones que favorecen la inseguridad y la confusión.
Sentarse, plantear la finalidad y… aportar y acordar ¿Nos comprometemos con nosotros mismos y con los demás? ¡Trabajamos interés social!
¡Adelante familias, conquistando la calle con los pasos cortos y firmes de la infancia!
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