He recibido un correo muy especial, empieza así, “querida Marisa”. No, no es una fórmula rutinaria, sé que es especial porque a poco que te acercas al contenido deja de ser la mente la herramienta, cada grafismo destila un propósito firme, se siente, altera el latido, va directo al corazón.
Me invitan a escribir, me invitan a alentar.
Los dos verbos son herramientas de mi vida cotidiana, trabajo en una escuela enREDada y la comunicación fluye porque vamos creando, mitad ilusión, mitad esfuerzo, caminos de colaboración. Las teclas del ordenador echan humo, “que hoy van los abuelos, que está malito y no puede asistir a la escuela, que te mando la programación de la semana, que estamos en el Retiro ¡mira cómo salta!, que os leáis este artículo porque me ha gustado un montón, que si llueve y es sábado, por Dios, no te metas en un centro comercial con los peques ¡mira aquí hay enlaces que construyen por dentro: teatro, cuentos, excursiones!»
Escribimos sin cesar, escribimos como nunca hubiéramos imaginado años atrás que lo haríamos porque la conexión 1.0, esa que es la primordial, la presencial, tiene barreras que no podemos saltar; pero no hemos renunciado al calor humano que supone relacionarse, conversar, conocer, saber más… las familias sobre nosotras y nosotras de las familias, vínculo real a través de las pantallas.
Por eso escribo, por eso no me cuesta cumplir con la primera parte de esta invitación.
Del aliento qué decir, cualquier educador de Infantil sabe bien que nuestros niños se alimentan de él, aún no se les mide por resultados (ojalá fuera así siempre), se les alimenta con estímulo y motivación “¡Venga, que tú puedes, el baby tiene dos mangas, a ver ese brazo si encuentra la primera! ¡He visto tu torre de cubos, me doy cuenta del empeño que has puesto! ¡Fantástico, trabajo bien hecho! No, no pasa nada, se derramó algo de la sopa de tu cuchara pero lo importante es que estás comiendo tú solo, confío en ti… “
Y además la motivación es muy generosa, siempre que la usas no quedas indiferente, asomaos a ella y obtendréis respuestas asombrosas, unos ojos incendiados en agradecimiento, unos ojos que comunican sin saber hablar. “Valoras mi ilusión, valoras mi interés, valoras mi empeño ¡me tienes en cuenta!”
Sí, los dos verbos son muy familiares, puedo decir que los conjugamos casi como si de un automatismo se tratara. Por ello no tiene mérito alguno satisfacer esta invitación.
Lo que si me cuesta es echar la vista atrás y este correo me llevó lejos, hace dos años y pocos meses. No era un día como hoy, soleado, era un día no obstante lleno de luz, 4 de enero, víspera de la noche de Reyes, había escrito la carta tradicional a sus majestades. Quedó rota, acababa así “Porque cuesta respirar, porque tienes el corazón encogido y no te atreves a mirar a los ojos de unos padres con el alma desnuda, porque esa mirada se convierte en la más obscena que pudiera existir, la que ve un corazón descarnado… y es que tenemos a una princesa con alas de mariposa, enferma. Y nuestro pensamiento sólo es para ella, para ti mi niña ¡Ponte buena!»
Un día que queda en el diario de nuestras vidas marcado con el gris más frío de la tristeza, con el rojo de la ira… teníamos un marrón, a princesa le diagnosticaron leucemia, aún no tenía seis años. Faltó el aliento, se desdibujó el horizonte y los porqués se volvieron tozudos, machaconamente hirientes. Quieres huir, quieres enfrentarte pero solo te quedas paralizada ¡Qué injusta eres vida! ¿No ves que tan solo es una niña?
No, no voy a permitir que la melancolía regrese, sí deciros que el proceso de recuperación no se midió en meses, días, horas… el tiempo adquirió un nuevo significado, se medía en suspiros, en lágrimas, en recelos, en temores, se hizo eterno. Los pasos enfilados a ayudar a crecer ya no respondían al sentido común, uno más uno no eran dos, podían ser tres hacía atrás.
Todo no fue malo, la enfermedad nos puso frente a nosotros mismos y como si fuéramos seres recién llegados a este mundo empezamos a desvelar fortalezas que no sabíamos que habitaban nuestros cuerpos. Por encima de todos los descubrimientos, con halo, una niña valiente, una niña sólida, de mirada serena ¡tanto que infundía coraje!, ese que nos faltaba.
Quiero hacerte un regalo princesa le decía yo, «no Marisa ¿sabes? tengo una montaña de juguetes, pero espera, se me ocurre algo, me apetece el arroz que cocináis en la escuela ¿puedes? ¿Puedes traerme un poco de ese arroz?» Sí amor. Y allá iban las tarteras viajeras, dichosas, humildes pero importantes, a dar gusto a una niña sabia que medía muy bien las distancias entre lo material y lo afectuoso.
Poco más podíamos hacer. Los padres de la escuela, enredados siempre, mantuvieron un foro lleno de color, cada día, para princesa había una flor en el muro ¡Se llenó! Y ella aprendió a comentar en esos hilos que se tejían con el hilo fino de la esperanza, y este gesto pequeño también le sirvió, hoy cuenta con una nueva afición, le gustan las cámaras de fotos, le gustan las flores, le gustan los álbumes que recogen la belleza que es inigualable, la que nos regala todos los días la naturaleza.
Hoy, hace sol, ese que pedía a gritos desgarrados aquel 5 de enero para la vida de una niña que se veía amenazada cruelmente.
Hoy puedo escribir con pulso sereno pero también exultante sobre su recuperación.
La vida venció.
Esta es una experiencia que nunca debió tener hueco en nuestras biografías, se lo tomó de manera traicionera, por la fuerza.
Hoy la describo porque me han invitado:
El próximo 18 de marzo estamos organizando el día «Blogs entre cien mil». La Fundación es una organización que apuesta por internet y los blogs como medio para hacer llegar un mensaje positivo a toda la sociedad. Queremos invitarte a colaborar en esta iniciativa publicando un post de apoyo a la Fundación realizando una interpretación personal del dorsal solidario que es el emblema del Proyecto Corre”.
Y hemos dicho sí, y lo hemos dicho con las palabras que no se leen con la mente, quieren ir directas al corazón. Hay muchos príncipes y princesas, demasiados, podemos luchar juntos con un dorsal de unoentrecienmil (http://www.unoentrecienmil.org/) para que la investigación de la leucemia infantil tenga alas y no falten ganas y medios.
Y hemos dicho sí adivinando voluntades que esperan a ser convocadas. A veces vivimos tan concentrado que se nos escapa que podemos ser muy valiosos, ninguna contribución es humilde si es verdadera ¿Sabes correr? ¿Quieres correr contra la leucemia infantil? Venga, vamos a hacerlo juntos. Te invitamos a unirte a nuestra carrera el viernes 25 de abril, a las 18:00 horas, en el parque Juan Carlos I (hemos contactado con el recinto para pedir la autorización, en cuanto la tengamos publicaremos lugar concreto).
Tanto si vienes como si quieres colaborar desde casa, puedes comprar tu dorsal de las dos formas:
- Vía web: http://www.unoentrecienmil.
org/proyecto-corre/un-dorsal- un-euro (si tienes dudas, estamos a tu disposición marisamoya.4@gmail.com). - Vía SMS: envía un SMS con la palabra “AYUDA CORRE” al 28099 y consigue tu dorsal. El coste íntegro del mensaje (1,2 €), se destina a la investigación de la leucemia infantil.
Este artículo no habría podido ser sin la generosidad de la familia de princesa de alas de mariposa. Nada más recibir la invitación contacté con ellos, exploraron la plataforma, princesa quiso ver los vídeos, conocer las razones y ¡qué grande eres mi niña!, colaborar con lo mejor de ella para que esta iniciativa cunda y se extienda, crear un dorsal, nuestro dorsal solidario de la mano, la ilusión y la creatividad de una niña que ha ganado a la leucemia (si quieres el dorsal de princesa envíanos un correo, te lo mandamos en pdf).
¡Gracias amor!
Será un dorsal muy especial y todo un honor adquirirlo de una princesa y de su familia, qué lucharon y consiguieron lo que desearíamos para todos los niños que padecen esta o cualquier otra enfermedad. Un abrazo muy fuerte.
Un dorsal cargado de cariño y de esperanza Macu!!
Muchísimas gracias por correr por la investigación de la leucemia!!
Estoy pañuelo en mano. Gracias Marisa. Gracias princesa.
Un abrazo
Marisa, emocionada estoy de leerte, te hemos leido hablarnos de princesa y el pellizco en el alma que has arrastrado estos meses, Felicidades para la familia, para ti, para los que la quieren, Felicidades Pequeña por ser tan grande, por tu lucha, por ser una vencedora, por enseñanos a todos que se puede ser valiente desde tan corta edad.
Ahora por privado me dices como hago lo del Dorsal!
Besos Apretaos
Noelia
Sí Noelia, princesa venció y debería escribirlo en mayúsculas y mil veces, es lo que me pide el cuerpo.
Victoria que ojalá se extienda a todos los príncipes y princesas ¿Por qué la enfermedad no respetará a la infancia?
Un abrazo muy grande!!
Aún estoy con la sensibilidad a flor de piel, una piel de madre que desea no verse jamás en la encrucijada que, como siempre, con dulzura y decoro, has descrito, diciendo más en lo que callas que en lo que escribes. Lo bonito de los cuentos de princesas es que tienen final feliz, y este es un final feliz de los grandes. Como grande es esa niña dándonos a todos una lección de coraje, fuerza y serenidad ante la adversidad. Gracias una vez más, Marisa, por abrirnos tu «ventana» y enREDarnos con situaciones cotidianas que nos dan de lleno en el alma. Y, por supuesto, gracias a esa familia que nos enseña tanto a las demás.
No he podido contestar antes Maite pero sí leerte y estoy contigo, estas campañas nos ponen frente a nuestro temor más profundo, la vulnerabilidad de los hijos y te estremeces. No es fácil escribir, no es fácil leer, no es fácil admitir lo inadmisible.
Agradezco muchísimo el abrazo de afecto que supone tu comentario, te mando otro grande para ti.
¡Juntos podemos!
Q historia más triste, pero a la vez muy alegre.
Es una pena q tengan q morir los niños.
Se m parte el corazón .
Muchos besos
Historia de vida Yolanda que a veces nos muestra su lado más despiadado.
Un abrazo muy grande!
No he podido contestar antes Maite pero sí leerte y estoy contigo, estas campañas nos ponen frente a nuestro temor más profundo, la vulnerabilidad de los hijos y te estremeces.
Agradezco muchísimo el abrazo de afecto que supone tu comentario, te mando otro grande para ti.
¡Juntos podemos!
Sobrecogedor y alentador a la vez, sin ninguna duda nos vemos en la carrera!
Muchas gracias Cristina, en cuanto tenga la localización exacta la pongo en el artículo ¡Corramos juntos!
Un abrazo!
Creo que fue la razon de la existencia de escuelaenredada. La flor de cada dia fue el motor y el exito del proyecto.¿como no iba a triunfar la «vida»? Ahora… A seguir corriendo.
Sí Begoña, enREDada estaba dando sus primeros pasos y aquellas flores diarias, silenciosas pero que tanto mensaje transmitían forjaron vínculo, el más fuerte, el solidario.
¡Esta vez enREDados en correr!
Muchas gracias por tu comentario ¡Un abrazo grande!