Por más que quisiera no podría escribir de otra cosa, es difícil hilar el pensamiento sin que un tema se haga recurrente, los acontecimientos que desde el día 15 de este mes se están desarrollando en muchas ciudades españolas con eco más allá de nuestras fronteras. La #spanishrevolution, un movimiento esencialmente de jóvenes que se manifiestan indignados y reclaman Democracia real ya ha tomado las principales plazas de las metrópolis para mostrar al mundo su desencanto y no aprobación del sistema imperante.
La libertad de expresión no es sólo un derecho es una necesidad. Los educadores sabemos que el niño tiene que manifestarse, sentirse acogido para desarrollarse como persona autónoma y que para ser un ser social hay que adaptarse e integrarse en una sociedad. Y a raíz de estos acontecimientos, me hago una reflexión, esta generación que nos dice con su #acampadasol que se ha hecho mal, que hay que cambiar, que necesitan claridad… ¿se pueden adaptar, se pueden integrar? ¿hemos trabajado para ello?
¿Hemos sido las familias ese entorno acogedor, de atención, escucha y amor que enseña a volar? ¿Hemos sido las escuelas ese ámbito generador y facilitador de potencialidades, creatividad, autoestima… que hace ser? ¿ha sido la sociedad ese medio potenciador del individuo comprometido, responsable, libre y autónomo?
O quizá vivimos y hemos hecho vivir en pseudofamilias, pseudoescuelas, pseudogobiernos, más interesados en priorizar intereses vacuos, olvidando los ingredientes fundamentales para la forja de una persona como son la atención y el respeto. Delegando o no asumiendo responsabilidades y permitiendo con ello una intromisión importante del estado más preocupado por prohibiciones y limitaciones que por garantizar nuestro espacio personal. Un gobierno que si lo hace bien se jacta y si lo hace mal no asume los errores y cual infante inmaduro culpa de su ineficacia a no se sabe bien qué «ente».
Haciéndonos cada vez individuos menos autónomos, menos dueños de nuestras propias vidas. Un gobierno tutelador que no tutela.
Si a ello unimos que las circunstancias económicas son graves, nuestros hijos se quedan sin presente porque no son considerados y sin futuro porque no pueden acceder a uno de los derechos prioritarios, el de un trabajo digno… sin derecho a pensar, sin derecho a ser.
Bueno Marisa, sin que sirva de precedente tengo que estar de acuerdo contigo. Este gobierno de la comunidad de madrid dirigido por la nefasta Esperanza Aguirre es lo peor que podía habernos caído encima. Tu artículo define con tus sabias palabras, el mal hacer y el populismo de un gobierno que nos lleva a la desEsperanza y al bochorno de sabernos vilipendiados y en pública subasta. Me voy a la puerta del sol. ¡Hala!
Cada día me sorprende más este idioma tan rico que tenemos, el español, que admite tantas y variadas interpretaciones. Mi interés es la reflexión, imagino que en eso también coincido con la concentración de Sol. No vamos bien, no lo hacemos bien y hay muchas personas «indignadas», bien es verdad que mi indignación es de antes del 15 de mayo. No importa, el caso es que la gente llegue a ese punto de inflexión y esperemos que se saquen las conclusiones que nos hagan mejorar a todos porque, Jesús, cuando hablas del gobierno de la Comunidad de Madrid ¿quieres decir que su gestión te parece peor que la del gobierno de la nación, o que la del gobierno de la Junta de Andalucía? ¿quieres decir que serían los ejemplos a seguir? ¿quieres decir que los madrileños estamos en peores condiciones que los extremeños? Yo creo que si seguimos tirándonos los trastos a la cabeza para tener más razón que el adversario, aunque no la tengamos, poco o nada estamos aprendiendo de este montón de jóvenes que piden trabajo, consideración y futuro. tú te vas a la puerta del Sol, yo quiero aplicarme un compromiso vital que posibilite autonomía y libertad ¡Hala! 🙂
Bueno, bueno, no llegueis a las manos…¡Hala!
Vuestro intercambio de opiniones me ha recordado el domingo pasado, mi marido y yo discutiendo (qué novedad!) por los resultados electorales. Yo soy muy utópica, e idealista, y como él dice vivo en los mundos de yupi. Y estaba un poco indignada. Él tien más los pies en el suelo (o eso cree).
Eso sí, ambos estabamos de acuerdo en que las cosas deben cambiar, independientemente de quién gobierne y dónde, porque así no vamos bien.
Espero que los del 15M sepan reconducir sus reivindicaciones hacia algo tangible y podamos hacer algo, pasar a la acción (mediante la palabra, ojo).
Hola Marta, no te preocupes, seguramente ya nos conoces un poco a los dos y quizá habrás intuido, con toda la razón, que el intercambio de opiniones sobre política, entre Jesús y yo, es algo absolutamente cotidiano. A los dos nos gusta el tema y aunque no lo parezca conseguimos sobrevivir dignamente a las pugnas en las que nos enzarzamos. Estoy contigo en que no estamos, ni vamos bien, que un cambio es necesario, que la situación es indignante. Ni que decir tiene que a los cinco millones de parados les parecerá algo más que indignante. Bueno, hay que ser optimistas y ponerse además de a reflexionar a esforzarse, cada uno en lo que pueda y como mejor sepa para mejorar. Perdóname por no haber contestado antes, he estado todo el día sin internet, no sé si se me nota en el blog que a duras penas he conseguido superar su ausencia. Mil besos Marta, muchas gracias.