
… y ya hemos llegado, al final. Este artículo, es la tercera parte del tema «El éxito de una escuela infantil», aunque tengo constancia empírica de que lo que he dejado para el final es por donde empiezan casi todos los cursos que imparto. Cuando pregunto a las participantes que les ha traído al taller no falla, uno de los intereses más compartidos es la necesidad de progenitores y profesionales de ¡herramientas, recursos, estrategias de una escuela con educación consciente y respetuosa!
En los dos artículos anteriores, EL PORQUÉ y el QUÉ de una escuela, hemos abierto una ventana para esa mirada larga a la que nos invita la Disciplina Positiva.
Con mi lenguaje espeso (a veces creo que las publicaciones tienen por encima de todo un objeto, permitirle a mi cerebro divagar, volver al centro, divagar… y tal vez no volver al centro) he ido haciendo un relato del engranaje de una escuela infantil, que sí está dispuesta a sentir la inseguridad de salirse del molde, también el alborozo del descubrimiento de otros angulares cuando creías que solo existía uno.
El abordaje de esta tercera parte, aunque sea la más deseada, a mi me preocupa siempre un poco.
Escribir sobre las estrategias de una escuela infantil con Disciplina Positiva, enumerar recursos es algo temerario; como cuando hablas con tus hermanos y les preguntas ¿recuerdas aquél día, lo que vivimos? Y contrastando tu pregunta con el reflejo en el rostro de ellos se te hace la luz, nada que ver tu recuerdo con el suyo (a veces ni hay recuerdo). Entre lo objetivo y lo subjetivo hay un mundo de creencias personales, de memorias previas… el filtro de cada mirada. Y es natural la diversidad y la discrepancia, lo que rehúyo es la tergiversación a la que nos invitan algunos de esos filtros.
Po decirlo en pocas palabras:
He dado tantas vueltas al inicio de este artículo para concluir que una estrategia o en recurso educativo, que se presume de Disciplina Positiva, solo lo será si está avalado por el PORQUÉ y el QUÉ, los principios y las finalidades del programa que dan luz verde al buen trato en los espacios familiares, escolares, de empresa… sociales.
Un ejemplo
Si en esta publicación os comentara que hacer «preguntas de curiosidad» a los niños y niñas es uno de nuestros recursos en comunicación podría darse la circunstancia de que el adulto se lo llevara a su praxis habitual y utilizarlo como un «truco» para quedar democrático con sus alumnos. Sin embargo dejaría de ser un recurso de Disciplina Positiva porque no está avalado por los principios, ni nos conduce a los objetivos del programa.
Si no puedes escuchar, si no quieres saber, si no se garantiza al niño su pertenencia… no lo hagas, sé honesta, te interesa que haga lo que tú querías.
Para moverse en los parámetros de la Disciplina Positiva siempre hay que ir con la brújula en la mano y hasta lograr automatismos y habilidades de interacción humana echar un vistazo de vez en cuando para constatar que no regresamos a «nuestros posos». La fuerza del cableado del conductismo en nuestros cerebros es tal que en montones de ocasiones nos va a limitar, confundir e incluso a desilusionar en los intentos de mejora.
El miedo
Antes pues de entrar en materia me permito esta antesala.
A veces no nos damos cuenta. Revisemos el miedo que hay instalado en nuestros cerebros. El miedo es una emoción muy valiosa para protegernos pero se ha venido utilizando en educación para controlar, corregir, manipular, etiquetar, comparar, someter, culpabilizar… verbos feos en educación.
Y cuando el error asusta al adulto (la conducta «inadecuada» de las criaturas) y nos sentimos insuficientes para abordar el conflicto, siempre va a ver alguien que sale mal parado. Como es lógico en las relaciones de verticalidad, el mal parado es el niño. Hemos perdido la sintonía cálida de la que hablaba Adler para poder conectar con los chiquillos.
Más ejemplos:
Niño de tres años que ha pegado. Intervención del adulto: «Eres malo, te voy a castigar».
Niña de dos años que se ha caído. Intervención del adulto: «Es que no escuchas, no aprendes».
No voy a seguir, creo que se me entiende.
Ver al niño/a
La Disciplina Positiva supone una revisión previa de cómo vemos la naturaleza infantil. Sin «ver a los niños» no podremos conectar con ellos. Y mucho antes de empezar por el abordaje de un tema tan profundo hay que quedarse a solas con nuestras plantillas de infancia, con la hoja de ruta con la que nos movemos en la vida, con los sesgos de una educación que en muchos casos lesionaba autoconceptos y autoestimas (aunque no estuviera llevado a cabo con la intencionalidad de dañar).
Conocerse, aceptarse y comprometerse con la propia conexión para poderse compartir con otras personas. Digerir la propia vida para conectar con la infancia.
Le llamo «pico y pala», eso sí, con compasión. En nuestro haber un activo fundamental, nos estamos haciendo preguntas valientes (ya era hora) y nos hemos sentado en «la silla del coraje y la humildad» para repensar la vida y mejorar el trato ¡con nosotras mismas y con quien nos rodea!
El comportamiento
Mientras usted y yo queramos acabar con la «mala conducta infantil a cualquier coste» todo lo que voy a escribir en esta publicación dejará de tener sentido. Tenemos la costumbre de prestar atención solo a la punta del iceberg (la conducta).
La grandeza del pensamiento Adleriano es hacernos entender que el comportamiento es comunicación y la conducta es señal. Cuando esa conducta la consideras inapropiada es el momento de trabajar en ti, en tus creencias, en tu reactividad, en esos patrones que nos alejan de mostrarnos como seres pensantes y RESPIRAR. Ya vendrá de nuevo, ya recuperaremos la integración cerebral. Solo entonces estamos listas para responder al papel que nos hemos adjudicado a nosotras mismas responsabilizándonos de infancia.
No necesitan jueces, necesitan la conexión emocional de un educador/a consciente y competente en respeto.
¡Somos profesionales de la educación! Amén de personas…
Una criatura de Infantil tiene un cerebro distinto del nuestro ¡afortunadamente! Son inspiración, impulso, emoción y mil alternativas de exploración y experimentación. Son curiosidad, son motor, sin el lastre de los frenos cerebrales. Y no los tienen porque necesitan muchos datos, muchas sensaciones, muchas experiencias, muchas relaciones… para lograr un patrón, una hoja de ruta para vivir, para crecer y prosperar en humanización.
Lo que llamamos mal comportamiento en Disciplina Positiva es un intento más, exploración de relación.
Los adultos debemos comprender qué es lo que significa el comportamiento para la pequeña persona que lo muestra. Niños y niñas de Infantil necesitan recibir de nosotros resonancia afectiva: estoy a tu lado, te veo, te entiendo y decido qué acompañamiento debo hacer para que esta muestra de inseguridad infantil sirva de oportunidad; para que muestres la fortaleza de tu regulación emocional, las habilidades de comunicación y las alternativas del enfoque en soluciones.
Y ahí estamos nosotros/as
Vamos ya, al grano. Aclarando EL CÓMO.
Estrategias y recursos de una escuela infantil con Disciplina Positiva.
¿Por dónde empezar? Por el adulto, siempre, en primera persona. No podemos exigir lo que no podemos modelar.
- Conocer
En una escuela debe haber datos suficientes para que el profesional y los progenitores conozcan la Disciplina Positiva y estén informados sobre funcionamiento cerebral. Si no contamos con:
- Actualización teórica sobre naturaleza infantil,
- sobre mecanismos de aprendizaje,
- sobre Neuroeducación,
- sobre integración sensorial,
- sobre neurodiversidad,
- sobre habilidades socio emocionales,
- sobre habilidades de comunicación…
Vamos a seguir repitiendo los mismos patrones de siempre.
¡Conocer para poder hacer!
2. Hacer
En una escuela debe haber recursos para poder llevar a cabo el programa. Llevar a cabo la Disciplina Positiva supone instrucción explícita y ejercitarla en la vida cotidiana. No se aplica, se internaliza y se vive.
Estrategias y recursos fundamentales para el adulto:
- Tratamiento personal a través de relaciones de horizontalidad, firmeza amable es el clima de una escuela con Disciplina Positiva.
- Vamos a seguir cometiendo errores ¡es una buena señal, estamos vivas y aprendemos! El centro debe disponer de canales de comunicación para que las personas se sientan escuchadas, acompañadas y puedan enfocarse en reparación a través de la búsqueda de soluciones.
- Acordar las pautas de convivencia, sentirse parte útil del bien común, comprometerse con usar la voz y las actuaciones para lograr convivencias saludables.
- Establecer la distribución de tareas significativas para que la comunidad sea funcional y respetuosa con todas las personas.
- Crear recursos de comunicación para la asertividad (hablar de manera útil, no hiriente), crear y acordar recursos para la escucha (Asegurar la pertenencia de todas las personas).
- Organizar tiempos de recuperación cerebral.
- Crear recursos de regulación emocional. Espacios de tiempo fuera positivo, sesiones de educadoras ayudando a educadoras, tiempo especial de equipo para el ocio y la diversión.
- Cestos de aliento para llevar, notas energizantes ¡no somos una balsa de aceite!
- Buscar la armonía en las situaciones de conflicto haciendo reuniones de educadoras.
No hay que olvidar que todo ello debe estar cimentado en la dignidad, el aliento y el respeto.
Estrategias para padres y madres:
- Hacer escuelas de familias en las que las personas podamos seguir aprendiendo a través de dinámicas y de la vivencia personal y las de otros progenitores sobre los temas de crianza y educación.
- Crear canales de comunicación para que la información fluya y logremos nexos de coherencia entre el hacer de la escuela y el del hogar.
- Abrir la escuela al mundo, facilitar y promover la presencia en las salas. Organizar eventos que nutran la familiaridad, la confianza y la seguridad.
- Cestos de aliento para llevar, notas energizantes que permitan a las madres y padres sentir al apoyo y la fuerza de ser parte de una comunidad.
Estrategias para el alumnado:
La Disciplina Positiva pudiera parecer un enfoque nuevo y no lo es, tiene raíces bien profundas y largas. No es un experimento.
En lugar del clásico enfoque de cuidado y educación en las escuelas infantiles nos invita a una mirada distinta sobre el ser humano y nos facilita información detallada sobre la manera de vivirla ¡tan masticada que ya no hay excusas del tipo suena bien pero esto cómo se hace!
A la base de cada recurso hay bases científicas que ponen de manifiesto la grandísima importancia de cómo vamos a intervenir en las sistemas nerviosos infantiles. Estos términos podrán suscitar recelos sin embargo ya lo estamos haciendo, con nuestro proceder nutrimos de una manera adecuada o no plantillas de seguridad o por el contrario de reactividad en cerebros que nada pueden hacer par filtrar lo que reciben.
- Por encima de todo y aunque no hiciéramos otra cosa en las escuelas debe haber recursos para la conexión para el fortalecimiento del vínculo de apego seguro. Los ratios guardes lo dificultan, las programaciones de tipo escolar lo cercenan, la falta de presencia, disponibilidad y sintonía del adulto lo alejan. Escucha, mira, ve, habla sin prisas, sin gritos, abraza sus enfados, tristeza, rabias, miedos… sé refugio de su malestar ¡Somos su recursos más importante!
- Círculos de conexión, uno, tres, diez… los que hagan falta a lo largo de la jornada para que niños y niñas experimenten sensaciones de arropamiento, pertenencia y seguridad.
- Pautas, la información la agradece sobremanera el cerebro. Un cerebro con datos es más probable que se sienta orientado, tranquilo, seguro. Las pautas al igual que todos los recursos en el primer ciclo de Infantil deben ser pocas porque su atención todavía no es voluntaria, deben se significativas para los niños y deben ofrecer coordenadas de convivencia.
- Murales de colaboración. no hay nada más importante para un niño que saber que en su escuela es importante y puede sentirse valioso. Crea con ellos distribuciones de tareas, no hagas por los niños lo que ellos pueden hacer por sí mismos. Cada vez que les eliminas una posibilidad de contribución el mensaje es poderoso, lo hago yo, tú no sabes, no puedes. Permite que ejerciten su poder, sus procesos mentales, sus decisiones, que afloren y sepan que pueden tener iniciativas y que estas van a se apreciadas en su comunidad.
- Espacios para la recuperación del cerebro. En el primer ciclo de Educación Infantil no se puede hablar de autorregulación, las estructuras cerebrales que tienen esta misión están inmaduras. Precisan acompañamiento emocional del adulto ¡siempre! No les quites la emoción, muestra cuál es y cómo transitarla.
- Mesas de soluciones, reuniones de grupo. La Disciplina Positiva no elimina los problemas de comportamiento, los aprecia como oportunidad para modelar y enseñar alternativas adecuadas para resolver conflictos aprendiendo de ellos ¿Recuerda, sin jueces, no tienen abogado defensor, ni hoja de reclamaciones. Ve sumando opciones que supongan enfoque en soluciones (comunicadas con cuentos, piensa con qué cerebro estás interaccionando, deja de lado los sermones) Cuando se da una situación de rabia, no les devuelvas furia, modela empatía, expresa lo que ves «este chiquillo parece enfadado». Luego, cuando esté receptivo su cerebro habla lenguaje de infancia y muestra con una historia, con una dramatización… al alternativa al mordisco, al arañazo (que son las herramientas que poseen), para que no lleguen a los 35 años sin datos en su «pc» sobre cómo resolver adversidad sin mordiscos.

– Niels Bohr
- Rutinas, un clásico en Infantil. Nosotros tenemos agendas, niños y niñas también necesitan gozar de la estructura y el orden que eles ofrece la información a sus cerebros.
- Tiempo especial. Deja de lado el despotismo de la programación, cuando no se puede no se hace. Si un alumno/a necesita más tiempo, esa es la aportación más humanizadora que vas a ofrecer en la jornada. Hemos sacado a los niños de sus hogares, no son escolares ¿les vamos a negar tiempo de calidad?
- Límites, imprescindibles para proteger la seguridad, Trasladados con cordialidad, sin violencia.
- Juega, juega, juega… ¿hay en tu programación tiempo importante para «los asuntos propios de la infancia». Es contribución a la salud mental de una sociedad que se precie de #cuidarInfancia.
- Recursos respetuosos en la atención a las necesidades básicas. Revisa tu comunicación verbal y no verbal en la comida, los cambios de pañal, en la atención al control de esfínteres, en el descanso, en el vestido, en las muestras de afectividad…
- Recursos para la identificación emocional ¡qué importante es llegar a adulto sin analfabetismo emocional! Este lenguaje no se empieza a trabajar a los 25 años, se vive desde el inicio de la vida, pon nombre a la energía que nos mueve.
- Están aprendiendo a hablar ¡nos toca aprender con ellos! Comunicar sin violencia, hablar teniendo en cuenta a las otras personas… supone un esfuerzo muy grande por parte del profesional ¡no estamos tan acostumbrados! Pon recordatorios en las paredes, comodines para cuando te faltan las palabras… no nos necesitan perfectas, nos necesitan con afán de mejora.
- Haz preguntas, estás dirigiéndote a un cerebro en entrenamiento de sensaciones que algún día serán conceptos.
- No siempre vamos a hacer una interpretación acertada del comportamiento infantil o de sus necesidades ¡es humano! Reparar ante nuestros alumnos es sano.
- Instala en la escuela la banda sonora de la armonía, para ello es imprescindible ser portadoras de aliento ¿Recuerdas lo que se experimenta cuando algo no te sale como quieres? Los niñas y niñas están en modo inseguridad muchas veces al día, el aliento es un chute directo a la motivación intrínseca ¡Huye de la extrínseca! Dinamita las autoestimas.
- Que la organización del espacio, los muebles, los recursos, el olor… hablen a la cerebro infantil del respeto que le tenemos a su esencia.
- …
Es imposible estar atentos y satisfacer todas las necesidades infantiles, no nos culpemos por ello. El estilo de vida actual tampoco lo pone fácil, no obstante piensa que cada vez que podemos responder a la inseguridad infantil haciendo lo preciso estamos nutriendo la confianza de un ser humano en sí mismo a través de la certeza de que sus adultos son confiables.
Y la confianza, no el miedo, es la puerta de entrada al mundo.
Estamos, en las escuelas infantiles con niños y niñas que son seres únicos; así debe mostrase la escuela, con reconocimiento y respeto a la infancia. Todo lo que huela a formato estandarizado y que pretenda convertirlos en escolares precoces es tremendamente negativo y solo denota la #desactualizaciónprofesional de los centros.
Nos merecemos y se merecen un mundo con más paz, esta empieza en cómo te viven tus alumnos y alumnas.
En una escuela con Disciplina Positiva ¡Aclaramos nuestro CÓMO!
Gracias por leer.
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